Hola, Bárbara:
Me dirijo a ti a través de tu nombre real porque escribo estas líneas para hablar a la persona y no a la artista. Faltan muy pocas horas para que te subas al escenario del Globen Arena de Estocolmo y cantes tu Say Yay! a más de 200 millones de espectadores. Lo harás en el puesto 19, una posición que nos trae muy buenos recuerdos a los eurofans españoles, pues tanto Pastora Soler como Ruth Lorenzo presentaron sus candidaturas en este lugar y ambas acabaron siendo top 10.
Que no te achante salir tras Rusia, una de las grandes favoritas. Desde España tendemos a eurodramatizar todo, nada que tú ya no sepas a estas alturas. Hubiera preferido que tu precedente no fuera Sergey, pero sé que, más allá de filigranas visuales, tu actitud en escena y tu carisma contrastan con su acartonamiento. El hielo contra el fuego, al más puro estilo Juego de Tronos.
Esta última semana ha sido dura. Demasiado. Eurovisión es un huracán y cuando te sitúas en el epicentro se hace difícil no resultar engullido. A lo largo de estos siete días en España ha llovido mucho, pero nada comparado con los chaparrones que te han caído a ti. Algunos muy injustos.
A veces me avergüenza pertenecer a un país donde se valora todo tan poco. No se trata de idolatrar ciegamente, sino de reconocer los méritos de los demás aun cuando cometen sus errores. Parece que en estos días se ha olvidado que tu candidatura rejuvenece, musicalmente hablando, a un país que casi siempre llegaba con uno o varios años de retraso al festival. Que abre (por fin) la puerta al inglés como lengua en la que cantar íntegramente si así lo requiere la métrica o el estilo personal del intérprete. Que deja atrás a las divas de ventilador y vestido para acercarse a lo urbano, a lo moderno, a lo real.
Tú has abierto un camino muy necesario a base de personalidad y carácter y has trabajado día y noche sin descanso para explotar esta experiencia como nadie antes lo había hecho. Has mostrado tu canción por Europa, has dado voz y espacio a cada persona que quisiera aconsejarte algo. Has atendido a toda la prensa durante horas y horas sin perder el ánimo ni la ilusión y siempre has sacado un minuto para hacer partícipes a aquellos que te ayudaron a viajar a Suecia, e incluso a los que no. ¿Mereces, entonces, tanta crítica destructiva? ¿Tanto halo de decepción? ¿Tanto castigo? No.
Mentiría si dijera que tu actuación es exactamente lo que soñaba ver, pero sé que te has dejado el alma en hacer las cosas como mejor has podido. Mi experiencia como seguidora del festival me ha enseñado que los artistas que se suben al escenario pocas veces son los verdaderos responsables de lo que en ellos se ve. Y si así fuera, y si tu actuación de este sábado fuera tu propuesta tal y como la imaginaste, siempre aplaudiré que hayas plasmado tu identidad y no la de otros. En eso también me pareces un ejemplo a seguir para representantes venideros.
Más allá de que se pudieran pulir muchas cosas de realización y otras tantas de iluminación, lo único que tengo claro es que esta experiencia es tuya y de nadie más. Los que votamos aquel 1 de febrero votamos un tema actual y radiable interpretado por una casi desconocida que logró ganarnos el corazón en apenas dos semanas con su naturalidad y sinceridad, fuera y dentro del escenario. Peleamos para tenerte esta noche en ese marco incomparable llamado Eurovisión porque tienes la garra y el arresto necesario para suplir las carencias escenográficas con una simple mirada a cámara. Olvídate de las críticas, en especial de las que nunca suman, pues la suerte ya está echada. Mira a los ojos de todos aquellos espectadores que estaremos tanto o más nerviosos que tú tarareando cada palabra de una canción que habla, precisamente, de lo que ha sido esta semana. Usa cada lágrima derramada en este tiempo para darle más veracidad a un Say Yay! que cuenta una historia de superación. Tú eres una de las luchadoras más auténticas que conozco. Tú eres Say Yay!
En una de las últimas veces que nos vimos me dijiste que solo te importaba que la gente estuviera orgullosa de ti tras ver la actuación. Respira tranquila por eso, porque yo ya estoy orgullosa de haber apostado por ti, independientemente del resultado de esta noche, y como yo sé que sigue habiendo muchísima gente que no se arrepiente de haber depositado la ilusión en ti y en tu canción.
Es tu día, y «go-getters don’t forsake». No lo olvides.
#SoySayYay!
ENLACES DE INTERÉS
PRIMERA ENTREVISTA A BAREI | OBJETIVO EUROVISIÓN
MINI-ENTREVISTA A BAREI | GANADORA DE OBJETIVO EUROVISIÓN
SEGUNDA ENTREVISTA A BAREI (SUBTITULADA EN INGLÉS) | A UN MES DEL FESTIVAL
1 Comentario
Tu texto que no carece en absoluto de auténtica realidad, ha logrado emocionarme. Somos muchos los que con solo escuchar la primera nota de Say Yay y en esa voz repleta de fuerza nos enganchó. Desde ese primer instante aposté por ella y no me he arrepentido. El Festival llegó y tristemente no se consiguió el puesto merecido. Pasadas veinticuatro horas y recuperada del impacto o rabia que me causó me sigo sintiendo orgullosa de nuestra representante, nos defendió con uñas y dientes incluso logró levantar al público que abarrotaba el Globen Arena de Estocolmo, eso ya fue un éxito.. No pudo ser, pero por causas totalmente ajenas a nuestra Barei. No habrá ganado el festival pero si ha conquistado a gran parte de Europa y como apuntas, ha abierto un nuevo camino que ya era hora.
Felicidades BAREI