MAREA CRÍTICA | Del mundo banana al fin de California

La era de los plátanos llegó. Tuvimos una edad de hielo y ahora tenemos una edad amarilla. Los Minions han llegado pisando fuerte en todos los sentidos. Muchas empresas se han beneficiado de la fiebre amarilla cual fábrica de juguetes en navidad y en muchos lugares han agotado existencias de merchandising antes del estreno del film, pero lo cierto es que existen dos versiones en cuanto a la película: Las familias y jóvenes que la han visto lo comparan con una sesión de risoterapia, mientras que aquellos que somos seguidores acérrimos de esos pequeños monstruitos estamos decepcionados con ella. Esperábamos algo más que un repaso por la historia de la humanidad mientras los amarillos se cargan a los grandes iconos de nuestro pasado más lejano. Esperábamos más de la chispa que les caracteriza, más de ellos con Gru. En líneas generales, para aquellos que han visto la película tiene un sobresaliente, mientras que para los que llevamos un año esperando por ella no ha llegado a ser decepcionante, pero tampoco sacaría un sobresaliente en un examen del planeta amarillo.

Aunque si nos ponemos a hablar de decepciones debemos irnos a la costa de California, donde un movimiento de fallas es la protagonista de la película San Andreas. Una película que tiene más ciencia ficción que la saga Regreso al futuro. El 95% de la película está fabricado por ordenador y eso, sumado al argumento lineal y predecible, convierte al espectador en un vidente más que en un espectador. A cada momento sabes lo siguiente que va a ocurrir y así en toda la película. Cumple todos y cada uno de los clichés de todas aquellas películas de ciencia, desastres y amor habidas y por haber. Además, el hecho de que el protagonista deje su trabajo de salvar a personas por salvar a su familia y su matrimonio no es un hecho heroico sino algo que cualquier persona del planeta habría hecho, pero utilizar un helicóptero de rescate para ir en busca de su familia resulta algo irresponsable. Y ya sé que es ciencia ficción, pero señores, si hacemos cine hagámoslo bien. Igual que la escena con la que finaliza la película, una escena un tanto irreal que da mal ejemplo a nivel de primeros auxilios.

En definitiva, una película del siglo XXI que bien podría estar editada en el siglo XX gracias a su nulo argumento y a su exceso de efectos por ordenador que hace nque parezca una película del siglo pasado, cuando estos estaban recién descubiertos.

Alazne Villar

De un lugar parecido a Invernalia, animadora sociocultural y turística de profesión, voluntaria de trinchera y 2.0 por vocación, snob seriefila y geek por diversión; a ratos humana y a ratos zombie, seriéfila a jornada completa y horario flexible. ¿Qué hago aquí? El día que lo averigüe dejaré de escribir… (en busca de la perfección).

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