Hay personajes que cuesta soltarlos, que nos acompañan y se abren en canal para estar junto a nosotros y que, cuando terminas de leer la última página y cierras el libro, te dejan un vacío y los tienes que dejar marchar. Eso fue lo que me pasó anoche al terminar “Ante todo, mucho karma”, el nuevo libro de Laura Norton, que es la continuación del exitoso, tanto el librería como en cine, “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas”.
Laura Norton llegó a mis manos en 2015 con la publicación de su primera novela. Como a muchos, me atrapó el llamativo título que también conservaron para la película y su llamativa portada con dos flamencos, estando tan de moda en ese momento. Supongo que lo que me pasó a mí no fue único, ya que gracias a eso, el boca a boca, y por supuesto el talento de Norton, la escritora se estrenó en el mundo de la literatura con treinta y dos ediciones del libro con el que debutó. Sí, habéis leído bien, treinta y dos ediciones. Sorprendió con su segunda novela y demostró que su éxito no era cosa de un solo libro, “Gente que viene y bah” va por el mismo camino y hasta se sabe ya que también tendrá su propia adaptación cinematográfica.
Me pongo en contacto con Laura para hacerla varias preguntas sobre su nueva publicación y me atiende rápida, simpática y con ganas. Me asegura que esta segunda parte «no es una necesidad comercial en el sentido de que nadie desde la editorial me la pidió. Fue idea mía» y que «poco a poco la historia de «Ante todo, mucho karma» fue surgiendo, había cosas que aún quería contar sobre los protagonistas y me dije: ¿por qué no? Se lo conté a la editorial y se mostraron encantados”. Desconozco si alguien lo ha dicho antes, pero a mí la escritura y las historias de ella me hacen acordarme y de muy buena gana de Marian Keyes, la que para mí es la reina del entretenimiento literario. Lo que sí que sé que se ha llegado a comparar es el parecido entre su protagonista, Sara, y la conocida Bridget Jones. Norton tiene claro el por qué y es que ambas son «treintañeras urbanas y con problemas laborales y sentimentales. En eso se parecen. Las dos son protagonistas de comedia también. Creo que ahí se acaban los parecidos. A mí me gusta más mi Sara, que para algo la he parido yo». En eso estoy de acuerdo con ella, yo también prefiero a Sara.
Tanto en la primera parte como en esta vemos que la historia está claramente condicionada por las catástrofes en cierta medida que su protagonista pasa tras intentar hacer las cosas bien. Son muchas las veces que podríamos identificarnos con Sara y sus desdichas, esas que tanto nos hacen reír. Le pregunto a Laura si nos consuelan a veces las desgracias ajenas, a lo que ella me contesta que «sin duda. Y aquí además se cuentan con humor y reírse de las catástrofes ajenas siempre da gustito. Aunque lo mejor y más saludable es reírse de las propias, claro. No siempre se consigue».
“No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas” se estrenó en cines hace poquitos meses, dirigida por María Ripoll e interpretada por Verónica Echegui, Álex García y David Verdaguer, entre otros. Imagino que a Laura le debió condicionar el escribir esta segunda parte poniendo ya cara a sus propios personajes, y ella misma me afirma que «sí, mentiría si dijera que no. Creo que me ha salido un poco híbrido entre la novela y la peli, pero me temo que era inevitable. Eso sí, creo que gracias a eso, he escrito una mejor novela». Qué impresión debe darle a un escritor verle la cara a un personaje suyo de una forma que no se imagina, pero en el caso de Verónica Echegui, «ha sido un acierto y reconozco que al principio no la acababa de ver. Con el resto del casting estoy encantada también».
El éxito de Laura Norton como escritora ha sido rotundo e incuestionable. Todos sabemos que no es fácil debutar con el éxito que ella lo hizo y podríamos contar con los dedos de una manos los casos que ha habido en nuestro país. No quiero perder la oportunidad de hablar con ella sobre ese éxito y si conlleva alguna preocupación, a lo que ella, de manera muy obvia e inteligente, me contesta que «da vértigo todo, pero ya te digo yo que es mejor empezarla con éxito que sin él. Porque sin él es probable que la cosa se hubiera quedado en una novela. Y ya». Antes de estrenar su último trabajo, la escritora madrileña lleva dos de dos. Sus dos primeras novelas, una ya está en cines y la otra va en camino y es que «a lo bueno se acostumbra o se malacostumbra una enseguida, sí. Ojalá me sigan adaptando en el futuro. Ojalá».
Soy el primero que antes de leer “Ante todo, mucho karma” tenía la sensación de que su publicación iba a ser puramente comercial, pero me he equivocado. Esta segunda parte no es como las segundas partes en las que el consumidor se decepciona y piensa que quizás hubiera sido mejor ahorrársela. Laura Norton ha hecho un gran trabajo con su nueva novela. Me he reencontrado con unos personajes más que generosos, una Sara que parece aprender de los errores a pesar de su caótica manera de actuar y unos temas tan al alcance de todos como son la maternidad, el poliamor y el temor a envejecer.
Esta claro que también consumimos literatura para entretenernos, para olvidar nuestros problemas y por un rato sumergirnos en la vida de alguien a quienes, sin pretenderlo, acabamos cogiéndoles cariño. Si lo que buscas es una buena lectura que te haga reír, te emocione y hasta te haga aprender de cada uno de sus personajes lo tienes muy fácil, Laura Norton es la mejor para ello.
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