La conocimos hace años en la exitosa y polémica Sin tetas no hay paraíso, la ficción de Telecinco protagonizada por Amaia Salamanca y Miguel Ángel Silvestre. Años después la hemos seguido viendo en distintas series y cadenas, pero ahora, encarnando a Mati, vuelve a formar parte de una exitosa serie como es El Príncipe, que disfruta con gusto sus últimas semanas en la cadena privada de Mediaset.
Además, Thais Blume no solo ha trabajado para la pequeña pantalla: le avalan muchos años de experiencia en las tablas y escenarios de muchos teatros nacionales y hasta goza de su propia compañía teatral juntos a varios compañeros. De esto y de mucho más hablamos con ella en esta entrevista que la actriz nos ha concedido.
TITULARES
«Me gustan las historias cortas y que tengan un final que no se alargue»
«Sí que es cierto que me reconocen por El Príncipe, pero la verdad es que Sin tetas no hay paraíso tiene más power»
«Antes veías una serie española y por lo general era ver un poco más de lo mismo»
P. Ya estamos a mitad de temporada final de El Príncipe, ¿cómo estás viviendo el éxito de la serie?
Sorprendentemente igual que en la anterior temporada. El público sigue queriendo saber más, sigue enganchado, y más cuando ha pasado tanto tiempo de temporada a temporada. Ver que se mantiene el mismo share, la misma acogida por la calle y por las redes sociales te hace sentir que se ha hecho un buen trabajo.
P. Hace tiempo que se anunció que El Príncipe solo tendría dos temporadas, ¿consideras que es un acierto dejarlo ahí o se podría haber hecho al menos una temporada más?
Creo que ha sido una decisión acertada. Yo soy seguidora de series españolas, americanas e inglesas y sí que es verdad que a la hora de empezar una serie siempre miro cuántas temporadas tiene y si tiene muchas o la veo porque está muy recomendada o me cuesta. Me gustan las historias cortas y que tengan un final que no se alargue.
P. ¿Asusta la responsabilidad de hacer una serie que se basa en hechos reales, como es el caso de esta?
Estamos haciendo ficción y por suerte los guionistas no están viviendo esa realidad, ni mucho menos se lo deseo a nadie. Hay una documentación, como toda serie, y se retrata una realidad ficcionada que existe, por desgracia. Sí que hay una responsabilidad, pero esa responsabilidad como actor está en todos los proyectos, todo se tiene que tratar con respeto. En el caso de El Príncipe ni los malos son tan malos ni los buenos son tan buenos. Está bien intentar explicar una realidad sin someterte a estereotipos ni a nada.
P. Además, lo de no dejarse llevar por estereotipos es algo que marca mucho El Príncipe…
Exacto, tienes a una agente corrupta que está metida en temas de yihadismo y son españoles o gente con poder. Está bien tratado porque no siempre el pobre de una raza X es el malo sino que los malos están en todos los lados, al igual que los buenos.
P. Con esta serie se ha conseguido un fenómeno fan bastante importante, ¿te recuerda este fenómeno al mismo que se creó con Sin tetas no hay paraíso?
No. A mí me siguen reconociendo como Cris Baby. Hay una de las cosas que me sorprende y a la vez me gusta, porque es un halago, y es que muchas veces la gente no asocia que Cris Baby es la misma que Mati. Sí que es cierto que me reconocen por El Príncipe, pero la verdad es que Sin tetas no hay paraíso tiene más power.
P. ¿Qué recuerdas de la época de Sin tetas no hay paraíso?
Para mí fue un cambio radical. Primero por pasar de ser alguien desconocido a que te paren por la calle.
Recuerdo estar rodeada de una familia superbonita, hacer muchos amigos que aún mantengo. Éramos todos muy jovencitos y lo vivimos de una forma supersana, a nadie se le fue la pinza ni mucho menos. Recuerdo una época muy bonita donde aprendí un montón, porque yo venía del teatro y la televisión tiene otro lenguaje y ahí aprendí a base de experiencia.
P. Imagino que cuando te metes en un proyecto no sabes la repercusión que va a tener, pero cuando te toca vivir un éxito como han sido estas dos series, ¿no asusta la posibilidad de encasillarse con un cierto tipo de personaje?
La verdad es que tengo muchísima suerte y he estado haciendo personajes completamente diferentes. Además me encanta cambiarme de look y hacer papeles cuanto más diferentes mejor. No tengo miedo a encasillarme, y si me encasillan en algo también tiene una parte de lógica porque tú trabajas con un físico y con una cara, tienes que hacer papeles que se asemejen a ti y también tienes una energía o un tipo de actuar que también cuenta. He hecho desde una prostituta de un barrio de Madrid o una esclava en Hispania, a una policía en un barrio de Ceuta…
P. ¿Crees que hoy en día la calidad de las series de televisión en nuestro país hace que cada vez estén más cerca del cine?
Creo que sí, la televisión ha mejorado mogollón. Creo que hay más riesgo y hay muchísima más calidad, se nota. Antes veías una serie española y por lo general era ver un poco más de lo mismo. Desde unos años atrás se está arriesgando, hay mucha calidad, mucha gente de cine que al haber poco trabajo en él se pasan a la televisión; tanto departamento técnico como artístico. Hay mucha calidad y muy buenos productos.
P. Antes parecía que daba mucho más prestigio el cine que la televisión, ¿puede ser que ahora pase un poco al revés?
La gente se da de leches por trabajar en general, porque hay poco trabajo, poco dinero, o al menos eso nos dicen. Y cada vez somos más. Creo que en este sector tanto en equipo artístico como en técnico lo primordial es trabajar y claro, queremos trabajar en productos buenos o por lo menos que te gusten, pero el prestigio creo que ahora mismo está bastante equilibrado por la calidad que hay en las dos cosas.
P. Llevas años con la compañía de teatro Entropel, ¿de dónde surge la necesidad de crear este proyecto?
Llevamos desde 2009 y surge de que todos éramos compañeros de la escuela Nancy Tuñón pero de diferentes generaciones. Uno de ellos, que es el líder de la manada, Christian, escribió una obra de teatro muy buena pero ya pensando en nosotros sin conocernos personalmente. Nos mandó el guión, nos encantó y a partir de esa obra, que se llamaba El sueño de Bambi, creamos la compañía. Desde entonces hicimos esa obra, hemos hecho piezas de microteatro, encargos de videoclips y no paramos, es una vía de escape muy buena para sentirte realizado como actor, porque hay veces que estás trabajando en algo que no te ocupa realmente todo el tiempo y el cuerpo te pide trabajar más, y eso la compañía lo suaviza. Trabajamos muy a gusto y hacemos proyectos muy sinceros que nos gustan mucho.
P. Ahora estás haciendo Amazones en el microteatro de Barcelona, ¿qué va a poder ver la gente cuando vaya a ver la obra?
Microteatro funciona teniendo cada vez una temática, y este mes la temática es el futuro. Lo que interpretamos Mariona Ribas y yo es un futuro apocalíptico en el que hay una invasión zombie y aun así de lo que habla la obra es de las relaciones humanas que existen en este posible futuro, que existen en este presente y que han existido en el pasado. La humanidad sigue teniendo sus mismas discusiones interiores, sus mismos miedos, sus mismos tabúes teniendo de fondo un telón de zombies o de cualquier cosa. Esta obra es un thriller con toques de misterio, comedia y una parte dramática final muy bonita.
P. Imagino que debe ser muy diferente trabajar para un número muy reducido de personas, como es el microteatro, a una serie de televisión antes millones de espectadores…
No tiene nada que ver, cada una tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Lo del microteatro es efímero y cada pase es diferente porque cada público que entra es diferente y te da una cosa u otra. Hay gente que no se ríe y tu energía cambia, y otras veces todo lo contrario.
P. ¿Qué da más satisfacciones, el teatro o el cine y la televisión?
Las dos tienen su vertiente. El teatro es directo: tal y como trabajas lo vives y son tus sensaciones, mientras que el cine tiene la magia de que tú estás rodando una cosa y al cabo de un tiempo lo ves y encima de otra manera, porque es algo muy global, un decorado de fondo, un sonido, una luz, mientras tú lo has rodado como si fuera teatro prácticamente. Las dos tienen su magia.
P. ¿Es complicado mantenerse en el panorama de actualidad a nivel profesional?
Siempre ha sido difícil. A la que tienes trabajo te llegan más oportunidades, te regalan cosas, te invitan a sitios… Y cuando no tienes trabajo parece que se olvidan de ti, aunque no todos. Yo lo vivo bien porque ya sé cómo funciona. Lo llevé bien hasta en mi primer trabajo. Al principio me invitaban y me regalaban cosas y luego si no lo tenía no pasaba nada porque vengo de una familia humilde y todos mis amigos son humildes. Es verdad que te entra vértigo cuando estás parada, y no es por la fama si no por las necesidades. Yo lo vivo con mucha tranquilidad y tengo muchísimos hobbies que me complementan y me alimentan como persona.
P. Como comentábamos antes, has tenido la suerte de interpretar muchos papeles diferentes pero, ¿cuál es ese personaje deseado que te queda por interpretar?
Siempre me hubiera gustado hacer una película autobiográfica, recrear la vida de alguien. Me encantaría poder hacerlo de una estrella de rock o alguien relacionado con el mundo de la música, con fuerza pero a la vez muy débil. Es curioso porque alguna vez cuando me han hecho esta pregunta siempre me venía a la cabeza Amy Winehouse y hace una semana vi su documental, que es increíble, y me hizo pensar en lo que me gustaría hacer este personaje porque es tan rico… Era una tía tan auténtica y que pasa por tantos sitios…
Una heroína también me encantaría. Ahora en El Príncipe al encarnar a una policía me he dado cuenta de que la acción me encanta porque era la primera vez que lo hacía y hacer algo así también me gustaría mucho.
P. Ahora que me dices que te encantaría poder seguir haciendo acción, ¿cómo se prepara una un papel de estas circunstancias?
Nosotros tenemos un asesor policial que nos estuvo dando instrucciones de cosas básicas que ellos hacen, pero a la hora de hacerlo en cine tienes que adaptarlo un poquito porque es ficción y porque de hecho yo no podría ser policía por mi estatura. Nos enseñaron muchas cosas como la forma en la que se coloca el cuerpo cuando estás apuntando a alguien. Te daban truquitos y luego en las escenas de acción teníamos un equipo de especialistas donde nos coreografiaban si habían peleas o bajadas por montañas. Dependiendo de la escena venían y nos daban unas instrucciones u otras.
P. Cambiando un poco de tema, ¿en el mundo de la interpretación hay diferencia entre los hombres y las mujeres o se os trata y se os expone de la misma manera?
A nivel de trato de la misma manera, no hay ningún tipo de distinción. Creo que hay tanto hombres como mujeres y calidad en ambos lados. El otro día leí un artículo de El País que decía que hay un 19% de directoras, un 12% de guionistas y un 8% de directoras de fotografía, porcentajes muy bajos. Los equipos son tan grandes que a veces no te das cuenta. Imagino que si lo dicen tendrán parte de razón, pero no sé por qué es, no creo que sea por calidad. Hay menos y no sé si es por falta de valentía en ambas partes: de las productoras y de las mujeres, que no se atreven a dar el paso. No creo que haya una barrera.
P. Ya para ir terminando, ahora en poquitas semanas que termina El Príncipe, ¿qué proyectos tienes a la vista?
De momento, encima de la mesa tengo cositas en el aire que aún estoy a la espera de la confirmación cien por cien. Hay cosas de teatro muy interesantes para Madrid y cosas de televisión, lo que pasa es que no puedo hablar porque no es nada fijo. Con la compañía tenemos en mente un cortometraje y sigo pintando, que es algo a lo que dedico muchas horas. Estoy contenta porque estoy activa.
P. ¿Te apetecen ahora más proyectos de teatro o de televisión?
Me apetecen buenos proyectos y buenos personajes. Antes sí que prefería el teatro pero ahora lo que tenga que venir me parecerá bien, y si digo que sí es porque me interesa el proyecto, sea televisión, cine o teatro.
P. ¿Es importante para que te salga proyectos de teatro haber pasado por televisión y ser una cara conocida?
Supongo que depende mucho de la productora teatral. He hecho hace poco una prueba para una obra de teatro potente y no buscaban eso porque de los perfiles que quieren han ido seleccionando cuatro o cinco, y me consta que ha ido mucha gente que no ha trabajado en televisión. Luego hay otros sitios en los que seguramente sí sea importante, al igual que pasa en televisión. Están entre una y otra y se pueden acabar decantando por los followers, por eso me abrí redes sociales; tienes que estar.
Fotografías YW Magazine: Mario Temiño
Fotografías Thais Blume: Luís Ortíz Abreu
Agradecimientos: Yo Lo Vi Primero
Nacido en Madrid. Parte creadora. Entrevisto y escribo sobre libros en YourWay Magazine. Cine. Televisión. Técnico en producción audiovisual y aficionado a escribir y leer en mis ratos libres.
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