REVIEW | Maestros de la Costura #FINAL: Balenciaga, vestidos de novia y el gran duelo

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El último programa de Maestros de la costura, la gran final, el momento que la mayoría esperábamos para ver a nuestro ganador o ganadora triunfar. Pero después de la final, ¿qué? Sí, seguiremos teniendo a nuestros favoritos en las redes, pero las noches de los lunes se nos van a quedar tan vacías… Vamos con la última review de Maestros de la costura, aunque duela dejarlos.

En la primera prueba los aprendices debían confeccionar cada uno un traje de Balenciaga; contaban con dos trajes masculinos y dos femeninos. Para ello jugaban con el azar y con elementos de cada uno de los miembros del jurado y la presentadora, porque además, debían hacer el traje que les tocase a medida de ellos. Alicia quería hacerle el traje a María Escoté, por lo que se acercó a la mesa y creyó que los zapatos era su elemento. Acertó, y se le asignó el traje. Luego fue Luisa, que no quería que le tocase hacer un traje de hombre ni por asomo y creyó que la joya era el elemento de Raquel Sánchez Silva, pero en realidad era el de Palomo y tuvo que resignarse a confeccionar un traje masculino. Antonio también quiso hacerle el traje a Raquel y dijo que su elemento era el abanico con pinta rockera, pero —y esto nos sorprendió a media España— era de Caprile. ¡Quién lo diría! Al final Eduardo, por descarte, consiguió hacerle el vestido a Raquel, que además ya había dicho que lo había intentado en la universidad y le salió un mojón. Contaban con ciento cincuenta minutos para la prueba y el ganador se ganaba la primera bata blanca para el duelo final.

«Palomo no tiene un cuerpo fácil» decía Caprile, medio en broma medio en serio,  mientras juzgaba el trabajo de Luisa, a lo que el mencionado respondía: «No es fácil porque es demasiado bueno para ser real». Adoro a Caprile, pero me encantan las respuestas de Palomo. Como no podía ser de otra manera, el primer puesto iba para mi adorada Alicia.

En la segunda prueba o prueba por equipos se fueron a Pronovias, en Barcelona. Cada uno de los tres aprendices tenía que hacer un traje de novia y disponían de cinco horas. Luisa fue la primera que eligió el vestido que quería hacer porque en la primera prueba había sido la subcampeona. «Cuando lo hago para mí, me sale mucho mejor», comentaba la humildad en persona, más conocido como Eduardo. Además, aseguraba que nunca había trabajado tanto tiempo seguido. ¿A alguien le extraña tal confesión? A mí no, desde luego. Y como se supone que era una prueba por equipos, aparecen Oscar Higares, Mónica Cruz y José Corbacho para ayudarles. Luisa no lo duda y quiere a Corbacho en su equipo. Antonio trabaja con Oscar Higares. Eduardo dice que se deja llevar por su impulso homosexual y escoge a Mónica, que él se entiende mucho mejor con las mujeres. Qué pena que Alicia no estuviera allí para desmentir tal falacia. Durante la prueba no tarda en asomarse el verdadero Eduardo, que se cree por encima de todo el mundo y empieza a comentar que «esta» (Mónica) no tiene ganas de trabajar. Poco después dice arrepentirse de haberla cogido. Yo soy Mónica y lo dejo plantado allí. «Le dio todo el trabajo a Mónica y encima ha sido maleducado» comentaba María Escoté en el momento de la deliberación. Pues como siempre ha hecho, si es que Eduardo debería haberse ido muchísimo antes. Caprile aseguraba que habían visto la peor versión de Eduardo, pero no estoy de acuerdo. No hay una peor versión, Navarrete siempre ha sido así, su mejor versión fueron los dos días que se mordió la lengua en el programa y trabajó. Pero como se suele decir: la cabra tira al monte. Eso sí, daba gusto ver trabajar a Luisa con Corbacho y a Antonio con Oscar. Al final, y como llevo esperando casi desde el primer programa, el segundo duelista era Antonio. Y claro, es normal que le creciera el ego y dijese «Alicia es una rival fuerte, pero yo me la comeré con papas».

Antonio y Alicia, el duelo final de Maestros de la Costura

En el duelo final aparecieron las familias de Alicia y Antonio. Incluso el novio de Alicia, con lo tímido que es frente a las cámaras, no dudó en apoyarla y besarla. Sí, besarla, porque lo de Antonio y su mujer va más allá del frío polar. Son los únicos que no se besaron en todo el programa. ¿Si les pinchan sangrarían? Yo veo más pasión con Eduardo que con su propia mujer. También volvieron los exaprendices. Jaime con un chaleco bordado por el mismo, Mahi con una falda preciosa también hecha por ella misma y mis adorados gemelos más de lo mismo. ¿Por qué no les han dejado hablar? Vale, Sergio habla mucho y los minutos son oro en televisión, pero se les echaba de menos. Y para ser una final digna aparecieron dos Eugenias. La madrina del programa, Eugenia Silva y de la Torriente, directora de Vogue España. Por si no había presión suficiente, recordaban que el primer premio consistía en el maniquí de oro, cincuenta mil euros, exponer en El Corte Inglés y un Máster de diseño de moda en el IED de Madrid. La prueba consistía en crear un traje de noche, de alfombra roja, y de creación libre en ciento cincuenta minutos. Mientras trabajaban en sus creaciones metieron un vídeo con las tomas falsas y a mí ver a Caprile imitando a «las muñecas de Famosa…» me quitó la tensión de la final, pero solo un poco. Uno de los familiares de Antonio le decía por lo bajini a la esposa del finalista: «¿Has pensado dónde poner el maniquí de oro?» y la mujer sonreía con una superioridad que no pude evitar pensar en la famosa frase de Caprile: uno es dueño de sus silencios y prisionero de sus palabras. Puede que no sea cristiana como Sergio y Vicente, pero creo en el karma y este convirtió a Alicia en la ganadora. Una victoria totalmente merecida y sufrida, ha ganado el trabajo duro, la elegancia y la pasión costurera que le corre por las venas. Además, Alicia ha callado muchas bocas y, sin duda, se ha convertido en un ejemplo a imitar. Nada ni nadie de los que ponían en duda sus dotes le han hecho sentirse menos que nadie y al final ha pasado lo que tenía que pasar, su elegancia y su luz les ha cegado a todos. De Antonio y su falsa modestia final mejor ni hablar. Quédate con todo lo bonito, Antonio, será lo mejor. ¡Viva Alicia y la madre que la parió!

Mariví González

Feminista. Hada madrina en prácticas. Opino sobre muchas cosas, para bien o para mal. Periodista freelance. Intento de influencer cultural.

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