Hace dos años que el éxito absorbió la vida de Dani Rovira. El 14 de marzo de 2014 llegaba a nuestras pantallas Ocho apellidos vascos, la película que hizo al joven malagueño saltar a la fama. Anteriormente, era conocido por sus apariciones en El club de la comedia y los pequeños monólogos en televisión. Sin duda alguna, el alcance que tuvo la película dirigida por Emilio Martínez-Lázaro fue la puerta del éxito de Rovira. Por si fuera poco, en noviembre del pasado año llegaba la segunda parte de esta comedia que fue uno de los mejores estrenos del cine español. Con Ocho apellidos catalanes continuaba el reconocimiento del reparto por su trabajo.
Por si no era suficiente la repercusión que tuvo su personaje de Rafa en ambas entregas, el andaluz más conocido de Euskadi comenzaba en 2014, y a raíz del rodaje de la película, una relación con su compañera Clara Lago, pero parece que este romance además de cosas positivas, le ha traído alguna que otra disputa con los medios de comunicación.
La primera aparición de ambos en el programa dirigido por Pablo Motos para promocionar Ocho apellidos catalanes dejó algunas declaraciones que no agradaron del todo a la audiencia. Lago afirmaba lo caótico que resultaba salir juntos a la calle mientras que Rovira hacía hincapié en la costumbre en el público de «cuantas más fotos mejor».
¿Falta de comprensión por parte del cómico? Quizá esa gente que pide dos fotos es la misma que se ha dejado 8€ en verte en la gran pantalla y hacer de tu película una de las más taquilleras.
Ante la trascendencia que tuvieron sus palabras e intentando lavar su imagen, la actriz pedía disculpas mediante redes sociales por las contestaciones de ambos en el programa de Motos a raíz de las preguntas sobre cómo llevaba la pareja el ser reconocida allá donde fuera. Su chico mencionaba lo publicado por la joven y afirmaba «morir de amor» ante la actitud tan respetuosa de su novia. Dicen que más vale tarde que nunca y esta disculpa calmó, aunque solo fuera un poco, los ánimos.
Pero la historia amor/odio de Rovira con los medios de comunicación no era nueva, ya que el actor hacía tiempo que arremetía en redes contra los fotógrafos (entre otros) a través de mensajes en su cuenta de Twitter:
«Señores» paparazzis, no me agradáis, no comparto vuestra profesión, no queráis gustarme, no os justifiquéis ante mí, no soy vuestro amigo.
— Dani Rovira (@DANIROVIRA) abril 21, 2015
Dicen que no hay dos sin tres, así que con el paso del tiempo aquel sevillano que enamoró a todos los espectadores cambiaba el rol una vez más. En esta ocasión, tras la presentación de una marca de helados junto a más rostros conocidos, se negó a responder a los medios. El actor, tras no contestar a ninguna cuestión realizada por estos, recalcaba en tono irónico «muchas gracias a todos por vuestras preguntas», cosa que no agradó a los presentes. Debido a las críticas recibidas, su equipo de management señaló que el actor había cumplido lo que se acordaba en el contrato estipulado. A pesar de aclarar la situación, me surge una duda, esos medios a los que no has querido atender ¿no son los mismos a los que luego llamas para promocionar todos tus trabajos? Parece que la cosa no cuadra.
Si 2015 ya había tenido repercusión en la imagen del actor, 2016 no iba a ser menos. Por segundo año consecutivo el malagueño era el encargado de presentar la gala de los Goya en su 30ª edición. Parecía una nueva aventura en la que adentrarse, pero no resultó del todo positiva. Tras la «plana» gala que terminó siendo esta última edición de los Goya, el actor fue criticado entre otros motivos por una frase que parecía cómica en un inicio y a la vez reivindicativa: «Si a mí me dicen que le van a subir el IVA a los yates, no pasa nada, porque no tengo yate. Pues lo mismo le pasa a Montoro con la cultura». Estas palabras no causaron tanta gracia en el mundo náutico y propiciaron una nueva nube de críticas para el malagueño aunque, personalmente, no me parece de las «perlas» más gordas que lanzó Rovira en la gala y, para qué mentir, nunca viene de más un guiño a la falta de compromiso con la cultura. Como era de esperar, y teniendo en cuenta que Dani Rovira tampoco atendió a los medios en la alfombra previa a la gala, la indignación aumentó por momentos hasta tal punto que el cómico se sinceraba en Twitter sobre su actuación en la ceremonia:
Tras todas las críticas, desprecios, insultos, acusaciones y decepciones, he de decir que no me ha merecido la pena presentar @PremiosGoya — Dani Rovira (@DANIROVIRA) febrero 9, 2016
Queda visible que la fama resulta un arma de doble filo. Enorgullece como persona, da un alto caché público y, sobre todo, agranda los bolsillos, pero a su vez enfrenta a que se critique cada gesto que hagas, cada palabra que digas y cada opinión que expreses. Parece que esa falta de libertad personal es lo que ha provocado ese cambio tan poco esperado en Dani Rovira. No sabemos qué habrá pasado exactamente para que se produzca este cambio de actitud, pero lo que sí que queda claro es que el villano se ha apoderado del héroe que saltaba a la fama en 2014 y que, cada vez más, este evita a los medios de comunicación en los actos, aunque sonríe ante sus cámaras en promociones. Respecto a su relación con sus seguidores, y a pesar de sus comentarios desafortunados en El Hormiguero, no machacaremos a Rovira ya que por lo observado hasta ahora el actor siempre suele poner una sonrisa, aunque quizá no la sienta del todo, cuando algún fan le pide una instantánea.
Lo que parece claro es que a Dani le ha pasado factura su actitud. Quizá, y a mi humilde parecer, se ha multiplicado la fijación por ver lo negativo de sus actos, más presente en la actualidad, y la balanza se ha declinado hacia la mala imagen del actor frente a sus buenos gestos. Como fan que me declaro del cómico, abiertamente y sin tapujos, pienso que le ha superado el no disponer de la más mínima intimidad, y por ello se ha transformado en esa persona más fría y menos cercana, pero señoras y señores, bienvenidos al mundo de la fama.
1 Comentario
Muy bien el articulo.
Es una pena que la fama nuble la mente de Dani.