Para todo el que le interese el mundo de la ilustración de sobra conocerá a Lyona. Empezó realizando videoclips para artistas como Love of Lesbian, Zahara, The New Raemon o Lori Meyers y recientemente ha trabajado con Morat y Aitana. En cuanto a la ilustración, Lyona ha conseguido ser un referente y tener un estilo propio que le ha llevado a triunfar con libros como “Yo mataré monstruos por ti”.
Ahora, la artista multidisciplinar vuelve a estar de actualidad y es por que acaba de publicar “Sex ¡oh!”, un libro ilustrado que pretender informar sobre la sexualidad femenina tan desconocida y silenciada a lo largo de la historia.
Nos reunimos con Lyona en un hotel de la ciudad condal para hablar de sexualidad, de feminismo y del duro mundo de los autónomos al que se enfrentan muchos artistas.
TITULARES | Entrevista a Lyona
«Tanto en el cine como en la literatura he ido viendo que reflejaban una sexualidad con la que yo no me veía representada»
«A los padres tampoco les han enseñado cómo hablar de sexualidad»
«Siempre intento que todos mis trabajos tengan un fin social»
«Con las redes sociales hay una necesidad de petarlo superrápido, obtener fama y seguidores y no todo es así»
«Tener las facetas de ilustradora y realizadora me hace estar sana mentalmente»
P. Lyona, ¿en qué momento, como mujer, empiezas a detectar que no nos han contado todo sobre sexualidad femenina?
Todo vino porque me regalaron un vibrador de Platanomelón por mi cumpleaños hace un año y superfeliz lo colgué en Instagram. No paré de recibir mensajes con dudas en los que la gente me preguntaba si un vibrador se podía utilizar teniendo pareja, si yo me masturbaba, si se podía llegar al orgasmo con un vibrador… Me di cuenta de que todavía había muchos prejuicios y mucho sentimiento de culpa. Me planteé lo necesario que era hablar de eso para romper con todos esos prejuicios y que la gente no se sintiese sola ni un bicho raro. Siempre ha sido un tema que me ha interesado mucho y tanto en el cine como en la literatura he ido viendo que reflejaban una sexualidad con la que yo no me veía representada. Empecé a hacer viñetas y se generó en mi cuenta de Instagram algo muy bonito; iba notando como que las personas se sentían seguras para hablar de un tema del que normalmente te da vergüenza hablar. Compartir dudas y consejos y crear un espacio de confianza me parecía superimportante porque hasta hace un año yo no sabía realmente cómo era un clítoris. Hay cierta información que no nos ha llegado ni por la escuela ni por los libros de texto.
P. ¿Por qué nos han metido a los hombres en la cabeza que es normal que nos masturbemos y a las mujeres no?
Aquí hay un interés social del patriarcado que es mantener a la mujer en casa y que su objetivo sea procrear y cuidar de los hijos y del marido. Una mujer que no conoce su placer es una mujer sumisa y que piensa que le debe todo al hombre, mientras que una mujer que se conoce y que es capaz de satisfacerse ella solita es una mujer independiente. Una mujer que sabe cómo llegar al orgasmo sola es una mujer que se hace feliz y segura y, al fin y al cabo, libre. Eso no ha interesado que fuese así y por eso durante siglos el clítoris ha sido un órgano totalmente desconocido hasta el año noventa y ocho que una cirujana hizo la primera disección.
P. ¿Existe una determinada edad en la que debemos empezar a hablarle a las niñas y niños de sexualidad?
Creo que la sexualidad tendría que ser algo natural y de lo que se pueda hablar sin vergüenza. Tengo fotos mías de bebé con el dedo ahí tocándome y creo que ese es un buen momento para hablar con el niño o niña de si ha descubierto que eso le da gusto. Deberíamos celebrarlo en vez de decir que no se haga y que está mal, que es lo que normalmente hemos oído todos. Ahí estás generando una represión en la persona con respecto a su sexualidad. Si le explicas y le cuentas lo que es y que eso hay que hacerlo en la intimidad, que no puede tocarte otra persona si tú no quieres, que un adulto tampoco es normal que te toque… te ahorras muchos problemas que nos vamos encontrando luego como los abusos sexuales, violaciones o traumas. Es muy fácil y difícil a la vez, pero creo que tendríamos que ir haciéndolo.
P. Y todavía tendremos que esperar a que esos niños y niñas crezcan para ver los resultados de esa educación…
Exacto, y también es un problema importante el que a los padres tampoco les hayan enseñado cómo hablar de sexualidad. Yo con mis padres tengo una relación abierta, éramos hippies e íbamos en pelotas por casa, pero tampoco sabían entonces del sexo como puedo saber ahora y tampoco tienen las herramientas de cómo hablar de eso con los niños. Creo que antes tendríamos que enseñar a los padres. Nos tienen que enseñar a cómo hablarlo a los que vamos a ser padres. Tendría que haber en las escuelas una asignatura de sexualidad, de igualdad y de afecto.
P. Tal y como cuentas en el libro, Freud es uno de los culpables de la desinformación de la sexualidad femenina. Con la mirada de hoy en día me cuesta mucho entender cómo se le hizo caso a un hombre que hablaba sobre el cuerpo de las mujeres de una manera tan rotunda…
Freud decía que el orgasmo clitoriano era para adolescentes y que el vaginal era el de las mujeres adultas. Es increíble que lo que dice un hombre que no ha experimentado nunca vaya a misa. La gente que podía opinar entonces eran solo hombres, las mujeres no podían llegar a posiciones en las que su opinión fuese importante porque las tenían relegadas cuidando a los hijos.
P. ¿Crees que el feminismo se ha convertido en un perfecto eslogan político para vender libros o para consumir ciertos productos de entretenimiento?
Creo que lo guay es que todas estas cosas se están democratizando. Yo, que vengo del mundo del cine, cuando estudiaba no tenía referentes de directoras porque no había y ahora cada vez llegan más y por fin pueden hablar de cosas que me preocupan porque lo están haciendo desde el punto de vista de la mujer. Me parece perfecto que se estén democratizando los medios y que lleven otros puntos de vista y otras voces porque siempre han sido voces masculinas y machistas. Si se está utilizando de manera comercial, que sí, me da un cierto reparo, pero a la vez pienso que es necesario porque todo lo que sea hacer despertar a la gente me parece positivo.
P. El otro día entrevistando a Beatriz Luengo por un libro que ha publicado en el que también se habla de feminismo, me contaba que desde que lo está defendiendo en redes sociales y entrevistas se siente analizada de una manera que antes no había vivido, ¿lo sientes tú también así?
Yo he recibido haters llamándome feminazi y cosas de estas y cuando veo que hay esperanza dialogo e intento dar mi punto de vista, pero cuando no paso de todo y no me afecta. Es verdad que es un tema delicado y que, por ejemplo, el otro día puse en un post órganos sexuales femeninos y me dijeron que no, que eran órganos gestantes porque un hombre transexual también puede tenerlos. Es muy delicado y todo lo que dices puede ser analizado y habrá alguien que se pueda sentir ofendido y tiene todo el derecho. Intento todo el tiempo rectificar y aprender. No soy portavoz de nada, solo hablo de este tema porque me interesa y creo que es interesante abrir una puerta a que todo el mundo se pueda expresar.
P. ¿Sientes como ilustradora la responsabilidad de utilizar tu trabajo para reivindicar causas sociales?
Sí, en todo lo que hago intento que haya un fondo social. Hice un proyecto junto a otras ilustradoras que era un taller de ilustración en centros de acogida con menores y para mí fue la mejor experiencia de mi vida, poder estar en contacto con estas chicas y poder aprender con ellas y hacer un libro juntas. Siempre intento que todos mis trabajos tengan un fin social de algún modo, aunque, evidentemente, también hago cuentos que no van a cambiar el mundo, pero me gusta estar en contacto con la sociedad e intentar escuchar a la gente.
P. Cada vez hay más ilustradores que intentan hacerse un hueco en el mundo de los autónomos. ¿Cuál es el consejo que te hubiese gustado que te dieran a ti al meterte en este mundo?
El consejo que me di a mí misma, que es tener paciencia. Ahora con las redes sociales hay una necesidad de petarlo superrápido, obtener fama y seguidores y no todo es así. Hay gente que en un año puede petarlo muy fuerte y hay gente que a lo mejor tardará diez, pero llegará. Si te gusta lo que haces trabaja y cúrratelo para hacer cosas que te satisfagan pero no te obsesiones con petarlo. Tienes que ser superpaciente y tener fuerza de voluntad. Obviamente la vas a cagar muchas veces y no te puedes dejar deprimir por esos fracasos porque con los fracasos se aprende.
P. Además, conocemos tu faceta como realizadora y tus videoclips, ¿es una ventaja o un inconveniente ser un artista multidisciplinar hoy en día?
Para mí, personalmente, es una ventaja y a mí me equilibra. Los videoclips son cosas estresantes y trabajo en equipo mientras que la ilustración es algo individual, lo hago en casa escuchando música. Tener las facetas de ilustradora y realizadora me hace estar sana mentalmente porque si no creo que acabaría odiando lo que hiciese. Ir variando de proyectos y de materiales me da vidilla.
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Fotografías YW: Mario Temiño
Edición: Rocío Muñoz
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