Loreto Sesma empezó recitando poesías en su canal de YouTube y tal fue el éxito que acabó publicando su primer libro. Después de convertirse en influencer a través de las redes sociales, la joven escritora siguió publicando libros hasta alzarse con el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla con “Alzar al vuelo”.
Se confiesa escritora desde bien pequeña y de momento así lo avalan todas sus publicaciones con tan solo veintidós años. Ahora, la zaragozana vuelve con “La princesa”, un libro en el que la autora se envalentona para reescribir “El príncipe” (Maquiavelo) desde una visión feminista y totalmente renovada con respecto al conocido clásico de la literatura. Después de recibir a todos sus seguidores en su firma de libros en Barcelona, la escritora nos hace un hueco para hablarnos de su nueva publicación y del feminismo que ella defiende.
TITULARES | Entrevista a Loreto Sesma
«Creo que la historia sí que se cambia si tú eres capaz de reescribirla»
«Estamos entrando en una dualidad superhipócrita que convierte el feminismo en un pie de foto en Instagram»
«Tiene que haber educación para que la gente no consuma mierda»
«Como feminista, no me siento para nada representada por colectivos como Femen»
P. Loreto, ¿por qué decides hablar de feminismo a través de “El príncipe” de Maquiavelo?
Porque Maquiavelo dice una cosa que a mí me parece sorprendente y es que la historia siempre se repite porque el ser humano siempre cae en los mismos errores. Me parecía interesante esa visión porque creo que la historia sí que se cambia si tú eres capaz de reescribirla. He intentado reescribir su libro desde otro punto de vista, intentando cambiar lo que yo creía que sí se tiene que cambiar en la sociedad actual, que es el papel de la mujer.
P. ¿Qué hubiese pasado si Maquiavelo hubiese querido publicar “El príncipe” hoy en día?
En su momento fue un libro censurado durante bastante tiempo. Creo que ahora no existe esa censura, con lo cual sí que se publicaría aunque habría sido criticado por esa nueva censura que hay hoy en día en cuanto al discurso público. Te tienes que sumar a lo que está bien visto, a lo políticamente correcto, y Maquiavelo es precisamente lo contrario a eso. Tiene reflexiones superactuales y muy interesantes con respecto a todos los tratados sociales y políticos y en cuanto a la relación de una persona con el poder.
P. ¿Deberíamos revisar los clásicos de la literatura con una visión un poco más actual?
Creo que tenemos que tener presentes siempre a los clásicos y a las personas que nos han precedido. De hecho, yo hago mención a las mujeres que nos han precedido y han defendido esa lucha, el feminismo silencioso; mujeres como mi madre o mi abuela, pero también a Simone de Beauvoir o Virginia Woolf. Los clásicos tienen que estar presentes porque al final son esas visiones pasadas y no estamos inventando el mundo ahora. Al final es cierto que la historia se repite, también lo dice Buero Vallejo y Ángel González.
P. Te he leído en otras entrevistas decir que a veces el feminismo se usa como campaña de marketing…
Sí, el feminismo es el eslogan perfecto ahora mismo, el gancho político para conseguir un voto. Es utilizado y en el libro digo que el feminismo no es un medio, el feminismo es el fin. Se nos está olvidando esto y estamos entrando en una dualidad superhipócrita que convierte el feminismo en un pie de foto en Instagram.
P. En el mundo de la literatura, ¿se está aprovechando el tirón del feminismo para vender libros?
Sí, ahora mismo es objeto de merchandising y es un claro atractivo para productos. Se podría pensar exactamente lo mismo de “La princesa”, pero quiero pensar que igual que hay mucha mierda, también hay muchas cosas que valen la pena. Hay mujeres que están dando luz a muchísimos aspectos, como Irene G Punto, que ha hecho un poemario dedicado a todo el posparto y sus sombras a pesar de lo bonito que es traer al mundo un niño, o Paula Bonet, que está también ahí con el tema de los abortos. Hay mujeres que están hablando de muchas cosas que no estamos acostumbrados y es muy importante, pero también hay mucho producto y al final el producto devalúa todo lo demás.
P. ¿Deberíamos poner un filtro a la hora de consumir todos esos «productos» que vienen como abanderados del feminismo?
El problema de los filtros es quién los pone y qué poder tiene ese quién sobre el resto. Lo mismo ha ocurrido siempre con la estructura literaria. El mundo de los críticos y los académicos al final han estado desde su atalaya y han abierto las puertas a algunas personas y después, de repente, llega una generación que se crea un canal de YouTube y a partir de ahí entra en el mundo literario. Yo no soy partidaria de que haya ese San Pedro en la puerta de cada industria porque ese San Pedro puede que no sea justo que esté ahí. Creo que el filtro deberíamos hacerlo nosotros a la hora de consumir. ¿Por qué hemos tenido la boda de Pilar Rubio toda una puta semana? Porque la gente es lo que consume. Creo que lo que tiene que haber es educación para que la gente no consuma mierda y consuma algo que sí que merece la pena cambiar.
P. ¿Hay machismo dentro de la literatura?
Hay muchísimo. En cuanto a la posibilidad de publicación creo que sí que los hombres y las mujeres tienen las mismas probabilidades, pero en cuanto a la adquisición de prestigio sí que creo que sigue habiendo machismo. A mí se me ha criticado por conseguir el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla y esa puesta en duda de qué he podido hacer yo para conseguir ese premio no se le da a un hombre.
P. Es curioso, porque al final en la literatura la mayoría de las consumidoras son mujeres…
Y creo que ahora mismo también hay muchísimas autoras que se están ganando una relevancia en el panorama que antes a lo mejor no tenían. Están desde Julia Navarro, Isabel Allende, Elisabeth Benavente… son registros distintos pero son todas mujeres y muchas ventas vienen de sus obras.
P. También te he leído decir que falta unidad en el movimiento feminista, ¿por qué consideras esto?
Ahora mismo hay como tres vías, de hecho lo cuento en el libro. Están las que siguen el camino tradicional y se empeñan en decir que el feminismo es algo malo y que la mujer por supuesto tiene las mismas posibilidades que el hombre. Luego están las feministas radicales que intentan imponer su propio camino y vuelven a dejar a la mujer sin poder decidir y, por último, las que ni si quiera saben por dónde les da el aire, les da igual. Falta unidad en el sentido de que creo que es un deber de la sociedad el que existan esas posibilidades y esa nueva educación para que no exista la violencia de género o que no tengamos miedo de volver a casa.
P. Me hablas sobre las feministas radicales, ¿crees en el término feminazi?
Creo que feminazi es el término despectivo para hacer a esa feminista. Hice un reportaje sobre el feminismo y creo que muchas veces se etiqueta de manera errónea con ese feminazi cuando hay alguien que siente ese desprecio por ese movimiento feminista. Sí que es verdad que no me siento para nada representada, como feminista que soy, por colectivos como pueden ser Femen. No soy creyente pero tampoco me parece bien entrar desnuda a un sitio donde la gente va a rezar a su Dios.
P. Para terminar, Loreto, he visto que muchas veces tu pareja se convierte en el centro de interés de muchas de tus entrevistas. Como profesional y feminista, ¿cómo llevas que a veces se te trate como «la novia de»?
Es lo mismo de siempre, hipocresía. Al final todos los medios de comunicación se hacen eco de todas las noticias feministas y todos son superfeminista, pero luego titulas con lo que titulas. Los medios que hacen eso son unos hipócritas y unos falsos y alimentan a una sociedad en lugar de educarla, que yo creo que es una las misiones principales de los medios de comunicación.
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