Zapeando ya ha cumplido 500 programas, la mitad de Sé lo que hicisteis

Quién le iba a decir a Paco León cuando visitó Zapeando hace dos años que ese programa al que le auguraba el mismo tiempo de vida que a su serie Aída —que acababa por aquellos entonces— llegaría a los 500 programas y se convertiría en un pilar fundamental de la sobremesa de La Sexta, que ha formado un conjunto perfecto de producción propia para la cadena con Más vale tarde.

Zapeando ya ha logrado superar la barrera de los 500 programas, justamente la mitad que uno de sus principales referentes, Sé lo que hicisteis, que se despidió tras 1010 emisiones. Las similitudes entre ambos son evidentes: pertenecen al mismo formato, el del zapping comentado desde el humor. Pero Zapeando llegaba con la lección aprendida de otros programas similares que lo intentaron antes (Otra movida, No le digas a mamá que trabajo en la tele, Así nos va…) y finalmente, tras darle unas vueltas, consiguió dar en el clavo.

Abandonaron el talk show sin guion que en un principio quería ser para convertirse en un espacio más centrado en el humor, con caras nuevas que se unieron a las ya conocidas en este tipo de formatos. Y no lo hicieron repitiendo la fórmula de sus antecesores, sino que dejaron atrás la estructura de presentador y copresentador que daba paso a colaboradores y sus secciones y convirtieron el típico zapping en una tertulia guionizada mucho más dinámica; en una mesa redonda con todos los colaboradores dando paso a vídeos y haciendo chistes. Zapeando pasó a ser el programa al que Sé lo que hicisteis… quiso transformarse en sus últimas emisiones, cuando en un intento desesperado por levantar las flojas audiencias cambió radicalmente de plató y estructura.

Cierto es que Zapeando no cuenta con rostros casi imprescindibles como eran Patricia Conde y Ángel Martín, ni sus guiones respiran el tono ácido y crítico que levantaba ampollas al corazón, ni se puede decir que tenga su mismo espíritu rebelde, pero el programa de Frank Blanco ha conseguido asentarse de una forma mucho más estable que todos los que vinieron antes, que empezaron arriba y terminaron desplomándose. Zapeando ha encontrado su hueco y difícil será verlo caer tan estrepitosamente como lo hizo SLQH, porque este es más blanco y naif, más atemporal, y el hecho de que no haya conocido el éxito más bestia impide que su audiencia sea pasajera porque se trate del «programa del momento».

Zapeando también tiene otros méritos, como el de terminar de encumbrar a Cristina Pedroche como estrella de la TV en nuestro país y que —listos ellos y lista ella— sigue perteneciendo al programa pese a su ascenso a presentadora. También ha puesto de moda a Ana Morgade —ahora en El Hormiguero y Tu cara me suena— ha sabido mantener en perfecta forma a Miki Nadal y Anna Simón como secundarios de oro y nos ha presentado a Sara Escudero y Quique Peinado. Y es, precisamente, el tándem que forman los colaboradores, sumado al carisma y la química que se respira entre ellos y el presentador, el verdadero gran éxito de este sencillo programa.

Víctor Santos

Polifacético, aficionado al humor y a escribir. Estudiante de publicidad. No sabe cantar, no sabe bailar, pero no se lo pierdan

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