“Barcelona, noche de invierno” es una de las apuesta cinematográficas de la temporada de Navidad; viene bajo el brazo de su director Dani de la Orden y a la vez respaldada por una cantidad asombrosa de actores de renombre.
Miki Esparbé es uno de ellos, y durante la presentación de la película en Barcelona tuvimos el placer de charlar con él durante un rato donde nos cuenta cómo es su papel dentro de esta película, el momento por el que está pasando la industria del cine, el inminente estreno de “Incidencias” y cómo fue su debut literario con el libro “Soy tu príncipe azul pero eres daltónica”.
TITULARES
«Dani de la Orden es un chaval con un talentazo impresionante y que no va a parar de trabajar»
«No pretendíamos hacer la comedia romántica del año ni mucho menos, fuimos los primeros sorprendidos del fenómeno que tuvo»
«No es lo mismo actuar en un teatro que en televisión o en el cine»
«Ojalá en el futuro tenga cosas que contar y que sean interesantes para el público»
P. Miki, cuéntame ¿cómo es el papel que interpretas en “Barcelona noche de invierno”?
Tanto yo como Bárbara Santa Cruz tuvimos la oportunidad de participar en la precuela y nuestra historia es la única de las seis que continúa igual. Hay otros personajes que continúan como satélites de otras historias en esta segunda, pero afortunadamente la nuestra es el seguimiento de la primera.
En la primera era una pareja de treinta años que de pronto se ve con el momento vital de decidir si tener o no una criatura, sabiendo que eso significa un paso a la madurez. En esta segunda es un año y pico después con esa criatura ya en brazos. Ha sido bonito rodarlo porque también ha pasado un año natural entre la primera y la segunda. Nos ha pillado más maduros, tanto a Dani de la Orden, como a Bárbara, como a mí. La historia no deja de recoger lo que ya pasaba, de alguna manera, en la primera, pero poniendo de manifiesto las pequeñas fisuras que ya estaban presentándose en la primera entrega. Cuando una pareja tiene un hijo lo que acostumbra pasar a veces es que se callan muchas cosas por el hecho de seguir hacia adelante. En esta segunda parte es en la Noche de Reyes cuando todo eso revienta y es lo que la película recoge. No te voy a desvelar cómo acaba, pero por ahí va.
P. ¿Qué tiene “Barcelona noche de invierno” para que tú decidas formar parte de la película?
La primera fue muy mágica y fue un proyecto que a mí me dio tanto, a nivel personal como a nivel profesional, que cuando me dijeron que había una secuela ni me lo pensé, yo feliz, entre otras cosas porque por muchos aspectos conocía a muchísima gente. Dani de la Orden cuando le conocí tenía veinticuatro años, es un chaval con un talentazo impresionante y que no va a parar de trabajar, estoy convencido. Cuando sabes que es un proyecto tan personal, que te da tanta libertad —ya que son seis historias independientes y tú ruedas como si fuera un cortometraje—, y no te compromete a seis semanas de rodaje —que en el caso de ser así lo haría de cabeza— a Dani le permite tener el reparto que quiere. Por otro lado, el factor extra de coincidir otra vez con Bárbara Santa Cruz es un lujo. Fue un descubrimiento enorme en el que no entendíamos dónde habíamos estado los dos antes y por qué no habíamos trabajado juntos ya.
P. Me comentabas que os había pillado ya más maduros el rodaje de esta segunda parte, ¿cómo ha sido trabajar con Dani de la Orden en esta etapa?
Dani siempre decía en la primera que él el tema de rodar y dónde colocar la cámara era algo en lo que ya tenía cierta práctica, pero que necesitaba hacer un máster en la dirección de actores. Olé él que se mete en una película con veinte actores.
Esta segunda entrega no deja de ser una segunda parte de ese fenómeno. Dani está mucho más maduro y es como si ya hubiese hecho el máster tres veces, es alucinante. Es un chaval de veintiséis años dando instrucciones para historias ya no solo de treinta, sino de edades mucho más avanzadas como la de Montserrat Carulla y Asunción Balaguer, que es algo que le faltaba a la anterior película. Me gusta porque creo que sigue manteniendo la misma línea que la primera: una película cero pretenciosa que lo único que buscaba era entretener y que la gente empatizara con las historias. No pretendíamos hacer la comedia romántica del año ni mucho menos, fuimos los primeros sorprendidos del fenómeno que tuvo la primera película en Cataluña.
P. Y, ¿tienen cada vez más peso las películas que, como esta, están financiadas de una manera mucho más independiente?
No creo que sea una cuestión de placer si no de necesidad. Por lo que he podido ver hay muchísimos proyectos en los que he tenido el placer de participar y son todo gracias a la entrega y entusiasmo de los directores, que se lían la manta en la cabeza y deciden hipotecarse el piso o vender su coche para hacer su proyecto. Eso no es bueno porque en realidad son gente con muchísimo talento y muchísimas ganas de contar historias, pero por otro lado es la realidad que nos afecta, un proyecto de bajo presupuesto. El cine más independiente tiene sus cosas malas y sus cosas buenas. Una de las buenas es que no tienes a nadie por encima que te diga lo que tienes que hacer o dejar de hacer, o te pueda poner palos en las ruedas para que no hagas según qué cosas. Eso te permite hacer tu proyecto tal cual te lo habías imaginado.
P. Y para ser más concretos, ¿crees que está destacando cada vez más el cine catalán?
Sí veo que, de alguna manera, cada vez más porque cabe la posibilidad de que la gente con un motor más potente que el dinero, que es el entusiasmo, puedan rodar sus películas. Hay mucha gente joven que tienen muchas ganas de contar sus historias. Eso creo que antes era más utópico y se quedaba en algo más cerrado. Afortunadamente, ahora los medios son más accesibles y tú puedes hacer una película con muy bajo presupuesto si tienes lo que se tiene que tener, un buen guión y buenos actores. Creo que en este caso sí que es verdad que está creciendo o se está poniendo de manifiesto en España el hecho de que haya gente con tanto talento, pero que sale tanto de Cataluña, como de Cuenca o como de cualquier otro sitio.
P. Ahora a finales de diciembre estrenáis “Incidencias”, la película de José Corbacho y Juan Cruz, ¿qué va a poder ver la gente cuando vaya al cine a verla?
Lo que va a ver es una comedia costumbrista que además creo que es bastante necesaria. Es un grupo de gente que una noche de fin de año se encuentran en un AVE que se queda parado en plena meseta. Hay algo que me contaron Juan Cruz y José Corbacho que me hizo mucha gracia, y es que hay tres grados de desesperación cuando eso pasa: a la hora de estar encerrado en un tren, primero se acaba el alcohol, después se acaba la comida y luego se acaban los nervios y ya no hay vuelta atrás. En esta película ves como personajes tan distintos entre sí sacan lo peor de ellos mismos en una situación límite, y entre eso y el reparto que tiene llama mucho la atención, todo el mundo tiene que ir a verla.
P. A vosotros los actores, ¿os da la sensación de que cada vez va mejorando el tema de la industria del cine o realmente no ha cambiado nada?
Mejora por según qué cosas. La crisis creo que filtra mucho el sector en muchos aspectos, pero por otra parte también empieza a formalizar una especie de cánones de cosas que, una vez se han formalizado, parece que se tengan que quedar así y no, esos cánones se tenían que quedar así porque la situación era la que era, si esto remonta tendremos que remontar todo un poco. Sí es verdad que ahora, gracias al cine más indie, hay gente que tiene mucho talento y que está creciendo, como por ejemplo Carlos Vermut. Parece que nos hemos asentado, pero tenemos que aprender a saber que cuando esto remonta tenemos que hacerlo por y para todos.
P. El espectador está muy acostumbrado a verte en series de televisión. ¿Le da a uno más estabilidad las series o el cine?
Estabilidad en nuestra profesión no existe. Yo ahora vengo de rodar dos semanas un capitular en “El ministerio del tiempo”, que me parece una de las mejores producciones que se han hecho en España desde siempre, y si tienes la suerte de poder participar en proyectos así y que eso dure una temporada larga es un regalo, pero cuando das con un proyecto que te llena, te realiza y te hace descubrir que es maravilloso, entonces lo que quieres es paz y que dure.
La televisión normalmente da más estabilidad si pillas un proyecto a largo plazo, pero voy a recurrir a los tópicos de siempre: para mí lo ideal es poder llegar a combinar todo, eso es maravilloso porque cada medio, aunque no lo parezca, es muy distinto entre sí. No es lo mismo actuar en un teatro que en televisión o en el cine. Poder combinarlo para nosotros es muy bonito porque investigas, aprendes y es un entreno.
P. También hace tiempo publicaste tu debut literario “Soy tu príncipe azul pero eres daltónica”, ¿tienes pensado también seguir indagando en el mundo de la literatura?
Creo que ha sido algo puntual, aunque ojalá pueda publicar más. “Soy tu príncipe azul pero eres daltónica” en realidad fue un encargo de los que, si ves las dimensiones y lo complicado que es escribirlo y sacarlo adelante, no sé si ahora lo haría. Es mucho volumen de trabajo y de ahí viene que lo escriba con Paco Caballero, con el que llevo tanto tiempo mano a mano. Veía que era un encargo que yo solo no podía asumir ya que estaba haciendo teatro y haciendo cosas. Me encantó la experiencia y la disfruté mucho, ha sido maravilloso ver el feedback de la gente, es bonito eso de tener ganas de contar cosas y que la gente se fascine con lo que cuentas. Veo compañeros de profesión que publican novelas como Nuria Gago, que publicó su libro y me parece una proeza. Ojalá en el futuro tenga cosas que contar y que sean interesantes para el público.
Fotografías: Mario Temiño
Agradecimientos: Vas a Ver
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