Después de un año y media de gira, todo el que sale de ver “Incendios” en el teatro lo hace encantado y con ganas de repetir. Ahora, la obra se encuentra en Barcelona hasta el próximo 20 de noviembre en el Teatre Goya. Actualmente, ese es el día a día del actor Álex García, pero no es únicamente donde podemos verle. Cada miércoles, en Antena 3, un nuevo capítulo de “Tiempos de guerra” hace vibrar a más de dos millones de espectadores, y a su vez lo compagina con el rodaje de la película “Gente que viene y bah”, basada en el libro de Laura Norton y que dirige Patricia Font.
Entre toda esta gran vorágine de trabajo para el canario, conseguimos que nos haga un hueco en su agenda para poder charlar sobre todos los proyectos en los que se ve inmerso. Disfrutando de su trabajo, con vistas al futuro, preocupado por el machismo y por los casos de abuso de poder es como el actor se muestra en esta entrevista en la que seguro acabarás por descubrir cosas que no sabías de él.
TITULARES | ENTREVISTA A ALEX GARCIA
«Hacer una función como “Incendios” es un regalo»
«Trabajar con Nuria Espert es como tener a Leo Messi en tu equipo de fútbol»
«Este año ha sido un año muy importante en lo personal»
«En España tendemos a endiosar lo de fuera cuando a veces raya igual o más que lo nuestro»
«Hacen falta varias Leticia Dolera en el mundo para terminar con esta lucha machista»
P. Álex, antes de nada, ¿cómo es hacer una obra con un elenco tan coral como “Incendios”?
Llevamos un año y medio haciéndola y, por una parte, ya es como si fuésemos una familia y es como una compañía antigua. Tenemos cada día la sensación de que estamos haciendo algo muy bonito, y en los tiempos que corren —ya no en España, sino en el planeta entero— hacer una función como “Incendios” es un regalo. Vino un director al que admiro mucho y nos habló de que cada uno de los textos que tenía cada personaje en la obra podría ser la Biblia con la que despertarse cada mañana, porque dicen cosas tan bonitas y dan bofetadas tan elegantes a nosotros mismos que vale la pena.
P. Tu personaje es huérfano de padre y no tiene muy buena relación con su madre, ¿cómo te preparas para el personaje en cada función?
Yo soy de prepararme mucho y en este personaje es tal el viaje que he empezado a confiar en el propio viaje y en la función. En lugar de prepararme tanto, intento quitar ruido, entrar muy relajado y que la propia situación me sorprenda cada día, porque está tan bien escrito que ocurre todo. Lo que más me ha enseñado esta función es a relajarme y a confiar en los compañeros, en el texto y a poner mi cuerpo disponible para contar la historia.
P. Nuria Espert encabeza el cartel de la obra, ¿cómo es trabajar con una mujer como ella?
Como te puedes imaginar, muy fácil. Es como tener a Leo Messi en tu equipo de fútbol: te sirve todos los balones al hueco, es buena compañera, estás con alguien que siempre has admirado… Más allá de lo buena compañera que es y el gusto que da verla trabajar, es como estar con una leyenda viva del teatro español. Cuando se te olvida todo esto algún día te acuerdas de la leyenda y de que hace treinta años ya oías que Nuria Espert era un referente cultural para cualquiera.
P. ¿Es importante que, a pesar de que un actor alcance el éxito tanto en cine como en televisión, siga experimentando y trabajando en teatro?
Es importante seguir trabajando en todos los medios; es importante hacer siempre lo que te diga el instinto y seguir formándote. Te puedes formar trabajando en teatro, cine y televisión y haciendo cursos. Afortunadamente, en los últimos años he trabajado mucho y encima, casualmente, he ido intercalando los tres medios.
No repetiría años tan fuertes como este pero, sin embargo, ha sido uno de los años que más he disfrutado, porque otras veces he trabajado mucho, pero no lo he disfrutado. Este año lo que más quería era disfrutar, ponerlo fácil al resto para que disfrutara trabajando conmigo y ponérmelo fácil a mí para poder estar relajado trabajando, que es una de las claves que más me está ayudando a mí. Ha sido un año muy importante en lo personal y me ha hecho mucho cambiar en esta profesión.
P. Ya ha empezado el rodaje de la película “Gente que viene y bah”, ¿qué me puedes adelantar de él?
Lo estoy disfrutando muchísimo, está siendo un rodaje bastante relajado en lo que a mí respecta. No es muy grande mi personaje, aunque dentro de la historia tiene importancia.
Patricia Font tiene muy claro lo que quiere hacer y sabes que estar con ella es estar en buenas manos. Es de estas directoras que dice poco, pero lo que te dice te lo puedes llevar a casa y a otros trabajos. Tiene una versión muy templada de los personajes y eso le viene muy bien al proyecto para que no se convierta en una película de comedia ligera. Clara Lago es una compañera maravillosa y esta vez ya tocaba trabajar con ella.
Me encanta trabajar con mujeres directoras, y además Patricia está embarazada. En muchos de los proyectos que han sido especiales para mí ha habido hijos de por medio, como en el caso del director de “Kamikaze” durante el rodaje; Paula Ortiz fue madre durante el proceso de “La Novia”; en un corto que hice también pasó… Es algo que para mi gusto convierte los proyectos en algo mágico.
P. También te podemos ver cada miércoles en “Tiempos de guerra”, ¿cómo ha sido rodar una serie en la que, por momentos, hay tanta acción?
La serie ha sido más dura, inevitablemente, y ha habido momentos difíciles en “Tiempos de guerra”, sobre todo por los tiempos. Hay mucho exterior, está la propia guerra y además la trama individual de cada personaje. Son personajes que tienen mucha historia detrás, que a veces se desarrolla y otras no, pero que tú como actor la debes mantener.
Estoy muy orgulloso de “Tiempos de Guerra”. El personaje de Fidel tiene una trama en la que ya no se le ve solamente paseándose por el hospital sino desarrollando su personalidad. Me gustan los personajes que tardan en conocerse y a una serie coral como esta le ocurre eso.
Que les den importancia a personajes femeninos haciendo que no dependan de los masculinos —aunque la trama amorosa suele ser parecida y es inevitablemente heteropatriarcal— es síntoma de que hay una intención de que los personajes femeninos tengan una entidad propia y eso es algo que me hace estar superorgulloso de participar en ella.
P. ¿Confías en una segunda temporada?
Sí, por supuesto. Está claro que más de dos millones de espectadores hoy en día es un buen número, y esto al final lo decide el número. Creo que las cuentas salen, otra cosa es lo que quiera la cadena, pero eso son conversaciones que le dejo a mi representante.
P. Exceptuando casos como “La que se avecina” o “Cuéntame”, ¿por qué en España no hay casi series longevas con más de dos temporadas?
Creo que apuestan fuerte por dos temporadas y luego quieren rentabilizarla. Series que podían acabar y que, a lo mejor, no habían pensado escribir más sobre ella, las continúan para sacar dinero, básicamente. Es verdad que si te sale una serie mal las pérdidas son monstruosas y es un poco la pescadilla que se muerde la cola. Cuando sale bien acaba devaluándose por el mero hecho de conseguir dinero para hacer otra, y cuando sale mal se te quitan las ganas de hacer una bien porque has perdido mucho dinero. Yo por eso no soy productor de televisión, porque me parece que son decisiones muy difíciles, pero estoy de acuerdo en que la ficción española peca en que, a partir de la segunda temporada, ves cómo están exprimiendo el limón desde la corteza.
P. ¿Puede tener algo que ver la duración de los capítulos o el cada vez más retrasado prime time?
A mí me sorprende que nos vean cada día dos millones de personas, que hoy en día es algo muy bueno. Creo que la gente en España sí valora la ficción española; que se puede hacer una ficción más generalista, también. El otro día vi el primer capítulo de “La zona” y no me atrevo a valorar, solo puedo decir que son valientes y que quiero ver más. Han llegado muchas plataformas que están subiendo bastante el listón y ya no vale una historia que le guste al público de toda la vida, sino que podemos competir con series de culto incluso, porque “La zona” va por ahí.
Yo veía “Juego de tronos” y como actor me parecía muy difícil justificar algunas escenas. En España tendemos a endiosar lo de fuera cuando a veces raya igual o más que lo nuestro, sin embargo las series españolas triunfan en Latinoamérica como las mejores de mundo. “Velvet” tiene un público en México impresionante, “Tiempos de guerra” ya se ha vendido y ha estado en el festival de Cannes… Aquí dentro valoramos poco el nivel que ha cogido en los últimos diez años la ficción española con producciones como “Vis a vis”o “La casa de papel”. Estamos en un buen momento en la ficción española.
P. Sabemos de tu buena relación con Leticia Dolera, ¿es importante el papel que ha asumido ella en España como abanderada del feminismo?
Por supuesto. Tiene que haber alguien que no ceda y, sobre todo, con la de décadas en las que se ha maltratado a la mujer y en los que la igualdad no ha sido algo normal y sigue sin serlo.
Yo le he discutido muchísimo a Leticia y por eso también la defiendo mucho, porque a veces a mí me puede resultar hasta excesivo el que no ceda ni un milímetro, pero con el tiempo y viviendo muchas situaciones con amigas, con guiones que leo en los que se maltrata una y otra vez a la mujer inconscientemente, con entrevistas que veo… Estamos muy mal informados sobre lo que verdaderamente es el feminismo, que no es nada más que la lucha por una igualdad necesaria como seres humanos. Es algo que le hemos quitado a la mujer sin pedir permiso y encima masacrando y machacando. Hacen falta varias Leticia Dolera en el mundo para terminar con esta lucha machista. A ella le toca un papel muy difícil porque tendrá que sobrellevarlo. Aprendo mucho con Leticia cuando estoy con ella y también leyéndola a través de las redes.
P. Estos días se están destapando muchos casos de abuso sexual, tanto en Hollywood como en España. Imagino que el porcentaje masculino será mucho menor, pero ¿has vivido tú alguna vez algo parecido o algún caso de abuso de poder?
Sí, yo sí lo he sentido. No me atrevo a contarlo, pero yo he sufrido un caso de abuso. A la persona que me hizo sentir así se lo dije. Te hablo de hace trece años, pero fue una cosa muy concreta que me hace empatizar tanto con estos casos. Lo socialmente establecido es taparlo y esconderlo, pensar: cómo vas a liar algo tan gordo… Y se lía algo tan gordo para que deje de ocurrir. Hace trece años me decían que no le diese más importancia y que no era para tanto. Me consta que esa persona no está en el mismo punto que hace trece años y tuve la oportunidad de decírselo y de, por supuesto, no volver a trabajar con ella. Desgraciadamente sé de lo que hablan.
P. Al poder usar los medios de comunicación como altavoz, ¿sientes la responsabilidad de llevar ciertos mensajes al público para concienciar?
Creo que todos tenemos ese compromiso y que a cualquier persona supongo que le interesará saber de lo que habla, lo que vive y lo que está ocurriendo en la sociedad. Actualmente hay tantos temas que abordar y tanta lucha que ejercer que llega a marear un poco, desgraciadamente.
Cuando sé que a un compañero en una entrevista le van a leer u oír un número elevado de personas y veo que está informado me alegra y me dan ganas a mí de informarme también para cuando pueda ser altavoz o dar una opinión que tenga coherencia con el mundo en el que yo querría vivir. Inevitablemente tenemos influencia en la gente, y si hay alguien que te sigue y le parece bien lo que haces y le estás diciendo que algo está mal, igual esa persona reflexiona sobre ese tema.
P. Para terminar, después de poder verte en “Incendios”, “Tiempos de guerra” y “Gente que viene y bah”, ¿estás trabajando ya en nuevos personajes?
Hay una producción internacional que se va a rodar a mediados del próximo año en la que soy el protagonista. Es un proyecto bastante grande que me hace mucha ilusión y hasta aquí puedo contar. Es la primera vez que hablo del proyecto, así que se puede decir que es una exclusiva.
Fotografías: Antonio Abeledo
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