Una vez más, la grandeza de Malú sobre un escenario quedó más que evidente. Por cuarta vez este año, como también lo hizo en el Tour Sí. Y lo más increíble de todo es que cada concierto me parece mejor que el anterior. No es porque yo la admire a ella como artista, que también, pero cada vez que voy me encuentro a alguien que va a verla por primera vez y salen del concierto diciendo lo mismo: «tiene un directo brutal».
El pasado sábado 17 de diciembre, Madrid volvía a ponerse en pie ante Malú, quien termina el Tour Caos el próximo 23 en Barcelona. El WiZink Center (antes Palacio de Deportes) volvió a abrirle las puertas a la que es ya la artista más aclamada del país. Ella, emocionada, correspondía ese cariño recibido con sorpresas y un «gracias» en mayúsculas, sin saber cómo expresar todo lo que le hizo sentir el público.
Y es que la artista madrileña, a sus 34 años, se ha reafirmado de nuevo como la única cantante femenina nacional e internacional en llenar el recinto de Madrid cuatro noches en un mismo año. Ocho conciertos en dos años que suman 120.000 personas. Unas ventas de más de dos millones de copias, veintidós discos de platino. Sólo me sale decir un ¡WOW!
Pensaba volver a describir el concierto canción por canción, pero el repertorio sigue siendo el que es en este Tour Caos. Lo que ocurre es que el espectáculo nunca es igual que el anterior. Porque Malú nos sorprende, nos engancha, nos conquista y nos deja con ganas de más.
Esta vez el concierto fue precedido por el cantante Fredi Leis, y la escenografía incluía nueve pantallas, con una combinación de luces y sonido que te envolvían dentro del show de principio a fin. Y así, Malú salió acompañada por su banda de siete músicos, bajo la dirección de Rubén García (y entre los que se incluye a su hermano José de Lucía), comenzando el espectáculo con Cenizas. Siguió con el repertorio (De vez en cuando, Deshazte de mí, Te conozco desde siempre y Nos sobró la ropa), un mágico medley que incluyó temas como Enamorada o su conocido Si estoy loca, y nos dejamos la voz con El apagón.
Tras este momento llegó la primera sorpresa de la noche, María Lacaria (ex concursante de La Voz 4) cumplía un sueño junto a su coach cantando Me fui. La noche estuvo repleta de emociones y los acústicos (Ni un segundo, Desaparecer) me sonaron mejor que nunca.
Varios cambios de vestuario, el público en pie bailando, voces que sonaban al unísono, mucha emoción y sonrisas entre la gente. Todo eso es lo que recuerdo cuando mi mente regresa a esa noche en la que también compartió escenario con Niña Pastori cantando Ángel Caído. «No volverá a nacer una niña así», dijo la artista. Y puede que lleve razón.
No faltaron Devuélveme la vida, Encadenada a ti, Ahora tú, y Quiero. Pero sin duda, la mayor ovación del público fue cuando Pablo Alborán salió a escena entonando Vuelvo a verte. Momento más que esperado por todos y que se convirtió en un dúo mágico entre la madrileña y el malagueño.
Llegaron los bises y con ellos el impresionante chorro de voz en Aprendiz y el momento cómplice con el público en Blanco y Negro mientras caían globos de ambos colores. Nos regalamos amor, nos regalamos vida. Y Malú emocionada ya no sabía cómo agradecerlo: «todavía esta palabra no está inventada, cuando algún día la RAE la inventé diréis: a eso se refería Malú. Gracias por hacer posible una vez más que vengamos aquí cuatro veces». Y es que cuando hay tanta entrega es difícil describir lo que se siente. Invitó a todo su equipo a salir al escenario, porque ellos también han formado parte de todo este caos de emociones y sueños cumplidos.
Acabamos el concierto Como una flor, y una vez más con una sonrisa en la cara de todos. Gracias a ti, Malú.
Fotografías: Rocío Muñoz
Agradecimientos: RLM
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