Multitud.
Lo confieso: no me esperaba tanta gente anoche en la sala Shoko para la parada madrileña de la Gira Planeta Azul de Ruth Lorenzo. Cuando llegué allí la fila de gente daba la vuelta a la manzana de la calle Toledo, llenando la sala casi al completo. Mientras que los invitados se iban situando en un reservado en la parte superior del local, el lugar se fue colapsando hasta no poder ver el final de la multitud.
A las 20h, entre aplausos, saltó al escenario la banda, vestida al completo de blanco. Un piano dio el inicio del concierto presentando Noche en blanco ante la tenue luz azulada que teñía las paredes, también blancas. Ruth Lorenzo, a conjunto con el entorno, salió al escenario para disfrutar de toda la gente que le acompañaba. No nos dio tiempo ni a reaccionar, puesto que ya en la primera canción derrochó voz como si de la última se tratase. Los gritos y vitoreos de los fans se hicieron presentes con cada momento en el que Ruth sacaba voz y dejaba boquiabiertos a todos. Después de Planeta azul se dirigió por primera vez al público asegurando que era un gustazo estar ahí presente.
«Hay un sitio maravilloso en Murcia, con parajes naturales, llamado San Pedro del Pinatar, en el que hay flamencos en libertad». Contó que la siguiente canción, Flamingos, se la dedicaba a la chica protagonista de una leyenda del lugar, que se enamoró del chico equivocado. Después de cantarla presentó el tema Eva. Nos contó que la letra de la canción no es otra que la historia de la vida de su madre, que a pesar de haber sido bastante dura, nunca había perdido la sonrisa y la esperanza en el amor.
Tras Vulnerable llegó el momento eurovisivo que muchos estaban esperando. Aunque yo pensé que el temazo se iba a hacer esperar, Dancing in the rain sonó de fondo ante los coros de todo el público. A muchos les pasaría —ya que había muchos eurofans— pero se me puso el vello de punta reviviendo aquellos momentos de Ruth Lorenzo sobre el escenario de Eurovisión con su pelo empapado. Qué grande.
Hallelujah fue el primer cover con el que deleitó a los presentes. Se la dedicó a su mejor amigo, Daniel Valls, porque, cuando dejó su discográfica EMI para hacer sus propias canciones, fue la única persona a la que le pareció bien y le apoyó siempre. Sin duda alguna este cover fue para mí el momento más impactante de la noche, con matices preciosos y sacando esa voz roquera y desgarrada que tanto nos apasiona a los que conocemos a Ruth desde The X Factor.
El siguiente se lo dedicó a una de las invitadas de la noche, que estaba en el reservado: Ana Morgade. De esta forma interpretó The edge of glory, canción de Lady Gaga que ya pudimos disfrutar en el estreno de esta última temporada de Tu cara me suena, donde la murciana participa. Tras este tema, llamó al escenario al que ella define como uno de los pocos amigos que posee en este mundo. Su «pequeño Xuso Jones» subió al escenario para cantar un trocito de Say Something e Inevitable, creando un ambiente muy bonito.
El siguiente de los invitados fue Raúl Gómez, con el que se marcó una de las últimas canciones que ha visto la luz: Diamond Doors. Aunque Raúl no cantó, acompañó a la cantante tocando el violín de una manera ejemplar. Al finalizar, Ruth se marchó dejando a Raúl en el escenario con un solo de violín que dejó al público encantado y deseando que la vocalista volviese.
De negro, Ruth salió de nuevo al escenario para interpretar Patito feo. Es increíble el rollo tan distinto que le fue dando a cada canción a lo largo del concierto, con matices y giros que no estaban presentes en las versiones de estudio.
Para presentar al último invitado, contó la anécdota que en un principio no hizo que estos dos artistas se llevasen lo bien que se llevan ahora. Y es que, según cuenta la murciana, se enteró camino de Copenhague de que Daniel Diges iba a sacar el tema que ella quería como single, pero finalmente él cedió la canción para que ella pudiera sacarla antes que él. Ambos cantaron Te veo en un combate vocal en el que ninguno acababa de ceder su puesto, demostrando lo artistas que son.
Tras Gigantes llegó la falsa despedida para el típico coreo del público y el comienzo del Bis. De nuevo la artista salió al escenario, esta vez sola y acompañada únicamente de una guitarra, para cantar en acústico ‘99 diciendo antes: «es un cliché en la vida escribir una canción de desamor hace un par de años y que cuando vas a publicarla vayas y te enamores». El público aplaudió las palabras y cantó con ella sin querer que terminase el concierto, aunque sabían que ese momento estaba llegando.
Acompañada de Toni Mateos a la batería se marcó unos cuantos bailes mientras cantaba Royals, la popular canción de Lorde. Es impresionante ver cómo Ruth se puede mover de esa forma sin perder una sola nota en la canción, digno de admirar. Se despidió de nuevo con Renuncio y, al terminar, la gente pidió a gritos que cantase Echo. Como era de esperar, la canción con la que los fans le han insistido a Ruth Lorenzo que se presentase de nuevo a Eurovisión 2016 cerró el tracklist del show.
Personalmente, sigo a Ruth Lorenzo desde que estuvo en el popular programa de UK. Me ganó con su voz y simpatía y estuve muy enganchado a cada interpretación que hizo. Este concierto fue especial por dos cosas: para mí, ya que era la primera vez que disfrutaba de su directo y tenía muchas ganas; y para ella, porque después de mucho tiempo luchando por el reconocimiento en este país, el lleno de ayer en la sala Shoko tuvo que ser emocionante.
Me encantó, a la par que me sorprendió, cómo de un disco en el que creo que podría haber explotado más su voz hizo un concierto increíble, lleno de momentos que erizan la piel y te dejan ojiplático. Y sí, tengo una espinita después del concierto, y es que entre tanto cover no estuvo Always, la última canción que cantó en The X Factor. Por lo demás, un diez para ella a nivel vocal, de interpretación y de baile. Fue una bestia parda.
Fotografías: Rocío Muñoz
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