En este octavo programa se acerca la final y se nota. El programa comienza con imitaciones porque con algo tienen que llenar el vacío. ¿Cómo van a preguntar si les afecta la marcha de Pa? Si no lo han preguntado cuando se me fue Sergio. Eso sí, la breve marcha de Eduardo ocupó media primera prueba en su día. Ante todo se nota la falta de favoritismo en el programa, ¿verdad? En fin, que se pusieron a imitar. A Mahi ya la habíamos visto en redes sociales imitar a Raquel Sánchez Silva, pero las mejores y más inesperadas imitaciones fueron las de Antonio hacia Caprile, que fue la mejor de todas; Caprile imitando a Antonio —que no me lo esperaba, pero con Lorenzo todo son sorpresas—; y Palomo imitando a Luisa, que cerrabas los ojos y era idéntico. ¡Palomo lo ha clavado!
La primera prueba consistía en hacer unos vaqueros clásicos de cinco bolsillos a medida para cada uno de los seis modelos. Una hora y cuarto de prueba haciendo jeans que podría resumirse en un completo desastre y que, después de ver a Caprile de buen humor, volvía su lado estricto para decirles que «Si fuera por mí os ibais todos a casa ya». María Escoté definía el pantalón de Mahi como «pantalón mochila», Eduardo justificando que la cinturilla de su pantalón era «invisible», vamos que no existía por mucho que lo quieras adornar, no vaya a darte un mareo por admitir tus errores. Eso sí, media España, incluyendo a Navarrete y a una servidora, solo podíamos ver el modelo de Jaime. «Lo siento pero me ha dado la risa al ver los atributos del modelo de Jaime» se excusaba Edu cuando el jurado pedía que no se rieran. Si es que el pobre chico iba marcando hasta el carné de identidad. Lorenzo Caprile aseguró que «el pantalón vaquero se les había atragantado a todos» y «en el país de los ciegos el tuerto era el mejor», por eso el ganador de la prueba fue Antonio, seguido de Alicia.
En la prueba por equipos se trasladan a la sede Gocco, que hace ropa infantil y juvenil y, como cabía esperar, los invitados serían niños. María, Fernando, Lucas y Esther, de MasterChef Junior. Antonio escoge a Alicia para ser la segunda jefa de taller, junto a él. Mahi al ser la peor de la primera prueba escoge los equipos. A todos les sorprende que Masegosa haya querido trabajar con Alicia y Eduardo, pero a mí no, porque al contrario de lo que ella dijo, no creo que sea tonta, más bien todo lo contrario. Y lo confirmó admitiendo que si pierde su equipo contra Antonio no tenía nada que hacer, en cambio contra Eduardo tenía una posibilidad de permanecer. Eso lo llega a decir Alicia y Edu salta sobre ella como un luchador de la WWE. Los niños les dicen lo que quieren y Fernando es el más adorable porque quiere que lo dejen perfecto porque le va a pedir salir a una chica. «Yo quiero vestir a Fernando para que triunfe en el amor» dice Jaime. Casi me salen coranzoncitos por los ojos de lo adorable que ha sido ese momento. Eduardo, como ya estaba tardando en criticar, dice que Alicia es «repelente y arrogante». Llámalo antes de que te lo llamen, ¿no? Eso sí, lo hace, como es habitual, cuando está solo, a la cara nunca. Todo parecía ir bien, pero lento, así que Caprile da dos palmadas y cambia los equipos de mesa. Todo un caos. La prueba termina con Antonio, Jaime, Luisa y, por vago, Edu a la prueba de expulsión. Mahi y Alicia están oficialmente en la semifinal de Maestros de la Costura.
Las Nancys Rubias, protagonistas de la prueba de expulsión
En prueba de expulsión aparece Alaska, que viene a hacer un encargo para Las Nancys Rubias, que aparecen poco después. Mahi dice que va a lucirse, porque se ha librado de la prueba de expulsión, con un vestido precioso pero que si alguien pide su ayuda en la prueba la veo deslizándose por el suelo en la primera carrera que de. Aún así, Alicia va más guapa porque el corsé que lleva se lo ha hecho mi católico favorito y es que, antes de haber dicho de quien era, yo que adoro a Sergio ya sabía que lo había hecho él. Los Rives Brothers hacen cosas chulísimas. Dejando a un lado mi amor puro con Sergio, la prueba consistía en hacer el vestuario de Las Nancys para su gira y dejaban claro que querían que los monos fueran un homenaje a Elvis. Mi bordador favorito pinchó, pero no desistió y la prueba fue de lo más emocionante por el poco tiempo que tenían y lo mucho que debían hacer. Al final Las Nancys salen a cantar con las prendas puestas y Caprile se sabía de memoria la canción. Mi sueño en la vida es ver a Lorenzo Caprile vestido como Mario Vaquerizo, con el mono dorado que hizo Luisa. Eso sí que sería todo un show digno de ver.
En las valoraciones Caprile le da un abrazo a Edu porque su prenda es muy bonita. Cuando valoran a Jaime y le comentan que no ha puesto ni un solo brillo, el valenciano responde que «mis principios como bordador me impiden pegar cosas en la prenda» y el «muy bien» que dice Alicia por lo bajini también lo digo yo. Pero como el tiempo y los nervios le han jugado una mala pasada, terminan convirtiendo a Jaime en el expulsado. Puede que Caprile no llorase, pero eso no impidió que me cayese una lagrimilla por tal injusticia. Primero expulsan a mi Sergio, mi quinto finalista, y ahora a Jaime que, para mí, seguirá siendo el cuarto. La injusticia de la marcha de Jaime viene desde la repesca, donde salvaron a Eduardo cuando en realidad Vicente debía volver. Mucho predicar que los aprendices deben aprender, pero puedo contar con los dedos de una mano, y aún me sobrarían, las veces que Eduardo ha trabajado en el programa. Pero yo no soy TVE y me quedo con la verdad aunque no implique tener más audiencia. Jaime era uno de mis favoritos y el que ha demostrado tener principios, ser trabajador, no agachar la cabeza solo porque otros lo digan y, sobre todo, ha sabido admitir sus errores. ¡Te echaré mucho de menos, Jaime! Te seguiré la pista en las redes y espero que vuelvas a cantarme tu hit «Corre, Corre, Antoñito».
Alicia aguanta, que vas a ser la ganadora.
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