Música, ritmo y zapatillas. Con estos tres ingredientes se abría el Festival Victoria celebrado el pasado sábado siete de noviembre en el Teatro Barceló de la capital madrileña. Cuatro grupos en el cartel ofrecían sus canciones a la celebración del cien aniversario de las zapatillas Victoria. Un siglo marcado, generación tras generación, por este calzado que han llevado tanto nuestros antepasados como nosotros mismos. Por ello, para festejarlo, la marca no dudó en realizar un evento cargado de color y diversión.
Algo antes de las ocho de la tarde, June’s Kaleidoscope inauguraba el escenario ante un público que se resistía en llegar. Cuerdas mezcladas con piano y voz en directo aterrizaban desde Valencia para ofrecer a los asistentes una melodía tranquila. Sonaba bien y el público disfrutaba de la música. ¿Qué más se puede pedir?
Los siguientes fueron Hynkel, un grupo masculino con tintes más rock que aumentaron los decibelios de la sala. Las guitarras españolas se fusionaban con las eléctricas, los asistentes pedía más; ellos tuvieron que finalizar.
Con Mamita Papaya la sala recibió el buen rollo, la alegría emitida en canciones alegres y cargadas de sentido del humor. Ukeleles, camisas hawaianas… estos artistas de parqué y sofá hicieron cálido el escenario con su versión blues de ‘I’m sexy and I know it’ y llenaron de aplausos el Festival Victoria.
A las 10 de la noche salió el cabeza de cartel, Pol 3.14, marcando la escena con sus grandes clásicos. El público llevaba varias horas deseando ese momento y se palpó en el ambiente. El teatro Barceló vibró con los madrileños, quienes dedicaron el concierto a Carlitos, “un amigo que desde que nació está luchando por su vida”. Así quiso resaltarlo Joaquín, el vocalista, “la felicidad está en las pequeñas cosas”, comentaba, al tiempo que advertía que no hablaría mucho entre canción y canción ya que los presentes lo que querían era escuchar sus canciones.
Y así fue. Bipolar, Lo que no ves, Jóvenes Eternamente… los asistentes coreaban las canciones más míticas del grupo envueltos en un clima de entusiasmo que iba in crescendo minuto tras minuto. La pista del Teatro Barceló disfrutaba con sus Victoria en una mano y su índice en alto de la restante. La vitalidad del grupo era palpable, el escenario se quedaba pequeño ante los movimientos de sus componentes. Esto se trasladó a la pista y a los asientos circundantes. La velada caminaba al unísono, disfrutaba, y Victoria con ellos.
Los aplausos pusieron punto y final ante un escenario fundido al negro que servía de conclusión al festival. Un festival, un cumpleaños, celebrado entre amigos en el Teatro Barceló, donde los artistas dieron todo para hacer la velada mucho más agradable. Así finalizaba la celebración. Cien años que han dado para mucho, incluso para una bonita tarde de música en Madrid.
Agradecimientos: Gigntik Music
Fotografías: Teresa Mora
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