Debido a sus acertadas intervenciones en el programa en el que ha trabajado en la Cadena Ser, “Buenismo bien”, la cómica Henar Álvarez ha ido ganando cada vez más repercusión en redes sociales y se ha convertido en una de las voces feministas más queridas y aplaudidas.
La también guionista acabar de publicar con la editorial Planeta su primer libro “La mala leche” y nos hace un hueco en su día de promoción en Barcelona para poder hablar sobre ello y sobre cómo está representada la mujer en la ficción y cómo está empezando a cambiar.
P. Henar, acabas de publicar tu primer libro “La mala leche”, ¿cómo estás sintiendo el primer feedback de la gente?
La verdad es que lo estoy viviendo con una ilusión que no veas porque es verdad que casi todas las críticas que me llegan son muy buenas. Tenía muchísimo miedo porque es mi primer libro, hemos estado Ana y yo trabajando casi un año en este proyecto y le he puesto muchísimo cariño. No te puedo decir nada malo porque está siendo todo bueno, estoy contentísima.
P. El sexo es uno de los temas que más presente está en el libro, ¿sigue incomodando que una mujer hable de sexo sin tapujos como es tu caso?
Yo creo que sí, pero también creo que, afortunadamente, se van abriendo caminos. Las series han hecho un trabajo espectacular con esto, pero creo que las películas han ido un poco más atrás. Series como “Transparent” o “Fleebag” de repente se hicieron con el público y dijeron a la gente que está en los despachos que nuestras historias también molan. Creo que eso nos ha abierto camino para poder contar la vida desde nuestro punto de vista.
P. De hecho, esas reuniones en los despachos también están representadas en el libro, ¿suelen actuar de manera reticentes los hombres cuando tienen propuestas creativas de mujeres?
Es tal cual. Creo que ahora sí que ha cambiado un poco precisamente por esto que hablábamos de que han abierto camino algunas series. Ahora se interesan más en proyectos que vengan de voces que no son las de siempre, pero sí que te encuentras muchas veces con una barrera ideológica en el de enfrente. Antes me has dicho que te has reído mucho con el libro. Si le hubiera tenido que contar esta historia a alguien con el perfil de la gente de los despachos que hablamos hubiesen pensado «ya está una tía dándome la turra con rollos feministas» y no. Al final con este libro estoy contando una parte de mi vida que me apetece contar después de haber pasado la treintena y ser madre y ya está, todo lo demás lo pone el otro y es un prejuicio suyo.
P. Además, en esa escena se te ve enfrentándote a ese hombre y plantándole cara…
Siempre me he tenido que quedar con las ganas de poder hacerlo porque no soy tan valiente. Me encantaría poder decirte que sí que lo he hecho, que le tiré un vaso a uno y que me meé en su mesa y me fui, pero no es así porque al final trabajas en medios de comunicación y sabes que una cosa de esas podría traerte muchas consecuencias y que te vetaran en muchos sitios. Como en el libro puedo ser el tipo de persona valiente que me gustaría ser, pues ahí sí que he representado que lo era…
P. Claro, porque cada vez se le da más espacio a las mujeres cómicas pero no sé si la gente que está detrás está dejando espacio a que haya más mujeres en los equipos de mando…
Hace dos años sí que se ocuparon de meter a mujeres cómicas y se ha quedado un poso, pero creo que ha habido retroceso en general. En los equipos no tienes más que coger y mirar los créditos, que yo lo hago de todo por activismo. Las series que están escritas, dirigidas y protagonizadas solo por hombres ya nos las veo porque si a ti no te interesa nuestro punto de vista como trabajadoras a mí tampoco me interesa lo que tú tengas que contar.
P. Estás en un momento de bastante éxito profesional y justo el otro día te escuché decir en la radio que llevas fatal el éxito. ¿Cómo lo gestionas?
Es mentira, lo llevo superbién (risas). Es que en realidad no es tanto éxito. Es verdad que me va bien porque tengo un trabajo que me gusta mucho, trabajo en la radio y me encanta el programa, he podido sacar un libro maravilloso… pero es verdad que este mundillo es muy precario y muy inestable. Hoy sientes que te va bien y a lo mejor mañana se va todo a la mierda. Podría ser que el libro no se terminase de vender y que cancelaran el programa de radio y estoy hundida. No tengo la sensación de éxito porque no soy Ylenia, no tengo tanto dinero ahorrado como para creerme que estoy teniendo éxito. Creo que las cosas me van bien y que soy una privilegiada y eso ya es mucho.
P. Una de las cosas que más veo que está gustando del libro es cuando dices que ya no quieres follarte al Profesor (La casa de papel) si no ser el Profesor. Sí que empieza a haber personajes femeninos que brillan por su inteligencia como en “Killing Eve”, pero es verdad que en España tenemos muy pocos referentes femeninos de este tipo…
Es que el problema es que tenemos creadoras pero no tenemos tantas creadoras que produzcan sus proyectos, entonces cuesta más verlo. Más que por las figuras de la cultura creo que esto tiene que ver más con la forma en la que nos han educado, que es la de que tienes que ser la primera dama, buscarte un buen marido. La gente se cree que estas cosas ya no pasan, pero está clarísimo que siguen pasando. Los que estamos en Barcelona o Madrid quizás no lo vemos tanto, pero tú pregunta a la gente que vive fuera de ciudades grandes… Darte cuenta de que tú no tienes que buscarte una persona poderosa, que lo que tienes que hacer es ser tú la poderosa, hace tambalear los cimientos de la sociedad.
P. Y cuando encima a las creadoras se les da la oportunidad de contar sus historias se hace con un presupuesto mucho menos elevado, con lo cual las historias tienen que ser más minimalistas…
Eso se lo escuché una vez contar a Isabel Coixet y me gustó mucho. Decía que siempre nos dicen que las mujeres hacen películas más intimistas y los hombres películas de acción y es que a ellas no les dan presupuestos para hacer películas de acción. Nunca lo había pensado, pero es verdad.
P. Me he reído mucho con el momento mitómano con Alejandro Sanz. ¡Cuéntame esto, por favor!
Bueno, es que cuando yo era pequeña era hiperfan de Alejandro Sanz. Hay pocos temazos que hayan marcado tanto mi adolescencia como “La fuerza del corazón” y lo digo completamente en serio. Me iba a todo lo que hacía Alejandro Sanz y recuerdo que salí una vez en un telediario de Antena3 en bikini, en el antiguo Vicente Calderón, debajo de unos cubos de basura que habíamos abierto y estaban puestos para hacer sombra debajo. Me pinté “I love Alejandro” por todos los brazos y ahí estaba desde primera hora de la mañana hasta que empezaba el concierto. Esto me ha pasado con muchísima gente…
P. Siempre has sido muy defensora de la cultura popular y de programas de entretenimiento que son denostados por la gente que es un poco más snob, ¿estamos venciendo ese snobismo o todavía queda mucho por hacer?
Fíjate que más que un snobismo yo creo que es un prejuicio contra las cosas que nos gustan a las chicas y a los maricas. Con todo el circo que se ha montado alrededor de Maradona y el fútbol se habla en unos términos como de poesía, y como eso es lo que les gusta a los que están ahí arriba esa información llega a ocupar la mitad del tiempo del telediario de lo que se supone que es la información general, y nos importa una mierda. Las cosas que se relacionan más con la parte femenina de la sociedad siempre han estado mucho más denostadas. Cuando empezamos a tener voz es cuando decimos que el fútbol nos da igual y que “Cantora: La herencia envenenada” es muy interesante, y de hecho es que lo ven cuatro millones de personas igual que una final de la Champions. Se mide con diferentes estratos y no entiendo por qué si ambas son entretenimiento.
Fotografías: Mario Temiño
Edición: Rocío Muñoz
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