Vaya si Iba en serio. En el teatro Compac de Gran Vía, Jorge Javier Vázquez nos cuenta con la ayuda de su madre (Kiti Mánver) y su psicoanalista «Sigmunda» (Arantxa de Sarabia) la vida de un chico que desde pequeño tiene claro lo que siente y lo que quiere ser, aunque intenten hacerle dudar.
El polifacético actor empezó nervioso, quizás a causa del estreno, un relato a modo de musical que nos lleva al mismo día de su nacimiento y recorre su andadura por el mundo con el fin de encontrar explicación a un sueño recurrente con un señor de pelo blanco y una canción en francés.
El hecho de que sea un musical aligera una obra que de lo contrario sería, a ratos, difícil de digerir. Así el espectador puede abstraerse, dejar de pensar en el famoso y centrarse en una historia que podría ser la de cualquier hombre de la Badalona de 1970 que quiere ser presentador y vivir ciertas experiencias. Esa es, en mi opinión, la mejor táctica para disfrutar de las canciones y los momentos cómicos, a los dramáticos les faltó un poco de fuerza.
En cuanto al elenco, el trío de voces (Edu Morlans, Alejandro Vera y Víctor González) es tan bueno como divertido y hace que el patio de butacas tenga la sensación de que Jorge Javier canta. No es que él lo haga del todo mal, pero hay alguna canción que otra, que con haberla recitado, bastaba, su interpretación musical se salva por la vis cómica del momento, su papel como actor, para no serlo, es bastante aceptable. Sin duda la mejor es Kiti Mánver, no sé si es verdad que desde un principio pensó en ella, pero le viene el papel que ni pintado, lo mismo te canta que te baila, que te emociona, que te cuela una ironía cuando menos te lo esperas y eso dudo que lo haya aprendido gracias al círculo de lectores, es para disfrutarla.
Los aspectos técnicos también ayudan y dan valor a la escena, a los actores les acompañan unos decorados polivalentes, un vestuario original y un sonido y una iluminación cuidados.
A pesar de que yo habría hecho más cortas algunas escenas, podemos decir que Iba en serio en sí es entretenido, los números musicales animan al público y hay algunas referencias chistosas al mundo del famoseo. Eso sí, después de darle tanta importancia al sueño, me esperaba un final más profundo, al menos, es coherente.
Por último, una vez más, mi consejo: no vayáis a verla pensando en el personaje sino en la persona y, sobre todo, id con ganas de pasarlo bien.
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