Los jefes y la amistad son temas bastantes recurrentes en la ficción, como también lo son las historias que se desarrollan en oficinas y las comedias con enredos algo inverosímiles. Lo que parece estar claro es que cuando se siguen ofreciendo es porque hay algo en ellas que funciona. Dentro de la lista de este tipo de comedias se encuentra El jefe, una obra de teatro que se representa en los Teatros Luchana todos los viernes a las diez de la noche.
Escrita y dirigida por José Burgos, El jefe cuenta cómo tres amigos y compañeros de trabajo se ven obligados a resolver una disparatada situación que crea uno de ellos y que, según pasan los minutos, se va volviendo más caótica y divertida.
Aunque el argumento no es algo novedoso, la obra me pareció muy original. Sin tener la ayuda de escenografía o de distintos elementos, más allá de agua y alguna otra cosa que no quiero desvelar, los minutos pasaron veloces. La historia tiene ritmo, es dinámica, divertida y va in crescendo. Cuando crees que ya lo has visto todo y que el embrollo no puede ir a más, hay una nueva propuesta y, sin apenas darte cuenta, estás aplaudiendo en los saludos finales con una sonrisa que se ha mantenido todo el tiempo. Lo mejor es disfrutar de lo que pasa en escena y dejarse llevar por la sorprendente locura.
Más allá de la hilarante historia, es imposible no destacar el trabajo de Javier Cánovas, Igor Estévez, Manuel Jiménez y Antonio Ponce. En una sala tan pequeña, donde el público está siendo testigo a unos metros de distancia de una realidad momentánea que parece imposible, el trabajo de los intérpretes es absolutamente meritorio. Todos se entregan a la causa, dan lo mejor de sí mismos e interpretan sus roles como si lo hubieran estado haciendo toda la vida.
Precisamente por ser el argumento tan surrealista y disparatado, por estar esos exagerados personajes tan bien definidos y por llevar los actores las riendas de todo lo que sucede en escena sin tener más ayuda que su interpretación, haciendo creíble lo increíble, la obra divierte tanto. El jefe es una gran oportunidad para reírse, para desconectar y para olvidar por un rato la rutina y problemas diarios. ¿No es buena forma de empezar el fin de semana?
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