Juan del Val se ha ido ganando, poco a poco y libro tras libro, un hueco en las estanterías más prestigiosas de la literatura española actual. Sus primeras novelas fueron “Para Ana (de tu muerto)” y “Lo inevitable del amor”, escritas junto a su mujer Nuria Roca.
Fue un poco más tarde cuando por fin se decidió a firmar en solitario y lo hizo con “Parece mentira”, un libro en el que el propio autor también era el protagonista de la novela. Ahora viene con una nueva historia bajo el brazo y además la trae como vencedora del Premio Primavera de Novela 2019 que otorga la editorial Espasa. “Candela” es la nueva novela con la que está arrasando en ventas y con la que lleva dadas hasta cien entrevistas. Concretamos cita con el autor para charlar sobre su nuevo trabajo, sin olvidar los temas más polémicos de la novela ni tampoco su trabajo como guionista en el programa de televisión “El Hormiguero”.
TITULARES | Entrevista a Juan del Val
«Los premios son importantes porque te posicionan»
«La mayoría de cosas que le pasan a Candela le podrían pasar a un hombre»
«Creo que la única clave que hay para escribir novelas es estar atento»
«A mis hijos les he intentado contar que el débil merece mucho respeto»
«Cuando el que se muere molesta la muerte es algo que está muy bien»
«Nuria y yo llevamos veinte años juntos y, en cierto modo, el generar debate es una cosa que me gusta»
P. “Candela” es tu segunda novela en solitario y con ella te han otorgado el Premio Primavera de Novela 2019, ¿cómo recibiste la noticia?
Me lo comunicaron un día antes y es una obviedad, pero sentí una alegría inmensa, sentí mucha emoción. Una vez ya en frío hay que poner las cosas en contexto porque la novela hubiera sido la misma si se hubiese premiado o no. Entre más de mil novelas que se presentaron es absolutamente imposible que la mía sea la mejor, por lo tanto hay un componente de suerte importante. Que un premio prestigioso con un jurado prestigioso te lo den significa que la novela está bien y que tiene muchas virtudes, pero hay que ponerlo en contexto.
P. ¿Qué supone a nivel profesional recibir este premio?
A mí me parece que los premios son importantes porque te posicionan. Yo era el mismo escritor antes de ganar el premio que después, pero es verdad que de cara a los lectores, a la industria o a los libreros te colocan en un sitio, en mi caso, en el que no estaba. Eso es algo que siempre es bienvenido. Ahora lo que hay que hacer es mantenerse ahí, que es algo difícil pero que me motiva muchísimo.
P. Candela es el primer personaje femenino protagonista que escribes tú solo, ¿cómo ha sido meterse en la piel de una mujer con tanto carisma como ella?
Ahora debería decir que he tenido que hacer un gran esfuerzo, pero estaría mintiendo y es que no es verdad. Me parecía que era inevitable hacerlo en primera persona. Hay cosas en las que somos distintos pero yo reivindico que tampoco lo somos tanto. En lo esencial, la mayoría de cosas que le pasan a Candela le podrían pasar a un hombre porque al final son cosas que tienen que ver con los miedos, con sentirse solo, con la alegría o con las inseguridades y en eso creo que tampoco somos tan distintos. Tampoco ha sido tan complicado…
P. Es algo que se puede hacer observando y sobre todo escuchando mucho…
Es que a mí me parece que, en general, todo es mucho menos complicado de lo que queremos convertir la vida. Creo que la única clave que hay para escribir novelas es estar atento, yo siempre digo esta frase porque con eso te tienes mucho ganado. Observo, pregunto lo que no sé y estoy atento, a las mujeres especialmente. No me parece un gran trabajo de investigación, me parece mucho más difícil investigar una cosa que sucedió en el siglo XVI.
P. En la novela tratas bastantes problemas sociales como el maltrato, la inmigración y los abusos sexuales. ¿Has querido reivindicar tu postura en contra de todos estos temas a través de tus personajes?
Al final de lo que me interesa escribir y de lo que sé escribir es de las cosas que pasan en el día a día. Hay muchas novelas que no se escriben de cosas que son normales sin tener que tener acontecimientos extraordinarios y yo escribo mucho de lo que veo, de la vida. Todo lo que yo toco son cosas que te ha podido contar alguien, que has vivido cerca, que has sentido… Todas esas cosas son las que pasan en el día a día y eso es lo que a mí me interesa.
P. ¿Has trabajado de alguna manera el meterte en la piel de personajes que sufren ese tipo de problemas?
El tema del abuso a mí me surge a raíz de una conversación con una amiga, esa amiga fue una niña abusada y a mí cuando me lo cuenta me sorprenden cosas con las que luego sí que he tenido que hacer un cierto trabajo de investigación. Quería corroborar que esas cosas que me contaba son las mismas que sentían otras mujeres. Me llamó mucho la atención algo que es bastante sabido y es que casi siempre ese abuso se produce dentro de un entorno muy próximo y luego algo que a mí me provocaba mucha desazón, que es el silencio. Aparte, también me llamó la atención ese sentimiento de culpa porque sintieras algo de placer y me parecía lo más duro de contar porque a mí me produjo un choque. Que hubiera ese componente y la culpa que les hacía sentir me parecía interesante contarlo. Ahí sí que quise ser bastante preciso con lo que ellas mismas me contaron.
P. Cuando uno es padre, ¿intenta concienciar a sus hijos de todos estos problemas que existen en la sociedad?
Son diferentes edades, ahora yo tengo uno mayor que está viviendo fuera y con esa edad hablas un poco más, pero hay que estar pendiente. A mis hijos les he intentado contar que el débil merece mucho respeto, si te quieres meter con alguien que jamás sea débil y esa clave ya hace mucho.
P. Otra de las cosas que está muy presente en la novela es la muerte, ¿piensas mucho en ella?
Me interesa mucho la muerte desde todos los puntos de vista, desde el cómico también. Me gusta mucho reírme de todo y la muerte me parece muchas veces graciosa. La gente en las novelas habitualmente se muere de una manera que no es real, de manera heroica y luego la gente se muere de manera absurda. Cuando la muerte conviene, que es algo a lo que no estamos muy acostumbrados, me interesa. Cuando el que se muere molesta la muerte es algo que está muy bien y cuando hay un ser dañino y de repente se muere a mí me interesa mucho esa tranquilidad que deja. Al final la muerte parece que es el fin, pero a veces también es el principio de muchas cosas, sobre todo para el que se queda.
P. ¿Saber relativizar las cosas es la moraleja de la novela?
No pretendo en general, ni en la vida ni en lo que escribo, dar lecciones ni dejar moralejas porque cada uno lo vive de una manera. Como persona sí que intento relativizar todo, no me tomo tan en serio porque creo que tampoco tenemos tanta importancia. Me limito a vivir, que eso ya te ocupa un montón de tiempo y no pretendo hacer ningún dogma con esta novela.
P. También trabajas como guionista en “El Hormiguero”, ¿disfrutas más como guionista de televisión o cómo novelista?
Tengo alma de novelista pero también es verdad que yo me nutro de lo que vivo y una de esas cosas es trabajar. Son oficios completamente distintos, pero a mí me gusta estar en el mundo para luego poder escribir. Aparte de escribir yo también necesito irme a trabajar, para pagar la hipoteca entre otras cosas. Necesito que me pasen cosas para poder escribir.
P. Y seguro que la agilidad que te puede ofrecer la televisión también la puedes aplicar luego en tus novelas
Sí, al final yo gracias a eso creo que tengo como un chip que no deja recrearme mucho en algo. Es una manera de comunicar que luego se nota y tengo la necesidad de que lo que se puede contar en seis frases no hacerlo en doce y me gusta hacerlo así. Mucha gente te lo dice como una crítica pero a mí me parece un halago.
P. Debido a varias entrevistas que has dado junto a Nuria Roca muchas veces la prensa ha terminado escribiendo y especulando sobre vuestra vida personal, ¿cómo llevas esto que muchas veces implica vuestra profesión?
Con absoluta naturalidad. Hay veces que cuando se habla de nosotros no me veo nada reconocido, no quiero decir que no hayan dicho cosas que nosotros no hayamos dicho, pero cuando la gente se pone a hacerse su propia película me hace un poco de gracia. No me afecta en mi vida ni me afecta con mis hijos. Nuria y yo llevamos veinte años juntos y en cierto modo el generar debate es una cosa que me gusta, he de decirte que me pone.
P. ¿Se fomenta desde dentro el generar ese debate o pasa de manera natural?
Pasa de manera completamente natural, el problema es que dices una cosa que te parece normal y la gente se lo toma como algo absolutamente extraordinario. De repente eres como tema de conversación y el arranque para generar el debate sobre las relaciones abiertas y eso me parece que es interesante.
P. Para terminar, Juan, ¿crees que haber recibido el Premio Primavera de Novela va a hacerte sentir cierta presión de cara a tus futuros trabajos?
La verdad es que yo creo que no porque es lo que te decía antes, mis libros son los mismos haya o no premios. Al ésta ser premiada ya sabemos que la siguiente no tendrá ningún premio. Mi hija pequeña me dice que si me han dado el Premio Primavera de Novela cuándo me van a dar el de verano. Contaré otra historia que ya más o menos tengo en la cabeza y gustará más o gustará menos, pero no me siento a escribir con presión y creo que no se debería hacer.
Fotos: Mario Temiño
Nacido en Madrid. Parte creadora. Entrevisto y escribo sobre libros en YourWay Magazine. Cine. Televisión. Técnico en producción audiovisual y aficionado a escribir y leer en mis ratos libres.
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