Desde el pasado 17 de enero, el Teatro Fígaro se convierte en el anfitrión de Escape Room, una comedia de Joel Joan y Hèctor Claramunt que promete divertir a los espectadores tanto como lo ha hecho en Barcelona, donde se estrenó la temporada pasada. El escenario se transforma en un escape room, el juego cuyo objetivo es salir de la habitación antes de que finalice la cuenta atrás, para lo que hay que ir resolviendo misterios.
Los protagonistas de Escape Room son los integrantes de un grupo de amigos, que organizan un plan para pasar la tarde y, así, conocer a la novia de uno de ellos. Como se puede prever, los cuatro deciden ponerse a prueba en un escape room, sin más propósito que divertirse y pasar un buen rato. Sin embargo, cuando se cierra la puerta, lo que iba a ser un entretenido juego se convierte en una sucesión de extraños acontecimientos.
El elenco de esta original historia está formado por Antonio Molero, Marina San José, Kira Miró y Leo Rivera. Este último interpreta a uno de los amigos, Rai, al que describe como “el típico macho alfa 2.0 muy liberal y muy guay”. El actor señala que el juego “consigue que salgan a la luz cosas que están muy escondidas. Cada personaje esconde algo, tiene algo medio turbio y se descubre todo”.
Lejos de añadir presión, Leo Rivera afirma que el éxito de Escape Room en Barcelona les tranquiliza. “Sabemos que es algo que funciona, que a la gente le gusta. Muchas veces no sabes cómo va a ser una función hasta que no la pones ante el público, por muy bueno que sea el papel o por muy bien que vaya el proceso de ensayos. Hasta que no la pruebas con el público, y más una comedia, no sabes cómo va y en ese aspecto Héctor lo tenía clarísimo. Ellos llevan allí dos años y eso lo ha facilitado mucho porque sabían lo que funcionaba. Nosotros íbamos a mesa puesta, el experimento lo han hecho en Barcelona”.
Más allá de la Ciudad Condal, la obra estuvo el pasado noviembre en el Teatro Carlos III de Aranjuez, donde el elenco pudo tener una primera toma de contacto con el público. “Fue genial. Entraron a todo, se lo pasaron muy bien. Para nosotros era la primera vez y la respuesta fue muy buena”.
Leo Rivera señala que el proyecto está siendo muy divertido y, al contrario que su personaje, al que “se la suda un poco todo”, se declara amante de los escape room. “A veces me pongo un poco histérico. Suelo mantener la calma, pero luego soy un poco cafre. Cuando hay que meterse en algún sitio raro, me meto el primero; me pongo nervioso si veo que queda poco tiempo…”.
Que la acción de Escape Room se desarrolle en un juego de escape sirve como pretexto para hablar de cómo actúan las personas en situaciones límite, todo ello en un tono cómico. Además de ser una propuesta de lo más original en teatro, Leo Rivera proporciona más razones por las que no hay que perderse la obra. “Es una comedia muy fresca, de un tema actual y tiene la novedad de que hay un contador, sabes cuánto queda para que acabe la función”. ¿Hacen falta más motivos para verla? En el Teatro Fígaro desde el 17 de enero.
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