Muchos saben el significado de #OneChicago, otros ni les suena el nombre, pero la verdad es que se ha creado un fenómeno televisivo sin precedentes que, además, ha encandilado a los seguidores de las series desarrolladas en Chicago: me estoy refiriendo a Chicago Fire, Chicago PD, Chicago MED, y próximamente, a Chicago Justice.
Cuando los directores y productores crearon Chicago Fire no podían imaginar el éxito que iba a tener no solo esa serie, sino los spin off de Chicago. No obtienen un número increíble de espectadores semana tras semana, pero su número de seguidores fieles incrementa tanto en Estados Unidos (lugar originario de la serie) como en otros países donde se ha vendido la serie. El producto es bueno, sin duda, pero el hecho de que sus productores y guionistas crean en él lo hace de una calidad excelente. Cada serie “Chicago” que comienza se convierte en un éxito.
Por ello, nos han sorprendido a todos con la incorporación en pocas semanas de Chicago Justice al círculo de series “One Chicago”. Es la primera vez que en televisión se produce un fenómeno de estas características: una misma ciudad mostrando los diferentes servicios de emergencia. Además, en varios medios de prensa, profesionales del sector están de acuerdo con el realismo con el que se filman las series y lo afín que es a la realidad que se vive en las calles. Es una serie recomendada para aquellos fanáticos de las emergencias, de Estados Unidos y de todo aquello que tiene una calidad óptima. No dejan de lado ni las tramas personales, ni las profesionales; estas últimas son independientes. Hay personajes a los que comenzamos odiando por sus actitudes y forma de ser, pero que, a medida que el tiempo pasa y los capítulos avanzan, nos comienzan a gustar hasta límites insospechados.
Algunas de las tramas personales utilizadas van más allá de los amoríos a los que las series nos tienen acostumbrados. Hay tramas más humanas y reales, que además van acompañados por personajes como pocos hemos visto en televisión. Un jefe de grupo políticamente incorrecto, un psiquiatra sin expresión a la hora de hablar o mostrar, unos bomberos que no siempre se llevan bien… En definitiva, gente mucho más humana de lo que estamos acostumbrados a ver a través de la pequeña pantalla, y que, sea dicho de paso, el espectador agradece.
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