REVIEW | Maestros de la costura #7: Visita familiar, «influencers» y ecología

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En este séptimo programa de Maestros de la Costura nos han ablandado a base de bien. Si el anterior había sido intenso, en este se han superado. El jurado aparece vestido como si Maria Escoté viniera de una fiesta oriental, Palomo de una hindú y Caprile de una reunión con la mafia. Eso sí, los tres estaban muy monos, y el sombrerito le quedaba estupendamente a Lorenzo Caprile. Raquel Sánchez Silva, que parecía venir de ver a Frida Khalo, nos engañaba a todos anunciando a los aprendices que en sus costureros tenían una pista sobre la primera prueba. Todos tenían una tablet y uno por uno iban viendo que no se trataba de ninguna prueba, que en la tablet no venían patrones sino vídeos de los familiares. Vamos, la primera ración de lágrimas de la noche.  «Quiero dar las gracias al programa porque es la primera vez que veo a mi padre orgulloso de mí» decía Mahi. Alicia, además de vídeo, tiene una carta de su padre, porque ellos suelen escribirse. Todo el mundo llorando, y a mí se me hizo blandiblú el corazón al ver a Eduardo emocionado con el vídeo en el que salía su abuela.

Después de semejante llorera, ¿quién es capaz de centrarse en una prueba? De todos modos la primera prueba comenzó con los diseñadores de Alvarno, con Palomo diciendo «outfit» y Caprile quejándose porque odia los anglicismos. «Que estamos en la televisión española, hombre» decía Lorenzo. Me encanta Caprile. El caso es que había siete trajes para siete aprendices y dejaron el reparto de los mismos al azar. Sacaron un costurero enorme que contenía elementos, los aprendices se acercaban de uno en uno y tenían que coger uno sin mirar para repartir de esa manera los trajes que debían confeccionar. Para ello tenían dos horas, como siempre el tiempo les juega en contra a algunos más que otros. La primera vez que Alicia mete la pata en una prueba y todos se quedan impresionados porque ahora saben que es humana y no descendiente de E.T. Antes de las valoraciones de verdad, los familiares de los aprendices juegan a adivinar que vestido es el de su hija, esposa, marido… La madre de Eduardo cree que el vestido que ha hecho su hijo es el de Alicia y Edu le dice «es el de mi archienemiga». «Dadle guerra. Dadle caña», dice la madre de Navarrete y a Caprile le salen corazones por los ojos porque tiene carta blanca para seguir en su línea. En el ranking de matrimonios el número uno es para Luisa y Manolo, que no se sueltan ni echándoles agua hirviendo, seguidos por Jaime y su mujer embarazada que son muy adorables, y Antonio y su mujer que han sido los más sositos. Palomo se deshidrata llorando con la visita familiar. ¡Qué bonico que es! Total que Antonio es el número uno de la prueba y Alicia la última por la metedura de pata. Pero… ¿A quién le importa? Justo antes de las valoraciones veo a Edu darle un beso a Alicia. Sí, sí, he dicho Edu. Parece que en este programa sí que ha cambiado el chip y yo he vuelto a quererlo porque es como un hermano cabrón, que lo odias pero en el fondo no puedes evitar quererlo.

Influencers, it girls y moda ecológica en la segunda parte del programa

En la segunda prueba hablan de blogueras de moda, influencers e it girls. «¿It girls? ¿Eso qué es?» pregunta Jaime por lo bajini a Mahi. ¿Seguro que Caprile y Jaime no son familia? Aparece Miranda Makaroff y Paula Ordovas, la primera quiere un mono y la segunda, el vestido. Antonio es el jefe de taller de los dos equipos. Alicia, Edu y Jaime forman el primero, el segundo está compuesto por Pa, Luisa y Mahi. A Mahi y Edu no paran de llamarles pinches, cosa que a él le sienta fatal. Normal, si para una vez que estoy de acuerdo contigo… ¿Que Edu ha sido un vago la mayor parte del programa? Por supuesto. Pero vago no significa que valga menos como aprendiz. Los jueces reorganizan el equipo y cambian a Mahi y Edu. «Voy a sudar la camiseta» dice el rubio y Caprile no desaprovecha para dar la puntillita con «tú no has sudado en tu vida». Al final hay historia de amor entre estos dos, tiempo al tiempo. El equipo que pasa a la prueba de expulsión es el de Luisa, Pa, Edu y Antonio.

«Antonio estás aquí porque favoreciste a uno de los equipos, el de Eduardo, y encima han perdido» le dice Caprile. Y tiene toda la razón, Antonio tiene debilidad con Edu, eso o que hace lo que él le pide como una marioneta. En esta prueba aparece Javier Goyeneche, fundador de Ecolaf, junto a la influencer Gala González y él decide que prenda hace cada aprendiz. Me gusta mucho esta prueba porque Ecolaf es una nueva marca española de moda sostenible con materiales peculiares. Algo así como ropa ecológica. «A mí los gemelos me obligaban a reciclar» decía Mahi. ¡Sergio, te echo de menos!

Pa pide el imperdible y Jaime la ayuda. La prueba termina con Antonio y Pa en la cuerda floja, pero al final expulsan a Pa. «Voy a echar de menos el costurero de Pa» dice Lorenzo. Y vuelta a llorar. Palomo, llora. Caprile llora. Y si Caprile llora, yo también. Yo solo puedo copiar las palabras de Palomo a Pa: ¡Tu sí que eres una crack!

Mariví González

Feminista. Hada madrina en prácticas. Opino sobre muchas cosas, para bien o para mal. Periodista freelance. Intento de influencer cultural.

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