Madrid. Mayo del 2013. Dos jóvenes con un alocado proyecto en mente y el hall de un teatro como escenario principal. Un campamento de monjas, dos adolescentes rebeldes fans de Juan Magán, una novicia insegura e inocente, una madre superiora «moderna» y un Dios que canta canciones de Whitney Houston. Con esta lluvia de ideas nacía La llamada, un musical que, sin esperarlo, se convertiría en un referente en la cartelera madrileña.
UNA CARRERA DE FONDO Y CON TACONES
Dicen que el camino del éxito no es tarea fácil y cuando hablamos del mundo artístico esta afirmación es más realista si cabe. Resulta cada día más complicado encontrar espacios que apuesten por historias poco comunes y que mantengan la fe en proyectos novedosos. Esto no es nuevo ni para directores ni para teatros y es que, aunque parezca mentira, La llamada también tuvo que pasar el examen del público antes de convertirse en la cabeza de cartel del Teatro Lara.
Hace ya nueve años que Ambrossi y Calvo lucharon por encontrar un teatro que acogiese su ópera prima y aunque al final lo lograron, el camino no fue nada fácil. La apuesta de la joven pareja no pasó por ninguna sala pequeña ni tuvo un espacio adaptado como lo conocemos hoy en día. Nada más y nada menos que fue en el vestíbulo del Lara donde comenzaron a representar su historia y donde se enfrentaron al examen más duro: la aceptación del público. Atrezzo casero, unas literas que recorrían las calles de Malasaña cada noche, tacones con purpurina, un grupo de amigos con ilusión y el «lo hacemos y ya vemos» por bandera. Noches de prueba y cinco meses de mucho trabajo fueron los que provocaron que en octubre del 2013 Whitney Houston se convirtiese en la banda sonora de la sala principal.
ÉXITO IMPARABLE
A pesar de que el camino no fue fácil, la obra de los Javis ha logrado convertirse en una de las más longevas de la cartelera madrileña. En Gran Vía tan solo El Rey León supera —y por tan solo un año— la larga vida de este musical que hoy en día sigue llenando el teatro en cada una de sus funciones. Versiones en diferentes países, una película que consiguió llevarse algún Goya a casa y muchos reconocimientos son los que han provocado que La llamada se haya convertido en uno de los musicales más exitosos de la capital.
Si hay algo que hace característico este éxito es el elenco con el que cuenta la obra y lo bien que funciona a pesar de no ser fijo. Como ya es sabido, la pareja de directores siempre aprovecha sus producciones para dar visibilidad a rostros menos conocidos pero en los que ellos creen fielmente. Aunque actualmente Lucía Gil, Marta Sango, Clara Alvarado, Nerea Rodríguez, Erika Bleda, Roko, Marta Valverde y Richard Collins-More son quienes dan vida a los personajes, es bastante común la incorporación de nuevos rostros año tras año.
Si hay algo que destacar sobre todos ellos es cómo cualquier actor o actriz que se suma al elenco consigue empastar cada pequeño detalle como si toda una vida llevase formando parte de él. Hacer sencilla cada escena y adaptarse a los tiempos supone todo un reto que La llamada supera con creces.
La llamada ha demostrado que la fecha de caducidad no existe cuando hay talento y que renovarse manteniendo la esencia es un triunfo asegurado siempre y cuando se haga bien. Hasta ahora, nueve son los años que celebran en cartel y más de 2 millones de espectadores los que soplan velas junto al equipo, pero estamos seguros de que serán muchos más. Por el momento, el campamento La Brújula cierra sus puertas el próximo 26 de junio poniendo punto final a su temporada . Habrá que esperar hasta septiembre para saber si volvemos a sentir la llamada.
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