Subidón. Esa es la sensación que se te queda después de una hora y cuarto de concierto de los chicos de La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A). Tuve la suerte de poder acudir al último de sus tres conciertos de fin de gira en Madrid, el pasado 22 de octubre, y todavía sigo alucinando con lo que pasó allí. ¿Sabéis lo que es una verbena de pueblo a las 5 de la mañana? Pues así me sentí yo.
La encargada de calentar el ambiente en este último concierto de los tres consecutivos que ofrecieron en la sala Joy Eslava fue Iseo. La cantante navarra presentó algunos de los temas de su último disco Last Night Extended y sorprendió a los allí presentes con su voz y con la utilización de un loop pedal, con el que pregrababa los sonidos con los que se acompañaba en sus temas.
A las 21:15h, tal y como estaba previsto, las luces de la Joy Eslava se apagaban y pocos minutos después los burgaleses pisaban el escenario de la sala con sus ya míticas camisetas blancas de tirantes. El público, de todas las edades, esperaban ansiosos que arrancara el show. El ambiente que se respiraba era increíble.
Cualquiera diría que era su tercer concierto consecutivo, la energía brotaba por sus poros desde el primer minuto con una breve introducción de Nubes Negras. A continuación, Miles Davis enloquecía a los allí presentes. Menos de cinco minutos de concierto me bastaron para darme cuenta de que la voz quebrada y desgarradora de David Ruiz en directo es una autentica pasada. Es increíble cómo consigue que se te meta por dentro y te estremezca.
Después de darnos la bienvenida, David daba las gracias a su público por no haberles fallado y prometía devolvernos el cariño de la mejor manera, con música. Amanecederos, Suelo gris, Amoxicilina, Los hijos de Johnny Cash… La M.O.D.A. sacó toda su artillería dando constancia de que no son un grupo de un solo single.
Gorka Urbizu acompañaba a los chicos en PMVR y no podían faltar saltos, bailes, gritos… Pero no fue el único invitado de la velada, para interpretar La Cuerda Floja y 1932 contaron con el gran Quique González, uno de los grandes momentos de la noche. Iseo era la última invitada que se subía al escenario de la Joy Eslava para interpretar Vasos vacíos.
También había tiempo para mostrar una cara más dulce y calmada. David pedía silencio para interpretar Ojalá de Silvio Rodríguez junto a Joselito y ambos se quedaban solos en el escenario. La voz rasgada con ayuda del acordeón hicieron de esta versión una canción preciosa. Nueva Orleans completaba este bloque más intimo y relajado con el que consiguieron emocionarnos. Impresionante la calidad de Joselito Maravillas con el acordeón y Alvar con el saxo, que se entregaba por completo en esta canción.
El concierto iba llegando a su fin y no podía faltar su primer single Nómadas, canción icónica de los burgaleses que puso patas arribas la Joy Eslava. A continuación, Hay un fuego, una canción delicada, profunda y armónica que ya es todo un himno para los seguidores de la banda, conseguía ponernos los pelos de punta. Los chicos salían del escenario mientras el público pedíamos más.
La M.O.D.A salían de nuevo a escena y cerraban este fin de gira, como no podía ser de otra forma, con Gasoline, en la que no faltaron energía y pasión, tanto por parte de los chicos como por el público que se dejó la voz en cada estrofa.
Fin del concierto y fin de gira. Un fin de gira mágico que seguro que hará que la banda regrese con más fuerza que nunca. Esperemos que sea pronto para poder celebrar juntos la vida de nuevo.
Fotografías cedidas por: Juan Rodríguez de www.thebackstage.net
¿Algo que añadir? ¡Déjanos un comentario!