[CRÓNICA] Alejandro Sanz endulza Madrid con la grabación del DVD de la Gira Sirope

Profesionalidad.

Son muchos años los que Alejandro Sanz lleva en el mundo de la música, y yo nunca había tenido la oportunidad de verle en directo. Ayer se grabó en Madrid el DVD de la gira que actualmente está rodando por cada ciudad, haciendo un alarde de la profesionalidad que alaba al artista.

Hacia las 21.34h, una imagen en negro en las pantallas nos mostraba un mensaje que ponía «yo tenía un sueño de pequeño». Una cuenta atrás inunda de gritos el Barclaycard que al llegar a cero desata la euforia. La banda sale y Alejandro empieza a cantar «El silencio de los cuervos», que fue seguido por todos los asistentes, los cuales ya estaban levantados y bailando desde el minuto cero.

Al acabar, comenzó a saludar a los asistentes, agradeciendo su asistencia. En especial, un saludo a todos los fans que están ahí día tras día después de tanto tiempo. Cuando mencionó que se iba a grabar el DVD de la gira Sirope y que todo el mundo disfrutase, el público se deshizo en gritos y aplausos.

Entre «A mí no me importa» y «Madura el coco» se escuchó retumbar el nombre del cantante por todo el recinto. La primera de tantas veces que se escuchó ayer. «Desde cuando» fue cantada desde su inicio hasta el final a pleno pulmón, signo de que en su día fue un éxito rotundo de Alejandro.

«Quiero invitar a la primera invitada de la noche. Una chica que sabe de hadas, que admiro y es una gran amiga. Con todos vosotros, Vanesa Martín». Como era de esperar, el público se volcó con la entrada de Vanesa al escenario. Ambos interpretaron «Quisiera ser» en una mezcla de magia y risas cómplices entre los dos que hacía que el vello se erizase al tacto del sonido. Un momento precioso, sin duda alguna.

Al acabar la canción, más vitoreos mientras Alejandro agradeció la visita y presentaba la siguiente. «Quiero invitar al escenario a un gran amigo y músico. Espero que acabemos todos el concierto con el pelo desmelenado». La entrada por un lateral de Pablo López estoy seguro que provocó la afonía de alguno de los presentes. Cantaron «No me compares» ante los flashes de las cámaras, derrochando complicidad y buen rollo.

Antes de cantar «La música no se toca», nos contó que el Barclaycard había visto cantar a Camarón y Paco de Lucía, incluso cantó ahí con el segundo. «No hay día que me suba a un escenario y no me acuerde de él. Esta canción va por ti». Con estas palabras de admiración, Alejandro lo dio todo por complacer a los presentes y hacer sentir cada palabra de la canción, haciendo que la gente no parase de saltar hasta su final.

Todo se quedó en silencio y las luces se apagaron ante un vídeo de fondo en el que se recorría una ciudad de noche. El ruido ambiental de la lluvia hacía que la sintieses caer cerca. Fue el preludio de un medley compuesto por «Amiga mía», «Mi soledad y yo» e «Y si fuera ella». Si en la segunda Alejandro cantó con su corista Sara, en la tercera le acompañó todo el público cantando. Nunca sabremos si era ella, pero lo que si podemos decir es que este tema es uno de los más queridos por el público.

Tras «Mi marciana», saludó a los compañeros, familia y amigos que se habían desplazado para acompañarle en una noche tan especial en la que volvía a su casa.

Si comento que «Y si fuera ella» es uno de los temas más queridos, ¿quién no conoce «Corazón partío»? Sin duda, y aun pasando los años, es la canción más recordada del cantante allá por donde va. Esta canción se la dedicó a la ciudad, y ésta se volcó con él hasta el punto de cantar todos los estribillos del final, mientras Alejandro hacía las segundas voces. Al final, las luces del techo se unieron en un color rojizo formando un corazón mientras parpadeaban al ritmo del sonido de unos latidos por todo el recinto. Fue un momento de esos que te calan por dentro. Digno de recordar.

Un solo a piano dio paso a «Labana», en la que el público volvió a bailar como si de una fiesta se tratase, da igual si fuese en pista o gradas. «Camino de rosas» acabó de nuevo con vitoreos hacia el cantante, que se estaba dejando la piel en el escenario para dar lo mejor de sí.

El tercer invitado de la noche fue Zucchero, con el que cantó su popular tema «Baila morena» y seguidamente uno de los éxitos más recientes de Sanz: «Un zombie a la intemperie». Parte del público no supo muy bien de quién se trataba hasta que empezó a sonar su canción, con la que bailaron y saltaron como si se tratase de un tema más de Alejandro.

«¡Solamente quedan 345 canciones más y acabamos! (risas). Este es un momento que me gusta, no por el hecho de que quede poco para irme, sino porque si me echáis un poco de menos estaremos igualados». Los aplausos se escucharon hasta en el país vecino, en signo de agradecimiento, mientras invitaba a su corista Sara a acercarse.

«¿Preferís que cante ella o que baile yo?» preguntó él. El público prefirió lo segundo, como era de esperar, cosa que creo que Alejandro no esperaba. «Os lo agradezco, pero creo que mi carrera de bailarín se perdió con el tiempo (risas)». Ambos cantaron «Looking for paradise» y he de confesar la sorpresa que me produjo ella. ¡Qué voz tan magnífica tiene!

Aun no habiéndolo hecho antes, con «No es lo mismo» intentó bailar, pero al tercer paso puso cara de «de verdad, no sirvo para esto. Paso». Personalmente me hizo mucha gracia, pero por lo menos lo intentó, oye. Fue una versión de esta canción más rockera de lo normal, señal de que el concierto se acercaba al final. Y digo esto porque, aunque se produjo el famoso acto de irse todo el mundo del escenario hasta que la gente no pidiese más, era obvio que no iba a acabar ahí.

Todo se quedó a oscuras. De repente, un foco ilumina el piano con Alejandro sentado ante él. Comienzan las primeras notas de «¿Lo ves?» y la gente permanece a ratos callada y a ratos cantando. Sólo se ve en el recinto la luz de cientos de móviles inmortalizando la escena tan mágica que tenían ante sus ojos.

Bob Esponja en un vídeo. Sí, como leéis. Un globo con la forma de este personaje se zarandeó en un vídeo acompañado de guitarras, pianos, juguetes de niños, etc. para ilustrar el tema «Capitán tapón», que Alejandro dedica a su hijo pequeño.

Después de «A que no me dejas», agradeció de nuevo la asistencia del público. «Lo importante es poner aquí arriba el corazón. Os quiero mucho». Un medley final compuesto por «Viviendo deprisa» y «Pisando fuerte» puso el broche de oro a la noche. Con la primera, la gente bailó de nuevo para quemar las últimas energías que tenían, mientras que la segunda fue el momento más raro de la noche. Se despidió con un remix del estribillo de esta canción, a lo que el público respondió con entrega.

Alejandro Sanz y su banda se despidieron con una gran ovación, mientras que en las pantallas aparecía un mensaje que completaba el inicial. En conjunto ponía «yo tenía un sueño de pequeño y era estar aquí hoy con vosotros», un gesto muy bonito.

Salí encantado del concierto, a la par que agotado, pero con una sensación de haber visto, por fin, a uno de los grandes de la música. Y es que, después de ver a Alejandro Sanz en directo, ahora entiendo porque le llaman Maestro.

Yo volveré en breve, mientras tanto ya sabéis qué hacer… ¡Sonreíd!

¡Hasta pronto! ^^

Fotografías: Rocío Muñoz
Agradecimientos: RLM

Raúl Núñez

Diseñador Gráfico, Seriéfilo y Gamer en Youtube. No concibo una vida sin música, por ello canto y compongo.

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