ENTREVISTAMOS A GEORGINA: «Trabajé tres años en Dilema porque sentía que era ahora o nunca»

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Nacida en Venezuela pero madrileña de adopción, Georgina lleva catorce años en el mundo de la música aunque, desde hace tres, ha estado encerrada trabajando en el álbum donde se muestra más auténtica.

Dilema, que así se llama este nuevo trabajo, es el disco mimado de una cantautora que contagia optimismo a cualquiera que tenga la suerte de compartir minutos con ella. Si no has escuchado aún el primer single  “Supermujer” te estás perdiendo una de las canciones más pegajosas —en el buen sentido— de los últimos tiempos.

Nosotros nos reencontramos con su eterna sonrisa y charlamos sobre este Dilema que llega mañana a las tiendas.


TITULARES

«Hubo días de saturación en los que dejaba de escuchar todo para comenzar de nuevo»

«El auténtico éxito es sentirte bien contigo mismo»

«En otoño hice una gira pequeñita porque estaba desesperada por tocar»

«Cuando dejas de trabajar de cara al público tienes miedo a enfrentarte al escenario»

«Finjo ser una supermujer todo el tiempo»

«A veces las canciones que menos te esperas son las más exitosas»

«Todavía me siento un poco tonta cuando tengo que hablar en un concierto»


P. Nos presentas Dilema, un álbum que ha costado tres años de preparación y que, como bien plasmas en el título, te ha generado muchas dudas. ¿Has conseguido finalmente hacer las canciones perfectas o cuando lo escuchas sigues pensando que hay algo que cambiar?

Una vez alguien dijo: «un disco no se termina; un disco se deja de hacer». Siempre vas a querer cambiar cosas; siempre vas a evolucionar. En términos generales estoy supercontenta, los cambios que podría hacer son solo caprichos personales.

P. A veces ocurre que cuanto más te enfocas en una misma cosa, más se deforma y más sientes que se aleja del resultado que querías darle. ¿Componiendo este álbum has tenido momentos viscerales, de esos de tirar todo y empezar de nuevo con un arreglo o una letra?

Sí, ha pasado. Hay canciones que han tenido muchos arreglos. Es como cuando retocas una foto, que comienzas con un color y empiezas a meter retoques, y de repente, te das cuenta de que ha quedado horrorosa. Eso nos pasó muchas veces con las canciones.

P. ¿Y cuál ha sido la canción o la parte del proceso de este disco que más dilemas te ha generado?

Los arreglos, sin duda. A veces lo tienes muy claro, pero cuando lo escuchas en el tema te das cuenta de que no funciona como tú pensabas. Igual la canción quedaba muy bien pero la letra no terminaba de convencer y había que modificarlo. Hubo muchos momentos bastante críticos, por eso tardamos tres años, porque yo sentía que este era el cartucho: era ahora o nunca. Conseguir el equilibrio me costó mucho.

P. ¿Impone la idea de publicar un tercer disco?

Sí, porque aunque no sea la última oportunidad, después de tanto trabajo quieres que salga bien y que a la gente le guste, no que solo me guste a mí. Conseguir eso fue bastante complicado. Hubo días de saturación en los que dejaba de escuchar todo para comenzar de nuevo con la mente en blanco y decidir con qué me quedaba y con qué no.

P. De hecho, para este trabajo has tenido que hacer una criba de más de veinte canciones. ¿Qué piensas hacer con tantos “restos”? ¿Verán, de algún modo, la luz?

Van a ver la luz, lo prometo. Sobre todo porque hay canciones que son preciosas, pero en conjunto con las demás no encajaban mucho. Queríamos un concepto de disco: canciones que fueran de una forma y tuvieran que ver una con otra. Había algunas que eran un poco más intensas y el arreglo ya no compensaba con el resto de las canciones, pero esas canciones van a salir, estoy segurísima de ello.

P. Hace unos meses presentasteis “Soñador”, el tema que abre el disco y que destaca por, en apenas dos minutos y medio, crecer de lo intimista a lo enérgico. ¿Es esto también una forma de presentar la transición que hay entre el sonido de tu anterior trabajo y el que encontramos en éste?

Ahora que lo dices… No lo habría planteado mejor. Creo que uno cuando comienza es más tímido, más inseguro, y a medida que va pasando el tiempo vas cogiendo más confianza y te afianzas más en una idea. Eso es lo que ha pasado con este disco: esto es lo que soy y me da igual si soy o no soy. Se trata simplemente de ser auténtico, y lo he logrado con Dilema.

P. “Soñador”, más que una canción, parece sobre todo una inyección de optimismo y de ilusión. ¿Las palabras que escribes en este tema las has utilizado muchas veces contigo misma?

Sí, soy muy autoconsejera (risas). Además, hablo mucho sola y me planteo muchas cosas, y creo que son las frases que siempre te dices, o que te dicen tus padres. Me fueron saliendo poco a poco y se acumularon todas en “Soñador”.

P. En la canción una de las frases es: «no dejes que te digan que ahora es demasiado tarde». ¿Cuántas veces te han dicho a ti que no era demasiado tarde?

No es que me lo hayan dicho, es que me lo he dicho yo misma. Mi madre estuvo veinte años con mi padre y luego se separaron y ella comenzó a estudiar bachillerato a los cuarenta y tantos, y diez años después es profesora. Nunca es tarde. Hay gente que ha montado un grupo siendo mayores y han triunfado, aunque sea para ellos mismos, porque ya simplemente hacer lo que quieres es un logro. Tenemos la confusión de que el éxito es lo que los demás demandan, pero el auténtico éxito es sentirte bien contigo mismo y sentir que lo has logrado por ti, no porque los demás lo digan.

P. Tres años alejada de la primera línea de la música dan para mucho, no solo a nivel compositivo sino también a nivel reflexivo y personal. En este tiempo, ¿qué es a lo que más miedo has tenido?

A no volver. De hecho, hice una gira pequeñita en otoño porque estaba desesperada por tocar, lo necesitaba. Cuando dejas de trabajar de cara al público tienes miedo a enfrentarte al escenario, a que todo salga como tú quieres, a las críticas… Parece que no, pero te da muchísimo miedo todo eso porque eres un ser humano. Además, al estar en tu casa encerrado haciendo música —sobre todo yo que no vivo con mi familia— luego te cuesta adaptarte a socializar otra vez y en la primera entrevista te pones un poco más nervioso, pero al final es como el ejercicio: te acostumbras rápido.

P. Hablemos ahora de “Supermujer”, tu carta de presentación. La canción ironiza sobre cómo solemos hacernos los duros ante situaciones que en realidad nos están dañando. ¿En qué momentos finges tú ser una supermujer?

Todo el tiempo. Hay una frase de la canción que me encanta porque dice: «me voy a divertir hasta conseguir que la mente me persiga», y es que es así. Se trata de disimular hasta que, por fin, el cuerpo se adapta y estás bien de verdad. Durante estos tres años me pasó muchísimo en eventos, que todo el mundo me preguntaba qué tal la música y el disco, y yo decía: «genial, todo maravilloso», cuando por dentro era como: «estoy desesperada, ¡necesito salir ya!» (risas). La gente no tiene la culpa de tus problemas, por eso yo siempre digo que estoy muy bien aunque esté hecha polvo.

P. La canción surgió como un juego de palabras y terminó siendo primer single. ¿A veces lo más simple acaba siendo lo mejor?

Sí, suele pasar muchas veces. A veces las canciones que menos te esperas son las más exitosas y las que luego más te toca cantar y piensas: vaya, esta no era mi favorita (risas). Pero entiendo que las más simples sean las que más gusten porque la gente se engancha con algo sencillo, con algo que contagia. Además, la letra dice tantas cosas… A mí me parece que es una letra muy sincera. Fue la que más rápido salió pero la que más se quedó.

P. ¿Se ha escogido como single porque es la mejor del disco o porque tiene un mensaje muy directo y una melodía pegadiza?

Yo hubiese querido sacar otras, pero saldrán más adelante. Hay muy buenas canciones y es difícil escoger entre todas. Cuando lo escuchéis os daréis cuenta de que realmente hay canciones que serían muy buenos singles, pero “Supermujer” era la más directa y, después de tantos años, era mejor salir con ella. Además, la idea del videoclip era tan buena que había que hacerlo.

P. El videoclip está dirigido e ideado por un habitual en tus vídeos, como es Daniel Etura. En él apareces disfrazada de algunos de los personajes femeninos más conocidos de la historia. Sabemos que la idea del vídeo fue de Daniel, pero ¿cómo elegisteis qué heroínas iban a formar parte de él?

Quisimos hacer una evolución histórica: desde la Venus de Botticelli —que creo que es lo más antiguo— pasando por Juana de Arco o Ana Bolena, que eran mujeres que tenían una ideología y murieron defendiéndola, y luego ya llegando a la transición con Frida Kahlo y todas las mujeres revolucionarias que, literalmente, murieron luchando por un ideal. Tampoco podía faltar la cultura pop, así escogimos personajes como Kill Bill o Freddie Mercury, que me pareció un guiño espectacular porque realmente él era más supermujer que nadie.

Me hubiese gustado incluir a otras mujeres como Manuelita Sáenz o Doña Bárbara, lo que pasa que eran mujeres latinoamericanas y a lo mejor la gente no las iba a reconocer. También me hubiera encantado representar el cuadro de La Libertad guiando al pueblo, de la Revolución francesa, que es espectacular. Me faltó la Gioconda… ¡Había muchas! Tenemos que hacer una segunda parte (risas).

P. ¿Y cómo fue el rodaje?

Fue muy estresante porque hubo disfraces que tuvimos que buscarlos de mil maneras, ya que no queríamos hacerlos idénticos sino como una representación con elementos actuales. De hecho, en la imagen de Juana de Arco, el cura que está con la cruz —que era un chico de la banda— llevaba su sotana y su manto en la cabeza y Daniel le dijo: «quítate eso y ponte una sudadera» (risas). Se ven las Converse y todo como muy cutre y me molaba porque era una representación actual, eso lo hizo muy divertido. Ver a los chicos vestidos de mujer fue un momentazo (risas). Lo grabamos en dos días y fue agotador, pero lo pasamos superbién.

P. Una vez con el disco a la venta, el siguiente paso es presentarlo en directo. Cuando lanzaste tu segundo trabajo nos comentaste en una entrevista que no te atrevías a tocar en salas para quinientas personas en una ciudad que no era la tuya. ¿Cómo ves eso ahora, tres años después?

Genial. Ahora me atrevo sin problemas. De hecho, la sala BUT, donde presentamos el disco el día dieciséis de septiembre, tiene aforo para más de quinientas personas.

Creo que con los años te vas sintiendo más seguro, aunque es difícil porque los nervios traicionan muchísimo. Una cosa es tener talento para componer o para cantar y otra tener la capacidad de controlar los nervios. Yo, cuando tengo que hablar en un concierto, me siento un poco tonta todavía (risas).

P. ¿Los arreglos de estas nuevas canciones están creados pensando en llevarlos al directo o vais a adaptar los temas para los conciertos?

Quizá sí las hicimos pensando un poco en los conciertos, pero no mucho. Creo que se adaptarán solas. Además, ahora contamos con un guitarrista aparte y voy a poder estar mucho más libre en el escenario.

P. Ya para acabar, ¿cuál es la meta a alcanzar con este tercer disco?

Lo más importante para mí es poder tocar muchas veces. Me apetece mucho tener estos temas en directo porque son superdivertidos y creo que me lo voy a pasar demasiado bien. El hecho de no tocar tanto la guitarra me va a liberar y voy a disfrutar el triple.

Fotografías YW Magazine:
Rocío Muñoz
Agradecimientos:
Warner Music Spain

MÁS INFORMACIÓN

Entradas concierto sala BUT (Madrid)

Web oficial
@georginamusica
facebook.com/georginamusica

Rocío Muñoz

Comunicadora, fotógrafa y videógrafa. Me embarqué en YourWay Magazine para vivir desde dentro lo que siempre había seguido desde fuera. Fuente inagotable de conversación sobre cine, música, televisión y Eurovisión. Tan rara como cualquiera.

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