CRÍTICA DE CINE | «Loving Pablo»: 110% Pablo, 90% Escobar

Fernando León de Aranoa hace una crítica interesante a la Colombia del narco.

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Fotograma de Loving Pablo, (dir. Fernando León de Aranoa, 2018)

Cometió cerca de 20.000 crímenes, fundó el Cártel de Medellín, con el que llegó a controlar el 80% del mercado mundial a través de la exportación a Estados Unidos de hasta 15 toneladas de cocaína diaria, promovió la ley de la plata o el plomo, hizo de Colombia, seguramente, el país más peligroso durante la década de los 80. Aun así, sorprendentemente (o quizás no tanto) ocupó un escaño en el Senado. Una secuencia de «logros» personales que, sin duda alguna, son merecedores de pasar a la historia.

Todos estos hechos son rescatados por Fernando León de Aranoa en su última producción. Loving Pablo recoge los acontecimientos sobre la vida del capo Pablo Emilio Escobar Gaviria que el director considera fundamentales para entender la situación política, social y económica de Colombia durante los años en los que “El Patrón” controla el negocio de la droga.

En lo que a la trama de la película respecta, no esperéis nada nuevo. Cualquiera que haya leído o visto algo sobre el personaje anteriormente sabe cómo termina, algo que, por otra parte, (y creo que de manera obvia), es lógico. La intención principal del director no es la de contar otra historia, sino la de contar una historia que ya se conoce de una manera que se desconoce, y que a la vez responde a la más fiel realidad. Sin duda todo un reto que Fernando tenía ya en mente desde hace 15 años, pero que no empezaría a afrontar hasta más tarde.

Javier Bardem, (quien encarna a Pablo Escobar), y Fernando León de Aranoa vuelven de este modo a trabajar juntos, después de estrenar en 2002 Los lunes al sol. Loving Pablo obedece a la tónica a la que el director madrileño nos tiene acostumbrados en sus películas, ya que todas, de forma más o menos exhaustiva, nos muestran aspectos políticos de la época y lugar a los que hace referencia. No nos olvidemos por ejemplo de Barrio (1998), o de Princesas (2005).

Así pues, la película no solo relata la vida del narcotraficante, sino que también refleja muy bien la sociedad y la situación del momento a todos los niveles. Se trata de una historia de amor, desamor, engaños, vicios, avaricia, lujuria, intereses y asesinatos que nos mantendrá en vilo durante toda la cinta a pesar de conocer la historia.

Loving Pablo cuenta mucho de Pablo, aunque menos de Escobar

El personaje de Pablo Escobar es de una dificultad muy considerable, lo que creo que hace aún más meritorio el papel de Javier Bardem.

Por otro lado, nos encontramos con Penélope Cruz, quien interpreta el papel de Virginia Vallejo, la amante de Pablo Escobar y escritora del libro Amando a Pablo, odiando a Escobar, que sentará las bases de esta producción cinematográfica.

Virginia es una famosa periodista con la que “El Patrón” mantiene una historia de amor a pesar de estar casado y con dos hijos. Las opiniones de los biógrafos de Pablo Escobar sobre si llegó a amar a alguna de las dos son dispares. El mismo Bardem señalaba en el preestreno de la película en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que él pensaba que sí «aunque indudablemente la manera que tenía de amar Pablo Escobar no se asemejaría a la de ninguno de nosotros». De hecho, sí que nos damos cuenta de que Pablo Escobar tiene sentimientos, ya que se muestra receptivo cuando «tocan» a su familia.

Si bien es cierto que Penélope lleva a cabo una gran interpretación, pienso que no destaca tanto como lo hace en otros papeles. Puede que también se deba a que dentro de que ambos personajes (el de Virginia y el de Pablo) son primordiales para el desarrollo narrativo, en esta ocasión el foco se sitúa de manera más directa (y por otro lado comprensible) sobre Pablo. A pesar de ello, y en lo que a su persona respecta, para mí, (como casi siempre), salda su actuación con buena nota.

critica cine loving pablo escobar javier bardem penelope cruzComo crítica personal a Fernando, sí que es cierto que en ocasiones me ha faltado un poco el personaje de Escobar y me ha sobrado un poco el de Pablo. No sé si por una intención por parte del director de dar también ese protagonismo al personaje de Virginia (a pesar de focalizar la aventura de ambos en Pablo) o por otra razón totalmente independiente. También me ha dado esa sensación cuando Pablo aparecía con su familia. Creo que son las dos historias principales a partir de las cuales se desarrolla la vida de Escobar y por ello pienso que han de aparecer más de una vez, pero al mismo tiempo considero que habría sido interesante intentar profundizar un poco más en algunas partes como, por ejemplo, en el ascenso de Escobar al poder. En resumidas cuentas, creo que algunos fragmentos de las actividades del capo pasan muy rápido porque el director se detiene en exceso en sus relaciones personales.

Entre los riesgos de esta película se encontraba que la vida de Pablo Escobar empezaba a ser un recurso que ya estaba muy trillado, y más después del éxito de la serie de Netflix, Narcos.

No obstante, creo que es un error comparar ambas producciones. No podemos pedir a Fernando que saque el mismo partido a Pablo Escobar y a su entorno que el que se saca en la serie, por una diferencia de extensión entra ambas. Independientemente de esa cuestión hay un aspecto que sí quería mencionar, y es que Narcos a veces contempla aspectos que parecen inverosímiles, mientras que la película intenta mostrar en todo momento la realidad más exacta. Quizás esta cuestión, así como la aparición de Pablo por encima de la de Escobar que mencionábamos antes, se deba también a un aspecto meramente temporal, la primera lejos de considerarla negativa creo que es favorable para la historia, mientras que la segunda considero que sí se podría haber mejorado.

A pesar de ello, no cabe duda de que la película responde a un gran esfuerzo por parte del director y de todo el equipo. No debemos olvidar el trabajo de documentación que tienen tras de sí este tipo de producciones. Fernando señalaba en el preestreno que contactaron con personas muy cercanas al círculo del capo para obtener declaraciones que les fueran útiles a la hora de rodar.

Haciendo balance creo que la película es más que recomendable. No os dejéis influir por mi opinión con respecto al enfoque de la historia. Por encima de eso el director trata aspectos muy interesantes e imprescindibles a la hora de entender las técnicas que sigue Escobar hasta convertirse en el narco más rico que el mundo ha contemplado hasta el momento, (o al menos uno de ellos, ya que siempre surge el debate entre él y el Chapo Guzmán). Además —y lo que considero que es más importante—, refleja muy bien cómo era la situación política, social y económica de Colombia en los años 80 y su relación el Estados Unidos.

Rubén Rozas

En proceso de periodista, defendiendo la verdad y apostando por la cultura. Música y poesía sostienen el mundo; espectador en la primera y actor en la segunda. La vida no es sino una obra de teatro que necesita de un guion y de una banda sonora, casi siempre improvisados.

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