Este lunes llega a Antena 3 45 Revoluciones, una serie original de Atresmedia Televisión en colaboración con Bambú Producciones que promete marcar un antes y un después en la ficción nacional. La serie está protagonizada por Carlos Cuevas, Guiomar Puerta e Iván Marcos, a los que se suman otros intérpretes como Israel Elejalde, Carmen Gutiérrez, Luis Larrodera, Marina San José, Diana Gómez y Pere Ponce, entre otros.
45 Revoluciones narra el nacimiento de una discográfica en los años 60, momento en el que el pop comenzaba a instalarse en España. Maribel Campoy (Guiomar Puerta), una joven de 19 años formada en el Conservatorio, se pone al frente de este nuevo sello musical acompañada por su jefe Guillermo Rojas (Iván Marcos) y por Robert (Carlos Cuevas), un cantante recientemente descubierto. Los tres lucharán por conseguir sus metas en una época caracterizada por la represión y dentro de un ámbito tan complejo como la industria musical.
YourWay Magazine tuvo la oportunidad de hablar con los tres protagonistas, que nos dieron detalles de sobre la serie y, de paso, nos permitieron conocerles un poco más.
ENTREVISTA A CARLOS CUEVAS: «La música es el otro protagonista de 45 Revoluciones»
P. ¿Cómo es la relación entre los tres personajes protagonistas?
Los protagonistas son personas que se necesitan en un momento muy concreto para llevar a cabo sus trabajos. Yo soy el artista y Guiomar es la productora musical. Ella empieza como una secretaria condenada a ser secretaria toda su vida por un contexto en el que las mujeres no aspiraban a nada más que llevar cafés. También está Guillermo, que propone fundar una nueva línea discográfica que apoye la música joven. Guillermo es un visionario, sabe lo que se está escuchando en el mundo. El rock es lo que está pisando fuerte y él funda un nuevo sello donde me ficha a mí y convence a Maribel, el personaje de Guiomar, para que sea la productora musical.
La relación que tenemos nosotros al principio es causal, por trabajo, pero se establecen lazos muy estrechos entre nuestros personajes que van más allá de lo laboral. No hablo de lo sentimental, pero sí de la amistad. Acaban siendo una piña muy fuerte.
P. ¿Qué papel tiene la música en la serie?
Mi personaje canta en todos los capítulos. Me atrevo a decir que estoy muy sorprendido, tanto con mi voz como con lo bien que suenan las versiones. En cada capítulo hay una versión o dos de un tema actual transformado en el sonido de los 60 y creo que es una gran manera de conectar con el público joven. La música es muy importante dentro de la serie, ya no solo por las canciones que canto yo sino por la banda sonora de la serie. Me atrevería a decir que la música es el otro protagonista.
P. ¿Se podría decir que gracias a esta serie has descubierto una nueva faceta tuya como cantante?
Era como un sueño que sabía que nunca iba a cumplir. Toco la guitarra en mi casa desde que tengo 13 años pero nunca había cantado más allá de mi habitación. Los 60 es una época que me interpela muchísimo, que me gusta mucho. Soy un loco de Los Beatles, convencí a mi familia para viajar a Liverpool y hacer la ruta por sus casas. Me gustan muchos los 60 y cuando me contaron que esta serie se ambientaba en los 60, enloquecí. Me han dado la oportunidad de tener una banda de rock de mentira.
P. ¿Te has inspirado en algún cantante de aquella época?
Justo del personaje que interpreto yo no hay un referente concreto sino que me atrevería a decir que es una amalgama de muchos artistas de la época y de un espíritu. Mi personaje se llama Roberto pero su nombre artístico es Robert y esto es una clara referencia a muchos artistas de la época que se traducían el nombre al inglés para internacionalizarse. Miguel Ríos empezó llamándose Mike Rios y, en este caso, el nombre del personaje es un claro guiño a Miguel Ríos.
P. La mayoría de vosotros no habéis vivido los 60. ¿Qué has aprendido de esta época?
Era un contexto que me interesaba y no era nuevo para mí pero sí te das cuenta de que una dictadura era jodida. Para quien tenía unas pretensiones artísticas y unas pretensiones de internacionalizarse, era jodido vivir bajo el mandato de un dictador y con la policía amenazando. Se toca el tema de la censura, de las cargas policiales injustificadas a la juventud, el tema del miedo a la represión… Si algo he aprendido rodando esta serie sobre el contexto de los 60 es que era difícil hacerse un lugar desde la honestidad y desde la ilusión por todas las trabas que te ponía ese contexto.
P. ¿Qué significa para ti trabajar en Atresmedia ahora que la marca está vendiendo todas sus series al exterior?
Pues estoy orgulloso, feliz, contento, entusiasmado… Todo son adjetivos positivos pero, si soy sincero, mi criterio intenta guiarse por la calidad del proyecto más allá del sitio en el que se encuentra. Aquí tenemos la suerte de que Atresmedia es un sello potente, con unas garantías, pero lo que quiero destacar es que de verdad creo mucho en el proyecto.
Soy alguien que no siempre defiende lo que hace. Trabajando lo hago siempre pero, cuando me pides la opinión personal, me atrevo a criticar proyectos a los que yo pertenezco muchas veces. No me empaño por trabajar dentro de un proyecto, pero aquí me está pasando, como me ha pasado otras veces en mi vida, que creo mucho en la serie. Me da mucha rabia cuando veo a actores que están actuando porque eso es la antinterpretación. Siempre aspiro a que haya la máxima verdad posible y, aquí, Guiomar, Iván y el resto de actores del reparto, que son vivísimos y espontáneos, te miran de verdad.
P. ¿Qué os han dejado aportar a 45 Revoluciones?
Yo siempre intento dinamitar las jerarquías porque no creo en ejercer el poder sobre alguien, en la figura del jefe. Yo creo en trabajar codo con codo, en poder hablar con el director de tú a tú porque somos un equipo. Confiamos mucho los unos en los otros y cuando alguien lanza una idea, se tiene en cuenta.
P. Estás en muchas series de éxito como Cuéntame, Merlí y ahora 45 Revoluciones. ¿Cómo llevas la popularidad?
Bien. Llevo siete meses viviendo en Madrid y no he salido prácticamente de mi calle. Ruedo de siete a siete, llego a casa, estudio, ceno y a dormir. Estoy muy focalizado en el trabajo. La popularidad es algo que forma parte de mi vida pero nunca es un objetivo, sino un daño colateral y la acepto con deportividad. Entiendo que forma parte más de la industria que del oficio y la acepto con respeto, pero no dedico ni un segundo de mi vida a pensar en ella.
ENTREVISTA A GUIOMAR PUERTA: «Entre los 60 y la actualidad hay más similitudes de lo que parece»
P. ¿Qué supone para ti protagonizar una serie nacional?
Pues es un regalo porque normalmente en las series no se suele apostar por caras desconocidas. Hay que ser muy valiente, en una ficción a nivel nacional y en un canal tan importante como Antena 3, para apostar por una cara que no es conocida, con lo cual es un lujo poder tener acceso a algo así. Creo que también es importante que se dé la oportunidad a gente que no tiene tanto recorrido o que tiene recorrido pero no es conocida. Normalmente piensas que si hay otras actrices más conocidas y estoy yo, muchas veces es más fácil que se lo den a ellas porque tienen camino ganado, pero han tenido la valentía de apostar por mí y lo agradezco infinitamente.
P. ¿Te documentaste sobre Mariní Callejo, la mujer en la que se inspira tu personaje?
Lo intenté pero no había casi nada escrito sobre ella, lo cual es muy triste porque fue la primera productora musical de rock and roll en España. Estuvo detrás de Los Brincos, de su sonido. Intenté documentarme pero, lamentablemente, no había mucho escrito y eso es significativo de cuál era la posición de las mujeres en esa época. Una mujer que hizo algo tan importante y que la gente no sepa quién es, es bastante triste.
P. En la serie, ¿cómo van a llevar tus padres que cambie tu forma de vida? Que no te quieras casar, que quieras crecer…
Mis padres lo van a llevar muy mal porque en esa época lo que se esperaba de una mujer era que se casase pronto, que fuera ama de casa, que criara a los niños y poco más. En el caso de Maribel, sus padres tienen planeado que se case con Diego, que es su novio de toda la vida, y que tengan hijos, pero ella no quiere ni casarse ni tener hijos. Ella quiere ser productora musical y tener una carrera, pero no lo va a tener fácil.
P. En ciertos sentidos es una serie sobre cómo a la sociedad le cuesta aceptar los cambios y las cosas nuevas. No sé si en ese sentido ha cambiado mucho esa época respecto a la actual.
Por un lado he sentido que la serie iba sobre un momento de revolución en el que la gente intentaba cambiar las cosas y eso tiene similitudes con lo que estamos haciendo con este proyecto porque es diferente. No es una serie más sino que hemos intentado diferenciarnos de cómo se hacen las series ahora.
Por otro lado, en cuanto a lo que comentaba de la mujer en los años 60, hay muchas similitudes con el año actual porque era una época en la que se empezaba a luchar, en la que empezaba el feminismo. Hubo grandes movimientos feministas a partir de los 60, 70 e incluso 80. Hoy en día estamos viviendo movimientos feministas y si los estamos viviendo es porque siguen siendo necesarios. Hay más similitudes de lo que parece.
P. ¿Le has pedido consejo a alguien de tu entorno sobre la época?
Mantuve conversaciones con mis padres, pero para informarme sobre la época lo que más he hecho es leer y ver documentales y películas del momento. En realidad, es una serie que hemos querido tratar como si fuese el momento actual, como si fuese algo moderno sobre gente que podría estar ahora persiguiendo sus sueños, luchando e intentando sacar adelante una carrera. Antes el problema podía ser una dictadura que te ponía las cosas difíciles y hoy en día hay otros problemas. Siempre hay cosas por las que pelear.
ENTREVISTA A IVÁN MARCOS: «45 Revoluciones tiene unos códigos visuales que funcionan porque el espectador es cada vez más inteligente»
P. ¿Habéis visto ya los primeros capítulos? ¿Qué tal te ves en el personaje de Guillermo?
A mí me encanta la serie, creo que el primer episodio arranca con mucha fuerza y que los códigos visuales que tiene funcionan perfectamente porque el espectador es cada vez más inteligente. Todo el mundo ha visto muchas series y películas y cada vez se pueden empujar más estos códigos sin miedo a perder espectadores. Tenemos unos códigos visuales completamente metidos en el cuerpo y la serie responde a esto, también en las interpretaciones. No somos actores que se colocan y posan ante la cámara, en absoluto. Lo primordial es la energía, la dinámica, la honestidad y empapar a los personajes de eso. Creo que en este primer episodio se ven estas cosas con mucha claridad y mucha gente lo va a apreciar.
P. ¿Cómo has trabajo tu personaje? ¿Te has inspirado en alguien en concreto?
Había referentes reales pero todos se nos quedaban cojos y queríamos un personaje que tuviese varias caras. Por un lado, es un hombre superentusiasmado con su trabajo, un tipo transgresor que siempre quiere alcanzar algo nuevo. Siempre quiere innovar, aunque sea poniéndose dificultades a sí mismo y a las personas que lo rodean, pero siempre con un propósito que está por encima de él. Y, por otro lado, él se come los problemas que eso mismo le genera, los problemas económicos, de relaciones… Es un personaje supergustoso porque es un héroe y un antihéroe al mismo tiempo. Tiene dos lados muy marcados, uno muy brillante y otro muy patético.
P. ¿Qué opinión tienes de que la cadena apueste por caras desconocidas?
Personalmente llevo años empeñado en que no me conociese nadie, pero se me ha roto la racha y parece que al final me van a tener que conocer, qué le vamos a hacer (risas). Pues me parece una idea fantástica. Creo que en realidad es una apuesta, en el sentido de que no piensan tanto en arrastrar a público a través de que haya gente famosa en el proyecto, sino que han apostado por el proyecto. Han hecho una apuesta sincera y creo que han acertado.
No voy a hablar de mí mismo porque queda feo. Carlos y Guiomar son dos chicos muy jóvenes pero con un nivel de profesionalidad que es fuera de lo común para gente que les dobla la edad y para mí fue como una revelación, me he quedado alucinado y encantado de poder trabajar con ellos. Guiomar va a ser una revelación para muchísima gente. Es una mujer que tiene la precisión de un reloj suizo cuando trabaja y, al mismo tiempo, tiene una pasión y una emotividad desbordantes.
P. ¿Qué has podido aportar personalmente a la serie?
Yo creo que he aportado una cierta frescura en la dinámica del movimiento y he metido un poco de esto en el personaje. Las cosas en papel son muy rígidas y aunque el guion es fantástico, al llevarlo a la realidad he intentado empujar los límites de lo que se puede hacer, de cómo te puedes mover, expresar, de hasta dónde puedes llevar la energía en una secuencia… He aportado mi grano desde esta idea de apostar por buscar los lugares más extremos porque son los que nos definen por momentos como personas.
P. De Fariña hay mucha historia por contar. ¿Seguís manteniendo la esperanza por si ocurre lo que ha sucedido con La casa de papel?
Son historias muy diferentes. En el caso de Fariña, hay muchas historias que contar que salen en el libro y muchas otras que no salen y que hemos descubierto en el proceso de rodaje. Estábamos siempre en localizaciones reales y mucha gente de la figuración había vivido esa situación en aquellos tiempos y te contaban historias con las que te quedabas con la boca abierta. Pero bueno, se tienen que dar intereses de cadenas y apostar por eso. Entiendo que es un tema delicado y que en parte sigue vivo. Fariña ha desarrollado un público muy fiel, el recibimiento que ha tenido por parte de la gente ha sido brutal.
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