La época de los remakes nos trae muchas actualizaciones de obras antiguas en las que se pierde la esencia del original. Se ha visto con Ben Hur, con Godzilla y con muchas otras. En este caso, es Antoine Fuqua quien se propone revitalizar un western clásico que bebe de una de las películas mejor consideradas de todos los tiempos, Los siete samuráis de Kurosawa.
Además, la nueva Los Siete Magníficos, a su vez, no deja de ser una versión modernizada del clásico que ya dirigió en 1960 John Sturges, inspirada a su vez en la obra de Kurosawa, pero con una visión actualizada.
Podríamos decir que estamos ante el remake de un remake, aunque no sea del todo correcto. A pesar de eso, la cinta no deja de ser un western entretenido.
La narración de la película nos traslada al oeste americano donde un grupo compuesto por Sam Chisolm (Denzel Washington), Josh Faraday (Chris Pratt), Goodnight Robicheaux (Ethan Hawke), Jack Home (Vincent D’Onofrio), Billy Rocks (Byung-Hun Lee), Vasquez (Manuel García Rulfo) y Red Harvest (Martin Sensmeier) se une para liberar al pueblo de Rose Creek de la tiranía de Bogue (Peter Sarsgaard), un desalmado bandido.
Si algo hay que destacar de la película es el elenco de actores que la componen. Pratt logra quitarle protagonismo a Denzel Washington, quien es el supuesto líder del grupo. Hawke, por su parte, logra una buena interpretación notable pero no de las mejores en su larga carrera, mientras que D’Onofrio sabe trasladar ese aura maldita de su personaje en el grupo.
Completan el elenco los «estereotipados»: el mexicano, Manuel García Rulfo, el indio Martin Sensmeier y el asiático Byung-Hun Lee, que si bien no tienen un gran peso en la película complementan al grupo y sirven de apoyo a los otros protagonistas.
En definitiva, puede que sea un remake poco necesario de la película original, pero no por ello es malo. Es cierto que no aporta nada nuevo. Sin embargo es una buena opción para disfrutar de una película llevadera pero que se quedará en solo eso.
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