Ganador.
Måns Zelmerlöw dio ayer su primer concierto en España desde que se ha convertido en el último ganador del festival de Eurovisión. Si hace unos días tuve la oportunidad de ver la cantidad de gente que asistió al concierto de Fifth Harmony, esta vez al llegar no vi el mismo resultado.
Al entrar a La Riviera vi poca gente comparado con otros conciertos, pero detrás de mí se fue llenando un poco más. No fue un concierto multitudinario, pero la gente que asistió tenía ganas de bailar y lo fue demostrando a lo largo de la noche.
Cinco minutos después de la hora citada para el comienzo, la música frenó y las luces se activaron en unas tonalidades moradas. La banda salió y comenzó a sonar Someday mientras Måns apareció por un lateral del escenario con una gabardina oscura y ganas de dar lo mejor de sí aunque, quizá, no hubiese tenido el resultado que esperaba con las entradas.
Tras saludar a la gente que había asistido anoche al concierto, terminó Brother oh brother imitando un robot que es desconectado y queda inerte y sin vida. El público bailó el tema del primer disco del vocalista allá por 2007 como si de una fiesta se tratase.
El final de Stir it up nos trasladó a unos meses atrás cuando tuvimos tantos sentimientos encontrados en Eurovisión. Él nos contó su punto de vista, de lo feliz que fue en ese momento de la victoria y preguntó entre risas si alguno de los presentes le había votado. «España es mi segunda casa, muchas gracias por apoyarme» dijo con una sonrisa.
Alguien le acercó una guitarra y acarició las cuerdas para empezar a cantar Live while were alive en una versión acústica que resultó ser un gran acierto. Tuvo acompañamiento puesto que Alexander, que toca el bajo en la banda, cantó parte de la canción aparte de hacer los coros. Llegó un momento en el que toda la sala movió los brazos de izquierda a derecha, creando una ola visual muy bonita.
Uno de los temas más coreados por el público fue su nuevo single Should’ve gone home, que fue el antepenúltimo antes de su marcha. Efectivamente, después de cantar en la tarima del fondo Unbreakable, Zelmerlöw se fue del escenario por poco tiempo, pues solo cambió su camiseta y sustituyó la gabardina por una chaqueta negra de cuero.
Eso solo podía significar que los momentos más movidos del concierto estaban por llegar. La primera canción tras el mini-break fue el primer single de su disco MZW en 2009, Hope and glory. Un tema que hizo bailar de nuevo a la gente y despertar en ellos las ganas de más temas con ritmo para derrochar energía. El mismo público que bailaba fue puesto a prueba mientras cogía la guitarra. «A ver quien se sabe este tema, que fue single de mi primer disco». La gente reaccionó con desconcierto, supongo que porque la mayoría de ellos seguirían al cantante a raíz de su éxito eurovisivo. Pero siempre hay alguien que rompe la media: un grupo de fans se marcaron una colaboración a distancia con Måns, y no solo en este tema.
No solo se limitó a cantar temas propios, sino que con Every teardrop is a waterfall inició una lista de covers que se sumaron al repertorio. El cover de Coldplay fue muy bien recibido por todos. Tras Children of the sun, tema de su tercer disco, Måns contó su experiencia con su fundación ZB Foundation (Zelmerlöw & Björkman Foundation) desde la que ayudan a niños y gente joven necesitada.
«Ellos creen mucho en el futuro y tienen mucha alegría. Son mis héroes». Así dio paso a The core of you, canción que le dedicó a todas aquellas personas que desafortunadamente están en situaciones necesitadas y por las que él lucha a diario. «Con muy poco podemos ayudar mucho» nos transmitió en el puente de la misma. Sin duda alguna la gente ya no bailaba, solo permanecía atenta a lo que en el escenario sucedía.
Después de cantar Hearts collide con un mini teclado y un medley con canciones conocidas entre las que sonaron Shut up and dance de Walk the moon y Humans de The killers, llegó el momentazo de la noche.
Si bien es cierto que estuve todo el concierto pensando en alto que podría haber intentado invitar a Edurne a hacer una colaboración anoche como símbolo de Eurovisión y ya que la mayoría de los presentes seguimos el festival, parece que mis plegarias fueron oídas a la mitad.
«A ver si sabéis qué canción es esta. Voy a intentar cantar en español la canción entera, así que espero que me ayudéis». Solo podía significar una cosa y no podía dar crédito: Måns Zelmerlöw cantó Amanecer de Edurne, marcándose una versión lenta al principio y transformándola poco a poco en algo mucho más movido. Ni que decir que fue vitoreada, coreada de inicio a fin, bailada y aplaudida por todos, que tuvimos el vello de punta en todo momento. Un gran gesto por su parte, la verdad.
¡Podéis ver un trocito de la actuación desde aquí!
Sorpresa de la noche!! @manszelmerlow está cantando Amanecer!! @Edurnity pic.twitter.com/97KyzLQw3Q
— YourWay Magazine (@YourWayMagazine) noviembre 3, 2015
Y si creíamos que el momento eurovisivo había terminado, íbamos listos. La siguiente canción fue Cara mia, con la que intentó representar a su país en el festival en 2007. No fue escogida, pero sin duda se convirtió en un éxito en aquella época que aun recordamos hoy en día.
Tras presentar la banda se fue. Sí, el mítico «otra otra otra» que todos estamos ya cansados de presenciar. Pero se lleva bien, todos sabíamos que volvería: no podía marcharse sin cantar Heroes.
Y así fue, la banda salió de nuevo y Måns se unió a la fiesta cantando el éxito que le llevó a la victoria hace unos meses. La canción fue coreada por todos y bailada, y el cantante no hacía más que sonreir cuando dejaba el micrófono hacia el público y éste reaccionaba cantando cada nota. Tras Heroes, preguntó si queríamos otro tema más y, ante la esperada respuesta afirmativa, se sentó en el borde del escenario y cantó Broken parts, de su disco Barcelona Sessions.
Así acabó la noche internacional y eurovisiva de ayer de la mano de Måns Zelmerlöw en La Riviera de Madrid. Quizá no haya sido el concierto más poblado de la historia, pero los que estábamos presentes vivimos una conexión por un festival que se vio reflejado en él en este caso. A nivel vocal Måns estuvo impecable, al igual que de energía y carisma. Y sin olvidar el detallazo de Amanecer. Fue un placer poder disfrutar de él en un escenario, no os voy a mentir. Si podéis acercaros hoy a Barcelona a verle en la sala Razzmatazz, no os arrepentiréis.
Yo volveré en breve, mientras tanto ya sabéis qué hacer… ¡Sonreíd!
¡Hasta pronto! ^^
Fotografías: Rocío Muñoz
Agradecimientos: Live Nation
Diseñador Gráfico, Seriéfilo y Gamer en Youtube. No concibo una vida sin música, por ello canto y compongo.
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