Parece que las cadenas están aprendiendo de las televisiones extranjeras, acostumbradas a emitir con éxito formatos de entretenimiento los fines de semana. Telecinco le ha copiado (una vez más) la fórmula a Antena 3 con Tu cara me suena y ha decidido colocar Got Talent, su nuevo programa de talentos, en la noche del sábado.
El arranque no ha podido ser más satisfactorio: un 21% de share y casi 3,5 millones de espectadores, aunque sí que es verdad que el no-triunfo de Got Talent habría sorprendido a más de uno dada la cantidad de promoción que la cadena le ha brindado desde hace meses.
Pero arrasar en audiencias no es lo mismo que gustar. Fueron muchísimas las críticas que el programa recibió en las redes tras su estreno. Entonces ¿Got Talent va a poder mantener los buenos datos?
A FAVOR
Got Talent es el fallido Tienes Talento que Cuatro emitió hace unos años y que Telecinco le chafó ideando a la par Tú sí que vales, otro programa de su misma especie. A pesar de que la cadena quemó este formato encadenando una edición detrás de otra, hacía varias temporadas que un Got Talent no se dejaba caer por la TV. Además, el sábado parece un día idóneo para este tipo de programas que no se pueden considerar de primera categoría y que no exigen mucha atención por parte del espectador, que puede tener la tele puesta de fondo y engancharse cuando le plazca.
EN CONTRA
Como se ha dicho, no hay nada nuevo bajo el sol: Got Talent no trae ninguna novedad, ni a la televisión ni a los formatos de cazatalentos, aunque Jesús Vázquez dijese al principio que «no se parece a ningún otro programa de talento». Un programa donde va y viene gente con habilidades para hacer cosas inservibles o que realmente merecen ser aplaudidas, ocupando al menos tres minutos del prime-time de una cadena nacional como recompensa y que sus conciencias y las nuestras se queden más tranquilas por no ignorarlas en la vida diaria. Pero ¿y qué más? Muchos de los números circenses ya los hemos visto, al igual que a señores sexagenarios bailar, y a otros cantar… De vez en cuando nos quitamos el sombrero ante personas como el chico que no tenía pierna y hacía parkour, pero ya está.
A Got Talent no le beneficia en absoluto ese ritmo frenético que intenta tener, con el que se puede adivinar cuando una actuación va a pasar a la siguiente fase por el tiempo que le dedican a la vida del protagonista. Ni siquiera el jurado aporta lo suficiente como para que el programa resulte entretenido. ¿Por qué se empeñan en llevar a todos lados a una chica tan sosa y plana como Edurne? Por otro lado, Jesús Vázquez no puede estar menos creíble en su papel de «capullo», y tampoco sirve de nada tener a Eva Hache para no saber explotarla como debería. El único acierto, muy a pesar de muchos, es Jorge Javier Vázquez, que sabe tomárselo menos en serio y se ríe del mismo formato cuando aparecen ciertos esperpentos.
En definitiva, a veces cuesta creer que un programa que busca el talento cuente con la presencia de personajes de los que de antemano se sabe que lo único que pueden ofrecer es una mofa. ¿No hay un casting previo fuera de cámara para asegurar el buen talento o es que simplemente hay un cupo para gente buena y otro para gente de la que reírse? A veces la televisión se parece a ese talk show ficticio que Yolanda Ramos presentaba en Volver de Pedro Almodóvar, al que el personaje de la inocente Agustina acudía para provocar las carcajadas del público en plató y el de sus casas. «Agustina tiene cáncer, venga un aplauso para Agustina»
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