CRÍTICA | «Caronte», un drama legal que no hace justicia

Mediaset estrenó anoche en abierto su nueva apuesta de ficción, «Caronte», protagonizada por Roberto Álamo y Miriam Giovanelli, que ha llegado a Cuatro un año después de su premiere exclusiva en Amazon Prime Video.

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Cuando Mediaset anunció en octubre de 2018 que estaba preparando un nuevo drama legal con tintes policíacos, se me vinieron a la cabeza títulos como ‘Acusados’, ‘Sé quién eres’ u ‘Homicidios’. Con ‘Caronte’, Telecinco y Big Bang Media se adentran de lleno en el mundo de la abogacía para presentar a un expolicía reconvertido en abogado penalista. El interés surge una vez el agente es acusado de un crimen que no cometió y tras pasar años en la cárcel, comienza una nueva vida, eso sí, con ansias de venganza.

A priori, la serie cuenta con importantes reclamos de cara al espectador para comprender que estamos ante una apuesta seria, cogida, además, de la mano del soberbio Roberto Álamo. De esta forma, el continuo thriller que destaca en su carrera nos debería dar pistas de lo que podemos encontrar aquí. Inequívocamente, la trama gira en torno a su personaje Samuel y el lastre -o fortuna para nosotros- de su apellido. En este punto, cabe avisar de la frágil metáfora que el mismo da a la labor del abogado, pues Caronte era en la mitología griega el barquero del inframundo, encargado de transportar las almas errantes de los difuntos a la orilla que les pertenece y situarlos, así, ante un juicio justo.

Si bien el ansiado clímax de justicia incardina el argumento y atractivo de la ficción, con lo que plantea previsibles y seductoras dosis de acción, quizás el punto negativo reside precisamente en la débil presentación del verdadero conflicto a lo largo de la temporada. He aquí la mayor prueba en contra. Además, la previsibilidad de algunas de las subtramas, en mitad de una excesiva duración episódica, lleva a la historia, en ocasiones, a ahogarse en la propia laguna estigia.

Lo que no parece justo, por tanto, es que Mediaset siga empeñada en dar la espalda al estándar internacional que promueve capítulos de menos de una hora. Y más cuando se pretende dar a degustar al espectador una historia densa y tendente a la épica, pero acomplejada de enclaustrarse en estructuras tradicionales poco novedosas. Y todo ello sin olvidar que su pionera proyección en Amazon tiene precisamente como objetivo el llegar a mercados internacionales.

A pesar de ello, la justicia la imparte una buena factura y un elenco que da todo de sí, desde los más habituales, hasta los más nuevos, si bien los méritos recaen indudablemente en el propio Álamo, Álex Villazán, Miriam Giovanelli, Belén López y Carlos Hipólito, en su papel poco habitual de antagonista. El agravante, por el contrario, reside en la insuficiente intensidad del guion y su destreza anticlimática que no deja a este quinteto de actores brillar aún más, y lo que es lo mismo, deja a medio gas una atractiva historia que no debería incomodar en aquellas escenas en que el justiciero Caronte empotra contra la pared a los verdugos.

Por todo lo anterior, fallamos que debemos condenar y condenamos a la dirección y guion de ‘Caronte’ como autores criminalmente responsables de un delito de homicidio involuntario a su propio potencial, quedando absuelto el elenco interpretativo y el área técnica. Esta sentencia no es firme, por lo que contra ella cabe interponer recurso de segunda temporada, dentro de los meses siguientes a su emisión en Cuatro.

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