La semana pasada en Barcelona se presentaba la nueva y prometedora película del director de cine Dani de la Orden, “Barcelona noche de invierno”. Después del visionado de la película —que os recomendamos ir a ver— tuvo lugar el photocall con los actores e intérpretes de la misma. Entre ellos, tuvimos la oportunidad de charlar un rato con Berto Romero, quien interpreta un pequeño papel dentro de la película que hace que no pierda ese toque de humor al que el actor y cómico nos tiene más que acostumbrado.
Además, coincidiendo con el éxito de “Ocho apellidos catalanes” también hablamos con Berto sobre ello y sobre el momento por el que está pasando la industria del cine en nuestro país.
TITULARES
«Dani de la Orden saca de cada actor lo que necesita específicamente para cada personaje»
«La gente que produce cine quiere repetir los grandes pelotazos y no quiere arriesgarse mucho»
«“Ocho apellidos catalanes” ofrece lo que vende, es algo muy sencillo, muy familiar y casi un pelín infantil»
«Mientras haya gente que quiera ver una película seguirá habiendo la necesidad de hacer cine»
«Con el cine estoy probando retos y al final lo que me gusta es la sensación de no tenerlo todo controlado»
P. Berto, cuéntame ¿cómo es el papel que interpretas en “Barcelona noche de invierno”?
Es un hermano en una familia que tiene tres hijos. Es el típico tío profesional liberal que ya es mayor aunque es algo pureta. Cree que es el más progre y moderno de todos pero en realidad es un poco conservador y retrógrado si las cosas le afectan a él. Es ese tipo de gente que utiliza el humor como escudo y como herramienta para escaparse de lo que le molesta.
P. ¿Qué tiene “Barcelona noche de invierno” para que tú quieras formar parte del proyecto?
Me gustó mucho “Barcelona noche de verano” y luego Dani me lo propuso. Él es un tío que tiene las ideas muy claras, es muy joven y muy gracioso, me encerró en una cafetería y me sedujo todo lo que pudo. A mí lo que me llamó mucho la atención es que lo tenía todo muy claro: tenía muy claro el personaje y que lo tenía que hacer yo porque le daba lo que el personaje requería; tenía muy clara la combinación de actores y meterme a mí con Clara Segura y con Abel Folk como hijos de Montserrat Carulla. Cuando alguien lo tiene tan claro, y además ya ha demostrado tener talento, digo que sí porque lo peor que puede pasar es que aprenda algo.
P. ¿Cómo ha sido trabajar con Dani de la Orden después de esa conversación en la cafetería?
Muy bien porque en dos días de rodaje me demostró lo que ya me había parecido en la cafetería. Fueron dos jornadas muy intensas pero productivas. Es un tipo que rueda muy bien y que le luce todo mucho. Saca de cada actor lo que necesita específicamente para cada personaje y además es muy majo. Es un tío de trato muy agradable, tanto es así que la siguiente película suya que se llama “El pregón” la protagonizo yo junto a Andreu Buenafuente. Nos hemos metido en la producción y hemos decidido que sea él el director, ya la hemos rodado y la estamos montando. En cada película que hace se nota que va dando pasos muy afianzados.
P. ¿Cada vez tiene más peso el cine que se produce de una manera mucho más independiente?
No lo sé. No tengo ni idea de si el cine independiente tiene más peso o menos, yo creo que debería tener más que el que tiene. Me da la sensación de que el negocio del cine se ha contraído mucho y solo hay espacio para grandes pelotazos como los que todos tenemos en la cabeza, y que el cine independiente debe ir a rebufo de estos grandes éxitos españoles. Creo que la gente que produce cine quiere repetir los grandes pelotazos y no quiere arriesgarse mucho. Que exista “Barcelona noche de invierno” es una gran noticia porque es una necesidad cultural que haya cine más independiente para que la industria funcione y que gente como Dani, nuevos directores, vayan dando grandes películas y que cada vez sean más grandes y mejores.
P. Ahora que me hablas de pelotazos, justo eres noticia por tu participación en “Ocho apellidos catalanes”, ¿esperabas el éxito que está teniendo esta segunda parte?
¿Sabes lo que pasa? Que cuando se habla de números esto es algo mucho más para los productores que son los que, a la larga, se llevan todo. A nosotros nos pagan un sueldo y luego damos la cara y ya está. Creo que tanto yo como el resto de actores estamos muy contentos de que vaya bien porque siempre es mejor participar en un éxito que en un gran fracaso. No sabía qué pensar porque cuando se hace una secuela de un éxito tan rotundo como fue “Ocho apellidos vascos” pueden pasar las dos cosas, porque produce un cierto rechazo en el espectador que venga una secuela de un gran éxito; hay una necesidad humana que te lleva a desear que se la peguen.
Con estas películas me da la sensación de que se produce un fenómeno extracinematográfico. Es algo social, la gente va en familia a reírse un rato y no tiene grandes pretensiones con ella. La película ofrece lo que vende, es algo muy sencillo, muy familiar y casi un pelín infantil. La gente se lo pasa muy bien y por eso funciona al margen de la crítica. La verdad es que me ha gustado participar en un fenómeno tan curioso porque es por lo que quise participar en ella. Me dio la sensación de que no sé cuántas veces en mi vida volveré a participar en algo como “Ocho apellidos catalanes”. Es como participar en “Torrente” o en este tipo de fenómenos que van más allá de lo que es una simple película.
P. Tú formas parte de la secuela de este fenómeno pero, ¿ves posible que haya una tercera parte?
Hombre, a mí me da la sensación de que los productores, habiendo tenido dos películas con las que se lo han llevado bastante crudo, van a querer hacer otra, me extrañaría de lo contrario. De estas cosas hay que hablar sin tapujos, es un negocio y estas películas se hacen por una necesidad artística pero también por una necesidad de ganar dinero y de mover la industria, así que por eso yo estoy seguro de que querrán hacer otra. En cuando a participar yo, no hay ninguna decisión a priori porque tampoco la había a ciegas con “Ocho apellidos catalanes”. A mí me lo propusieron, pero antes quise leer el guion; me pareció que estaba bien y que tenía comedia como la anterior y por eso me decidí a hacerla, pero no sé yo el personaje de Pau cómo habría que enfocarlo.
P. ¿A los actores os da la sensación de que cada vez va siendo mejor momento para el cine o no estamos cambiando nada?
A mí todavía me hace mucha ilusión que te refieras a mí como actor porque llevo muy poquitas pelis y todavía me lo tomo con mucho respeto, espero tomármelo siempre así. ¿No te da la sensación de que el cine es como el teatro, la literatura…?
P. Como toda la cultura en general…
Sí, como toda la cultura de la que siempre se dice que está muerta ya. Se dice que la literatura ha muerto, que el teatro ha muerto, que la radio ha muerto… Deben ser zombis porque siguen caminando. Creo que mientras haya gente que quiera ver una película seguirá habiendo la necesidad de hacer cine. Es verdad que van cambiando los paradigmas y que se han reducido los presupuestos; la gente hace cine con menos dinero y se han reducido los esquemas de producción de las películas. El cine se adapta también al mundo en el que vive, se ha aprendido a hacer cine de un modo más guerrillero y esto sigue conviviendo con las películas de gran formato, pero muchas de ellas ya no son de tan gran formato como eran antes. Es un proceso cambiante que se adapta y que no es ajeno al del resto de la sociedad o la cultura. No sé el tanto por ciento de los actores que hay y que no pueden vivir de su trabajo, pero es un número muy elevado y eso es porque al sector le cuesta. No te puedo decir más sobre hacia dónde va y de dónde viene, pero lo que sí que es bueno es que haya contacto entre el público y el cine como con el resto de la cultura. Las artes tienen que ir a buscar su público sin complejos, darles lo que quieran ver y opciones para que el público pueda ver película como “Ocho apellidos catalanes” o como “Barcelona noche de invierno”. Todo eso es riqueza y caldo de cultivo para que se hagan nuevos creadores y que no muera nunca de manera definitiva la creación artística.
P. Cambiando un poco de tema, ¿echas de menos el estar “En el aire”?
Ahora no, la verdad, porque en mí nunca ha habido una voluntad de querer hacer televisión o de querer hacer cine. Lo que me gusta es aprender y hacer sobre todo cosas que no haya hecho antes. Ahora lo de estar interpretando o produciendo cine me llena mucho. En cuanto a lo de la televisión, es verdad que no lo echo de menos porque tuve un empacho. Las dos últimas temporadas de directo nocturno fueron bastante duras y de hecho no tengo ninguna voluntad de hacer tele. Hay algo de ficción para televisión que estoy preparando y Andreu volverá con su programa pronto en Movistar+ y sé que tendré algo ahí pero en menor medida que “En el aire” por decisión propia. Tengo la suerte de que no termino nunca de desconectar de todo porque siempre ando tocando todo: sigo haciendo mi teatro, haciendo algo en tele… Eso hace que no eche de menos nada.
P. Ya para terminar, ¿cómo disfrutas más, haciendo ficción o en la televisión?
Yo ahora estoy disfrutando mucho del cine porque estoy aprendiendo. Con el cine estoy probando retos y al final lo que me gusta es la sensación de no tenerlo todo controlado. En el formato de televisión que hacíamos es verdad que ya tenía la sensación de que lo controlaba un poco más y eso me hacía estar cómodo, pero al mismo tiempo me hacía sentir que no estaba evolucionando. Depende del proyecto y del momento, pero tampoco analizo mucho este tipo de cosas. Si te pones a analizar dónde estás o hacia dónde vas en tu carrera pierdes lo importante, que es concentrarte en hacerlo.
Fotografías: Mario Temiño
Agradecimientos: Vas a ver
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