Este viernes 7 de abril llega a nuestras pantallas la nueva película del sueco —con ascendencia chilena— Daniel Espinosa. Bajo el título de Life (Vida) y con Ryan Reynolds, Jake Gylleenhaal y Rebeca Ferguson como cabezas de cartel, este largometraje del género de terror espacial nos adentra en la historia de seis miembros de la Estación Espacial Internacional que inician su regreso a casa tras haber encontrado, en forma de célula, la primera evidencia de vida extraterrestre en Marte. Tras varios experimentos logran despertar a esta desconocida especie, a la que bautizan como Calvin, sin saber que su naturaleza no es como imaginan y que su supervivencia pasará por la muerte de todos ellos.
Life (Vida) es una película que ofrece lo que esperas ver, sin mayores ambiciones. El nudo argumental tarda apenas quince minutos de metraje en plantearse, y desde ahí hasta el final de la película todo se desarrollará casi al mismo ritmo que al que crece la dichosa célula.
Para espectadores ávidos de diálogos existenciales acerca de la vida y la muerte esta no será su película, pues en las casi dos horas de cinta no habrá apenas espacio para conocer a nuestros tripulantes. Sus personalidades se pintan con trazo grueso, sin ocupar casi tiempo de pantalla, lo cual nos insensibiliza en demasía con ellos. Veremos morir a más de uno, pero no sentiremos la menor pizca de emoción por ello, lo cual no resta tensión a las escenas cumbre. Espinosa se maneja a la perfección en ese aspecto y nos mantiene agarrotados en la butaca todo el rato gracias, en gran medida, a una música y efectos de sonido taquicárdicos.
Si los personajes son el punto débil de Life (Vida), su punto fuerte está en lo técnico. Desde el falso plano secuencia de arranque hasta el último frame de la película podremos disfrutar de unos buenos efectos especiales y un solvente manejo de la cámara en gravedad cero. Nuestro «amigo» Calvin también esta fantásticamente logrado incluso en las distancias cortas, aunque quizá tanto realismo ponga a prueba nuestros límites en lo que a repugnancia se refiere. Por si acaso, mi recomendación personal es no haber cenado antes de entrar a la sala, pues ciertos momentos del filme pueden no ser aptos para estómagos sensibles.
El desenlace es otro de los puntos a favor de la cinta. Lo irónico de este lo convierten en un buen y sorprendente cliffhanger, puesto que, además, el espectador más observador puede esperarse otro giro de guion distinto al que finalmente se encuentra. A mí me pasó.
Cierto es que no sorprende por lo novedoso de su planteamiento y que recuerda sin pudor a otras películas como Alien o Gravity, pero Life (Vida) es un blockbuster correcto, entretenido y coherente con lo que vende. Quizá en segundos visionados pierda fuelle, pues gran parte de su éxito reside en el buen uso de la tensión. Sabiendo lo que ocurre y cómo ocurre ésta se diluiría y sin ella la película no se sostiene mucho más, pero para cuando volvamos a tener ganas de una dosis de terror espacial puede que su director nos haya sorprendido con una secuela.
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