Una semana más, Maestros de la costura no deja a nadie indiferente; ya sea para bien o para mal, el programa da que hablar. En la primera prueba traen como invitada a la Hermana Rosa, llevados por el postureo de aumentar la audiencia deciden mandar a los aprendices a hacer un hábito religioso y donar los seis mejores a Rosa y las otras cinco hermanas. Además, el ganador de la prueba ganará el alfiler de oro, que además de convertirlo/a en jefe de taller, le da el privilegio de no ser expulsado/a haga lo que haga. Antes de la prueba nos ponen a mi adorado Sergio, ilusionadísimo, contándonos su última vez en el confesionario de la iglesia. A Mahi regalándonos frases como: «Quién no va a querer un alfiler de oro? Si pega con todo». O durante la prueba donde cuenta un poco de su pasado con su gracia natural: «…viviendo con monjas y estudiando Ciencias Políticas. Estaba muy desencaminada en la vida». Y es que es imposible no encariñarse con esta mujer, siempre te arranca una carcajada. También vimos a Eduardo demostrando su profesionalidad (nótese la ironía) al desanimarse y no parar de resoplar durante la explicación de la prueba porque –por supuesto- no es su estilo. Asegurando después que en el programa coartan su libertad de creación y expresión, claro está, siempre echando la culpa a quien le venga mejor. Su capacidad de comprensión brilla por su ausencia ya que, aún después de explicar la prueba, él murmuraba que quería hacer un hábito sexy. Pero dejemos a este peculiar ser humano para más adelante. Lorenzo Caprile se ofusca por el desastre que han hecho los gemelos, con razón ciertamente porque siempre les ha ido en contra el tiempo. Sin embargo, que Caprile les culpe, a su manera, porque es una prueba para ellos por ser los más religiosos), no lo veo muy justo. Desde ese momento tengo claro que, un gemelo o los dos, estarán en riesgo de expulsión. La prueba la gana Pa, quien les ha dado un buen meneo al resto de los aprendices.
En la segunda prueba se van a la empresa Intropia, donde Pa elige al segundo jefe de taller y el equipo de cada uno. Como jefe elige a Eduardo y le asigna a Mahi, Antonio, Vicente y Alicia. Pa se queda con Luisa, Sergio, Jaime y Ana. Con esos equipos lo único que me viene a la mente es: «pobre Alicia, lo que va a tener que aguantar». La prueba consiste en transformar un vestido usando partes de varias prendas y que esté en la línea de la empresa Intropia. O eso se supone, porque Eduardo, para variar, lo quiere convertir todo en una línea Eduardo Navarrete para demostrar, una vez más, el ego tan enorme que tiene. Alicia quiere ponerle un forro a la falda para que no vaya enseñando las bragas, algo que no le gusta a Eduardo. Cabe destacar que el vestido debe ser algo para vender a la gente y no para mostrar en una pasarela, algo que no entiende o no quiere entender Eduardo. La prueba la gana el equipo de Pa, sin lugar a dudas.
En la prueba de expulsión están: Alicia, Mahi, Eduardo, Vicente y Antonio. «Hoy es mi semana», dice Pa, y sí, se la ha ganado con creces. En esta prueba tienen que hacer un vestido de inspiración flamenca y cuentan con Vicky Martín Berrocal de invitada. En la prueba Eduardo se queja porque Vicente reza y comenta «…tanto rezar, tanto rezar. Ponte ahí a… (trabajar)». Consejos vendo que para mí no tengo. Para «mandar» a alguien trabajar, deberías empezar a hacerlo tú, querido Eduardo. En el primer programa me pareciste divino, pero de ser divino y hacer gracia a ser insoportable hay una fina línea que has saltado y has dejado muy lejos. Volviendo a la prueba, los mejores fueron Alicia y Antonio con un millón de años luz de diferencia con el resto. Por desgracia, la expulsión se disputó entre Mahi y Vicente, y fue este último el expulsado.
Quiero aprovechar para comentar dos cosas que me parecen bastante graves y espero que quienes ven el programa reflexionen. La primera: Eduardo. Se da por hecho que los maestros de la costura son Palomo, Caprile y María, y que los concursantes son los aprendices. Querido Caprile, llevas tres programas llamando «vago» a Eduardo y, como te gusta tanto la RAE, me he ido a buscar en su web la definición de aprendiz y vago. Según la RAE, un aprendiz es una persona que aprende algún arte u oficio. Y la definición de vago es, y cito: «holgazán, perezoso, poco trabajador». Creo que todo el mundo es capaz de entenderlo, ¿verdad?
Por otra parte, y no menos importante, es la tirria que Eduardo le tiene a Alicia. Por fortuna, Alicia es una mujer muy elegante que no le entra al trapo ni una sola vez y que se impone cuando es necesario. Pero la actitud hacia ella me parece que se está ignorando demasiado. En este tercer programa Edu le dice a Alicia: «No puedes ser guapa y hacerlo todo bien, Alicia». ¿No? Pues a mí me parece bastante válida. Quizás es por eso que Edu le tiene un pelín de envidia y la ha tomado con mi Julia Stiles particular. ¿Por qué no, en vez de hacerle la vida imposible, tomas ejemplo para mejorar? ¿No sería mejor para que la gente empiece a tomarte un poquito más en serio? Es una idea…
Primeros favoritos para la final
Y finalizo dando mis favoritos para la final. Antes debo decir que la técnica siempre se puede aprender, pero la creatividad no. Mi top cinco es el siguiente: en el quinto lugar mi religioso favorito, Sergio. Solo tienes que andar más ligero y ganar a la falta de tiempo. En el cuarto lugar, Jaime, espero que llegues cantando a la final porque vales mucho y tienes un corazón enorme. El tercer lugar es para Mahi, después de ver la customización del vestido del segundo programa me enamoré. En el segundo puesto, Antonio, tengo clarísimo que si no ganas el concurso serás subcampeón. Y el primer puesto es para Alicia, en tan solo tres programas ha demostrado ser muy trabajadora, creativa y disciplinada. Estoy convencidísima desde el primer programa que, si sigues progresando, serás muy capaz de ser una gran diseñadora y costurera.
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