El sábado pasado en Barcelona no fue una noche normal, la «Santa» Zahara llegaba a la ciudad Condal dispuesta a hacer disfrutar de una manera sobrenatural a todo su público que llenó la sala Bikini. Todo arrancó cuando ella y su banda salieron al escenario con la canción que abre su nuevo disco «La Gracia». Aquel tambor empezó a llenar de energía la sala, se presentía un buen concierto y la rabia con la que Zahara lo golpeaba ponía los pelos de punta a cualquiera.
«No me abandonarán si me he marchado,
no romperán mi corazón si lo he arrancado»
Así se las gasta ella y frases como esta son con las que Zahara hace que te quedes anclado y te absorba por completo ese momento. La intensidad fue subiendo y dio paso a la primera parte del concierto con su electrizante banda al completo. A las pocas canciones de comenzar el concierto llegó «El frío» y una sala Bikini callada y expectante se derritió ante la ya conocida sensibilidad y virtuosismo de la cantante para punzarte el corazón y hacer saltar todo tipo de alarmas. En esa primera parte también hubo cabida para canciones de su anterior disco como «Leñador y la mujer América» o «El Universo».
La banda de Zahara abandonó el escenario para dejarla sola en la parte más intimista del concierto, donde la andaluza hizo un despliegue de muchas de sus canciones que llegan a doler como «Del invierno». El momento más inesperado del concierto fue cuando presentó a su amigo Carlos Sadness para subirse al escenario e interpretar junto a ella «Au revoir». El público enloqueció. Él se despidió del escenario y Zahara se volvió a quedar sola con su guitarra para desenchufarla y alejarse del micrófono pidiendo todo el silencio del mundo para cantar a todos los allí presentes de una manera muy especial «Int. Noche». Hay que ser muy valiente para hacer eso y así se lo demostraron sus fans con una lluvia de aplausos y alguna que otra lágrima disimulada entre ellos. Ese fue el fin de la parte acústica del concierto y los músicos de Zahara volvieron a subirse al escenario para primero darle la vuelta a Michael Jackson y hacer propia una versión de «Billie Jean». Las canciones fueron pasando y llegó el turno de su actual single «Crash». Cuánta energía, cuánto baile y cuánto talento se fundieron en el escenario con esta canción en la que hasta el más tímido no pudo dejar de moverse y bailar de manera desenfrenada. Para cerrar el concierto llegaron los bises muy aclamados por el público y Zahara nos deleitó con dos canciones de su primer disco, «Funeral» y «Tú me llevas». Quizás fueron dos de los momentos más especiales de la noche. Todo estaba llegando a su fin y todas las voces que coreaban estas dos canciones hicieron de ellas momentos mágicos.
Lo que está claro es que después del concierto quien no disfrutó fue porque no quiso. Fue una noche en la que habría que destacar la banda que cubre a la cantante, porque el sonido que consiguen en directo es de admirar y aplaudir en todas las canciones; y también la manera de disfrutar de Zahara encima del escenario. Yo al menos nunca había visto nada igual, y cuando un cantante es capaz de transmitir todo aquello que ella sabe hacer y con creces, la única respuesta solo puede ser la de un público que se queda con ganas de más y rendido ante la gran Zahara.
1 Comentario
la verdad es que vas a un concierto y ya los has visto todos. tiene demasiado ensayado todo, los gestos, los movimientos, las charlas….. intenta parecer espontánea pero todo es demasiado impostado.