@CHRISTIANFRANCOPHOTO
Ayer por la noche, el Concert Music Festival se tiñó de brillos, beats y lágrimas con el esperado show de Emilia. Durante dos horas muy intensas, la estrella argentina ofreció un espectáculo cargado de energía, sensibilidad y empoderamiento, dejando claro los motivos por los que es una de las artistas más queridas del pop latino actual. “¿Están listos para vivir una noche perfecta?” fueron las primeras palabras que la argentina dirigía al público gaditano y que ya anticipaban el show que iban a presenciar.
Con una puesta en escena impecable —acompañada por 10 bailarines, 4 músicos y un vestuario tan brillante como icónico— Emilia arrancó el show a las 22:30 con una entrada arrolladora al ritmo de “Exclusive.mp3”, desatando los gritos de un público entregado desde el primer minuto. Todo el recinto estaba lleno de niñas, adolescentes y familias que no pararon de bailar, cantar y emocionarse con cada momento.
En una lectura de pancartas improvisada, una en particular llamó la atención, una seguidora le regaló un traje para su “perrhija” Roma, lo que provocó risas y aplausos. Emilia también el cumpleaños a otro de sus fans con el público cantándole entre aplausos y gritos.
Uno de los momentos más íntimos de la noche llegó cuando Emilia se sentó sola en una silla en mitad del escenario para interpretar una poderosa balada dedicada “a quien alguna vez le hizo creer que no era suficiente”. “Me metiste en la cabeza que yo no podía lograr nada… pero mírame ahora”, cantó Emilia mientras se leía la emoción en sus ojos. Fue uno de los momentos más ovacionados de la noche.
La emoción siguió con “Guerrero”, la canción que dedicó a su padre, a quien casi pierde por una enfermedad. Con lágrimas contenidas, interpretó y cantó de forma impecable , dejando al público abrazado, en silencio y completamente conmovido.
Pero si algo caracteriza a Emilia es su capacidad para equilibrar lo íntimo con lo explosivo. El show estuvo repleto de brillo, coreografías perfectamente ejecutadas, cambios de vestuario y mucha interacción con el público. Tras un cambio de vestuario la cantante apareció con un conjunto de leopardo total y enseñó en directo la coreografía que tendría lugar en el estribillo de “Perdonarte para qué”, que el público replicó con sorprendente coordinación.
También hubo tiempo para sorpresas: Emilia eligió a tres fans del público para subir al escenario y bailar en “Motinha”, y unas canciones más tarde desfilaron por la pasarela cuatro seguidores con los looks más icónicos inspirados en la artista.
Para seguir el show la argentina se dirigió al Concert para preguntarles “¿Cómo la están pasando? ¡No quiero ver ninguna carita triste!”, gritó, desbordando carisma y dando inicio a uno de sus temas más sonados junto a Ana Mena.
Tras lo que parecía ser el final, regresó para un bis muy especial: “GTA.mp3”, y “No_se_ve.mp3”, con las que cerró una noche simplemente inolvidable.
Emilia no solo ofreció un concierto; ofreció un viaje emocional donde cada persona del público se sintió parte de algo único junto a un mensaje quedó claro: nunca dejes que nadie te diga que no puedes.
Texto: Elsa Márquez
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