Entrevista a Antonio Orozco: «La vida, si la vives con emoción, baila sola»

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No cree ni en el hado ni en la suerte sino en el trabajo y la constancia. Así es como Antonio Orozco ha ido labrando su carrera y su Destino; 8º álbum en su discografía con el que está a punto de alcanzar el doble platino. Para llegar al destino el hospitalense ha vuelto a su origen grabando este nuevo proyecto en Barcelona, bajo su propia producción y la de su equipo de siempre: Xavi Pérez y John Caballés. Compone la vida, canta y cuenta verdades; el resultado es un disco con un sonido más roquero y con toques electrónicos pero más de piel que nunca.

El músico no olvida ni descuida su faceta solidaria; en su pasada gira, Ozean´s Club, invitaba a los asistentes a enviar un SMS de ayuda; gracias al dinero recaudado a través de esa acción se ha contribuido a levantar el centro infantil de día del Hospital San Juan de Dios de Barcelona. Pero el reto no termina ahí, ahora colabora, junto a este mismo centro, en el programa “Ángel de la guarda” —una persona que ayuda a las familias de los niños a asimilar, entender y tener una mejor relación con todo lo que viven alrededor de la enfermedad—. Será un placer seguir acompañando a Antonio Orozco en su viaje, porque queda claro que Destino no es una estación final sino un nuevo punto de partida.


TITULARES

«Soy bastante complejo a la hora de componer»

«Estoy sorprendido con el disco»

«La mayoría de mis discos tienen títulos de volver a empezar, porque sé que nada de lo que hemos hecho hasta el momento cuenta»

«Fue complicado porque en las primeras entregas de canciones a la discográfica  la respuesta siempre era: «Hay que seguir buscando»

«Creía no estar encontrando y era todo lo contrario; cada canción que hacía era más compleja y tenía más cualidades»

«Cuando cantas la verdad, ahí está el principio de todo»

«Debe ser que estoy con la crisis de los 40, a unos les da por comprarse ropa o coches, yo me he obsesionado con el tiempo»

«He llegado a llorar por el tiempo»


P. Destino, un disco que has definido como un sueño, sin embargo es un sonido que a priori costó sacar adelante, ¿a quién tuviste que convencer, de qué y cómo?

No convencer, lo que pasa es que es un trabajo que está escrito, grabado y mezclado en Barcelona; cuando haces un álbum, muchas veces, en los créditos se busca que colabore o participe gente internacional, y este es made in Spain total. Lo he hecho con Xavi y John y es el mejor disco de mi vida.

P. ¿Dirías que es el álbum más complicado que has hecho?

Fue difícil porque no tuvimos mucho tiempo para llevarlo todo a cabo y porque las circunstancias no ayudaban. Yo soy bastante complejo a la hora de componer, presenté un repertorio muy extenso, y hasta que no estuve convencido no empezamos a grabar.  Eso lo complicó un poco más todo. El álbum tenía salida para octubre y, al final, salió el 4 de diciembre y por poco acaba saliendo en 2016; no teníamos el tiempo real entre la televisión, los conciertos y una pequeña y leve intervención que tuve y que me hizo parar muchas cosas… Fue un poco difícil, la verdad, y dicen eso de que el hambre agudiza el ingenio y que las prisas no son buenas consejeras y hay ir con calma… pero al final llegamos a tiempo. Yo estoy sorprendido con el disco.

P. Impresionado con todo lo que está pasando.

Sí, porque está a punto de hacer dos discos de platino. Tiene un sencillo y se está presentando el segundo ahora. Y en cuanto a crítica, es la mejor de mi vida, sin duda.

P. Después de todo ese esfuerzo imagino que el éxito sabe mejor.

Sí, porque además veníamos de Dos Orillas, que fue un disco de mucho éxito, y había que superarlo. Presiones a las que te sometes tú solo, porque nadie me obliga, pero era un buen momento para mí y creo que hemos acertado.

P. Cuando se busca un cambio de sonido se suele recurrir a productores externos que hagan salir de la zona de confort, vosotros habéis hecho lo contrario. ¿Sentíais la necesidad de experimentar musicalmente como centro del proceso creativo sin nadie de fuera que pusiera restricciones o acotara ese nuevo sonido?

Yo creo que hay una pauta que marca la diferencia, y es que somos tres; siempre somos impares y para tomar una decisión hay que discutir mucho. Es difícil que las decisiones a las que lleguemos no estén tomadas en base a argumentos muy coherentes. Cada vez que vamos a dar un paso en una dirección, es complicado; por ejemplo, la presentación de Hoy Será fue un caos para todo el mundo: para la discográfica, para el público, para nosotros… Pero yo siento que no podemos permitirnos vivir de lo que fue; tenemos la necesidad y la obligación de buscar maneras diferentes de decir las cosas, porque ese es mi trabajo y además, si no, me siento en desacuerdo y, al final, el que lo sufro soy yo. Para mí, Hoy Será era un descaro, una búsqueda total, pero creo que el resultado fue excepcional. De hecho, ha sido la canción más radiada de mi vida y con diferencia.

P. ¿Lo habéis grabado por pistas o tocando juntos?

Como lo hicimos en casa, en nuestro estudio, muchas cosas las grabamos en directo. Por pistas grabamos básicamente lo que eran sintes y ya, pero la mayoría de las bases fueron en directo. También son canciones que las tocamos mucho, que las controlamos, por eso creo que hemos acertado mucho más en los tiempos y eso en directo se nota mucho.

P. Las canciones suenan a directo incluso en el disco, ¿qué pasa cuando crecen y estallan sobre un escenario?

Todavía se ajusta un poco más, pero sí: es un álbum pensado y escrito para el directo. Destino es, con mucha diferencia, el mejor concierto que hemos tenido en la vida.

P. Llama mucho la atención que el disco empieza y termina con la secuencia de despegue de un cohete. También se escuchan sonidos de trenes y aviones… ¿qué significado tienen?

Lo que busca el álbum físico, que es en el único sitio donde lo puedes oír, es que, si lo escuchas de principio a fin, tengas la sensación de que estás en un viaje y de que vamos a alguna parte. Lo que pretende explicar es que es un punto de partida para nosotros, que suena a final, pero realmente es un principio, como cada disco. Si te fijas, la mayoría de mis discos tienen títulos de volver a empezar, porque yo sé que nada de lo que hemos hecho hasta el momento cuenta. No vale para nada si has ganado un Grammy, mil premios o lo que sea, ¡es que da igual! Todo eso solo cuenta para la foto. Cuando sale un nuevo trabajo todo vuelve a empezar: la maquinaria, el físico, la estética… y hablo del disco, no de mí. Es una lucha desconsiderada porque vuelvo a ser juzgado de nuevo, otra vez tengo que cantar con la guitarra, defenderlo… es la lucha de cada día de la que no reniego porque es lo que más me gusta hacer, así que soy feliz.

P. Como también levitas en la portada pensé que tal vez era una declaración de intenciones…

¡Totalmente, es que es así! Desde las maquetas estamos flotando todos porque la verdad es que alucinamos.

P. Y no solo despegas hacia las estrellas, sino que tienes una propia.

¡Sí, cosas de los fans! ¡Ahí arriba hay una estrella con mi nombre! (Risas) Tengo un certificado que así lo acredita. Me la regalaron hace tiempo por mi cumpleaños, así que ya tiene que tener ríos, árboles, parques… (risas)

P. Decías que eres complejo a la hora de componer, ¿cuándo sabes que una canción está terminada?

No hay una regla escrita o, por lo menos, yo no tengo ningún librillo. Empiezas y nunca sabes. Hay canciones como Mi héroe, que salió de principio a fin, del tirón; era una idea que tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo y, cuando empecé a hacerla, nació porque estaba ahí y porque tenía que sacarlo. Hay otras que han estado en el tintero meses y meses y, en algunos casos, mal terminadas; porque las canciones tienen vida propia, en ti nacen y, de alguna forma, en ti viven y mueren también.

P. 40 canciones para este trabajo, ¿cuál fue la primera en llegar?

Hoy será fue la primera composición y de ahí partió el disco. Después vino Mírate y, fíjate que es curioso, han sido el primer y el segundo sencillo. Después de eso, empezaron a pasarme muchas cosas en lo personal y el álbum se desarrolló entre una historia y la otra… ¡Es pura vida! Al final es lo que yo estaba viviendo.

P. ¿Y alguna que no esperaras y que te hiciera cambiarlo todo?

Pídeme. Es una canción que produjimos varias veces y que, al final, la lleve yo a una producción que no tenía mucho sentido ni para radios ni para nada… pero que me dio exactamente igual. Y siento que es un tema que va a ser muy importante en mi carrera; veremos con el tiempo, pero yo creo que sí.

P. Hablamos de un sonido diferente, pero si prestamos atención a las letras no hace falta que se les ponga música, bailan solas al leerlas.

¡Es que la vida, si la vives con emoción, baila sola! Si luego tienes la suerte de encontrar las palabras es puramente dejarte llevar. No hay ningún método ni me he convertido en ningún poeta bohemio, solo fue vivirlo con la emoción y tratar de escribirlo tal cual.

P. Con todas las canciones que presentaste y las veces que cambiaste el disco de arriba abajo, ¿cuántos álbumes hubieran podido salir de ahí?

Fácil cuatro. De hecho, muchas canciones que formaban parte de él, ahora ya forman parte de otros repertorios.

P. ¿De otros artistas?

Sí.

P. Y que, por supuesto, no me vas a decir quiénes son… 

No (risas). No, porque no es necesario tampoco. Cada uno sabe sus historias; yo a veces escribo canciones para algunos colegas, si es que me lo piden, y lo hago con gusto, no tiene más.

P. ¿Es cierto que al hacer las entregas de las canciones, en un primer momento, no encontraste la respuesta que esperabas? ¿Te hizo eso replantearte algo en tu manera de trabajar?

Sí. Yo hice cuatro pautas de entrega a las personas responsables de los departamentos de la discográfica y bueno, uno siempre espera una respuesta y las que llegaban siempre eran las mismas: «hay que seguir buscando», y al final yo tengo que preguntar, porque aunque yo crea que sé, también sé que no sé nada. Y eso fue bueno porque en realidad me puso entre la espada y la pared. Vivía y dormía con la guitarra en la mano. Fue una época complicada.

P. Sin presión, vaya.

Vamos, no lo recuerdo con cariño (risas). Fue un momento difícil porque creía no estar encontrando y era todo lo contrario. Cada canción que hacía era más compleja y tenía mayores cualidades; y era porque estaba muy sometido y eso fue bueno.

P. Con Dos Orillas me dijiste eso: «solo sé que no sé nada». ¿Qué has aprendido con Destino?

Lo que he aprendido en este tiempo es que el público en cada ocasión es un monstruo diferente, y lo digo en el mejor sentido. Imagínate un ente con 200 cabezas, porque muchas veces haces lo mismo en diferentes escenarios y la gente se comporta de forma distinta. Eso te deja entrever que las canciones tienen mucho más que ver con el espíritu, el lugar, el ambiente y la emoción con la que las escuchas. Pienso que difícilmente se acierta en la música si no se cuenta con muchos parámetros diferentes, pero creo que la verdad es el origen; y eso es lo que he aprendido: Cuando cantas la verdad, ahí está el principio de todo.

P. En este disco te escucho cantar en un registro diferente, con más alma que nunca.

Canto en mi casa, con mis colegas alrededor… Dos Orillas lo canté en Los Ángeles y no fue una experiencia bonita; fue todo muy impersonal, estaba fuera, vivía en un hotel, que puede que sea uno de los sitios más feos en los que haya estado en mi vida… Y luego, la distancia, la soledad y, sobre todo, la vida… Cuando estás haciendo algo tan profundo como un álbum tienes que sentir según qué cosas. Y eso también lo he aprendido: que tengo que hacer las cosas así, en casa y cerca de mi familia, porque creo que es lo que marca la diferencia.

P. Mi héroe, es tu nuevo sencillo y uno de los temas más sinceros y difíciles que has escrito. Si me permites te diré que tan valiente es el que pasa por según qué situaciones, como el que saca el valor para contarlo y hacerlo visible.

Pues te lo agradezco de verdad. Yo no sé si es por egoísmo o por qué pero el caso es que termino contando una historia que, con mucha diferencia, es la más importante de mi vida. Lo cuento a sabiendas de que hay mucha gente que tiene la misma sensación que yo: estamos todos rodeados de héroes pero nadie sabe quienes son.

P. Tal vez porque nadie se lo ha dicho nunca…

Efectivamente. Obviamente, esta canción está dedicada a una persona, es una manera de decirle a alguien: «eres mi héroe». Y lo eres por todo esto; nunca te lo dije pero ahora quiero que lo sepas. De eso habla y así siento que todo el mundo lo está entendiendo. Y estoy convencido de que es la canción más importante de mi vida por más o menos éxito que pueda tener. Lo sé porque cada vez que la canto se me conmueve todo y es muy especial para mí.

P. En general, ¿hasta que uno no supera una historia no es capaz de escribirla o hasta que no lo escribe y lo expulsa no es capaz de superarlo?

No hay un librillo en realidad. El estado emocional de los compositores es el que marca la diferencia a la hora de escribir y no hay ninguna otra manera de hacerlo. El caso es que yo escribo canciones porque lo he hecho desde niño, no es que alguien me diga: «haz esto»; seguramente hay gente que lo hace y encuentra el gatillo y sabe cómo hacer para que la gente salte, baile, cante, grite… yo no. Yo cuento cosas porque las tengo que contar. A partir de ahí, a veces pasan cosas como con Estoy hecho de pedacitos de ti, que se convierten en historias que son interminables, o Devuélveme la vida, Llegará o Temblando, y no sabes bien qué es lo que ha pasado… y lo único que ha pasado es que un tipo se sentó y contó una historia tal cual.

P. Si como dices en Mírate: «siempre era nunca y nunca era el destino», llegamos a la conclusión de que siempre es el destino, ¿no?

Así es ese juego de palabras que me alegra mucho que hayas descubierto porque has sido la única. ¿Cómo es que era siempre si siempre era nunca y nunca era el destino? Pues exactamente así, ese es el pez que se muerde la cola.

P. ¿Entonces el destino es siempre o no?

¿Es siempre? En el momento en el que te planteas que el destino es otra cosa, entonces estás lista de papeles. Lo importante, y lo que yo creo, es que el destino es ahora que es cuando hay que cambiar, cuando hay que hacer, cuando hay que mover y cuando hay que conmover.

P. Destino habla de amor, desamor, superación… ¿hay también algo sobre quererse más a uno mismo?

Hay introspección al 100%. No sé si quererme más, pero la mirada es hacia dentro siempre.

P. ¿Has tratado de contar las cosas mostrando más de ti de lo que lo habías hecho hasta el momento?

Sin duda, así es. ¿Que lo hecho sin pudor? También. Porque canciones como Mi héroe demuestran que no hay pudor, lo he hecho y lo hecho a sabiendas de que esto puede dar que hablar y puede dar lugar a que me pregunten muchas veces sobre quién es y por qué es… en realidad no hay más que decir.

P. Ser honesto siempre ha sido una máxima para ti, tanto en la música como en las letras y en tu manera de comportarte. Imagino que el ir a pecho descubierto no siempre tiene que ser agradable.

No, no lo es. Pero sí es un ejercicio hacia dentro de decir: «esto es lo que hay». Realmente, insisto, en un momento muy difícil porque, a nivel de tiempo y demás, era muy complejo. Yo creo que Destino es, con mucha diferencia, de las mejores cosas que hemos hecho nosotros tres.

P. Hay una palabra muy recurrente en tu música y en tu vida, ¿qué importancia tiene para ti el tiempo?

Muchísima. Yo he llegado a llorar por el tiempo. Debe ser que estoy con la crisis de los 40; a unos les da por comprarse coches, ropa… yo me he obsesionado con el tiempo. Intento aprovecharlo y vivirlo al máximo. Me levanto muy temprano y me acuesto muy tarde, hago deporte, voy a clases de muchas cosas, de dibujo y pintura, por ejemplo; intento alargar el tiempo todo lo posible y que no se me escape. Intento desgranar cada segundo y vivir el presente plenamente porque es lo único que tenemos.

P. ¿Pasó algo que te hiciera cambiar y tomar esa visión de la vida?

Sí, justamente pasó la vida y sus cosas, que son las más importantes: el ver a un familiar caer en una enfermedad grave; ver a tu hijo de 9 años y pensar en lo rápido que crece… Pensar en la de aviones que coges, en las distancias que te separan… La soledad que provoca el tiempo… es algo que a mí me ha marcado mucho.

P. Un compañero tuyo decía el otro día: «disfrutamos de la familia solo un 20% del tiempo que cualquier otra persona». Lo cierto es que pagáis un precio muy alto.

Te aseguro que yo no. Yo intento pasar todo el tiempo que tengo con mi hijo. Y lo saco de donde sea; si tengo que sacrificar otras cosas o dejar de hacer algo, lo hago, no me importa. Pero hago lo imposible por pasar tiempo y disfrutar de mi familia. Mi hijo crece muy deprisa y eso no vuelve. Yo quiero vivirlo. ¡No quiero perderme nada! Si tengo que quedarme sin dormir por estar a su lado, bien hecho está. Pero te aseguro que mi hijo me siente siempre muy cerca y que el tiempo que estoy con él es de calidad. A él nunca le va a faltar nada y mucho menos la presencia de su padre.

Fotografías: Javier Ortega Ponce / Universal Music
www.javierortegaponce.com

3 Comments

  1. Avatar
    Lucía 01/04/2016 at 11:20 -  Responder

    Enhorabuena por la entrevista!! A través de la música habéis conseguido hablar más con la persona que con el cantante y ayudarnos a conocerlo un poco más! Muchas gracias, chicos, gran trabajo!

  2. Avatar
    Julian 31/03/2016 at 15:24 -  Responder

    Antonio, a nosotros también nos gusta mucho que grabes aquí en casa!!
    Me ha encantado la entrevista. Muy personal y sincera

  3. Avatar
    Bea 31/03/2016 at 13:57 -  Responder

    Una muy buena entrevista,muy cercana como es él

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