Los Teatros Luchana, a los que caracteriza una cartelera variada y dinámica, dan cabida entre sus espectáculos a Una gaviota con pinta de llamarse Margaret, una comedia de Carlos Sánchez Lequerica dirigida por él mismo junto con Jaime Pastor. La interpretación corre a cargo de Irene Guindal, Rafa Martyn y Rafa Rojas, con la colaboración especial de Marron como la voz de la gaviota Margaret.
La obra narra la aventura que viven un militante del PP y otro de VOX cuando una fuerte tormenta los deja perdidos en medio del mar. Allí, en la nada, se encuentran con una mujer refugiada que ha huido embarazada de un país que ya no existe para sobrevivir. Lo que en principio iba a ser un relajado día de pesca se transforma en una serie de sucesos irreverentes y cómicos que hacen que el barco en el que navegaban no sea lo único en tambalearse.
Con un tono desenfadado y una escenografía acorde al mismo, la obra busca la carcajada, sin dejar de lado la crítica social. A través de situaciones donde reinan el humor absurdo y las exageraciones, los tres protagonistas imaginan, escuchan y debaten, poniendo sobre las tablas temas como la inclusión, la falta de empatía y el triste calado que tiene en nosotros aquello de “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Una propuesta diferente y sencilla en un espacio de evasión como es la sala de un teatro. Una gaviota con pinta de llamarse Margaret es comedia, pero también promete cierta reflexión y mucha ternura. Por su parte, el teatro garantiza la distancia de seguridad y ofrece la oportunidad de resguardarse durante un rato de todo lo que espera más allá sus paredes, que no es poco. Nosotros solo tenemos que ir y embarcarnos en sus propuestas, llenas de cariño, profesionalidad y pasión. La cultura es segura y en nuestra mano está apoyarla. Hagámoslo.
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