Poco a poco se ha ido convirtiendo en uno de los artistas más presentes en los medios de comunicación de nuestro país. Desde que se publicó su nuevo trabajo, “Antónimo”, no hay rincón que se le resista y será difícil no tropezarse con su single o con un cartel que anuncie este disco, y es que la manera tan progresiva de crecimiento de Rayden es, como mínimo, admirable.
En mitad de la promoción de sus nuevas canciones, conseguimos que el cantante y también escritor nos haga un hueco para charlar con él sobre todos los secretos que “Antónimo” trae consigo y hablar sobre otros temas de interés que seguro no querrás perderte.
TITULARES
«“Antónimo” es el primer disco que me ha conseguido sorprender a mí»
«Ahora que he sido padre soy mucho más consciente del mundo al que he traído a lo que más amo»
«Ya no me llama tanto colaborar con un rapero porque para hacerlo así, rapeo yo dos veces»
«No todo el mundo debería tener acceso a una vía de comunicación si no sabe comunicarse»
«Este disco donde realmente se disfruta es en el directo»
P. Acabas de publicar tu último trabajo “Antónimo”, ¿qué va a poder escuchar el público en este disco?
“Antónimo” es el primer disco que me ha conseguido sorprender a mí. Con el anterior me quedé con la sensación que quería y conseguimos el resultado que teníamos en mente, pero al terminar y escuchar este, y que las críticas sean tan unánimes y positivas, hace que esté siendo todo redondo.
P. En estas nuevas canciones hablas de la guerra, de la actual situación política o de los refugiados, ¿puede que este sea un trabajo más de carácter social?
No porque en él también hablo de mi hijo y de todas las cosas a nivel personal a las que he tenido que renunciar; también hablo de amor como en Amalgama o en Imperdible, donde hablo de ganancias y pérdidas…
Ahora que he sido padre hace nueve meses soy mucho más consciente del mundo al que he traído a lo que más amo y quizás por eso se note un poco más, aunque ya en otros discos se notaban canciones de corte reivindicativo. Los cuatro adelantos del disco quise que fueran de este corte para que luego la sorpresa del público fuera mayor al descubrir el resto de las canciones.
P. El resultado final de todas estas cosas puede que sea un síntoma de madurez…
Es el disco más maduro. A parte de porque he sido padre, porque yo también voy creciendo a la par que va creciendo mi música y en el disco también trato temas como la cosificación de la mujer, el heteropatriarcado o conceptos más grandes como el metarap.
P. ¿Qué diferencia hay a nivel musical con respecto a tus anteriores trabajos?
A nivel musical toda y a la vez ninguna, porque sigo una progresión bastante lógica. Soy una persona que tiene muchísimas inquietudes musicales y que le gustan muchos estilos de música al mismo nivel incluso que el rap y en cada disco me gusta coquetear con según qué cosas. En estos dos años han aparecido grupos que ya los tenía entonces en mente como The Black Keys, Oasis, Elvis Costello o Alabama Shake, que tienen una sonoridad más cruda. Quería que este disco tirase un poco más por ahí porque me pegaba. “Antónimo” es el primer disco de una trilogía que gira en torno a la palabra y es porque el primer antónimo nace cuando el ser humano adquiere la habilidad del habla.
P. Además, en este disco colaboras con Carmen Boza, Mäbu, Sidecars o Leonor Watling. ¿Cómo surgen estas colaboraciones que vienen de artistas con un estilo tan diferente al tuyo?
Es que estoy en un punto de mi vida en el que cuando quiero colaborar con alguien es porque quiero que la canción llegue a un punto al que por mi solo soy incapaz de llegar. Ya no me llama tanto colaborar con un rapero porque para hacerlo así, rapeo yo dos veces. En el caso de Pequeño torbellino con Mäbu, pensaba que necesitaba una voz muy dulce y por eso se lo propuse; con Boza fue porque tiene muchos registros, una voz muy versátil y una mano derecha muy buena con la guitarra. Quería esa vertiente para el tema junto a ella. Y con Leonor, necesitaba una voz con mucho carisma, muy sensual y a la vez con mucha actitud. En el tema anexo, con Sidecars, necesitaba ese toque de la caricia que duele con Imperdible y siento que con cada colaboración he encontrado a los mejores compañeros que podía tener.
P. ¿Es tu estilo musical el más difícil a la hora de encontrar cabida en la radio?
Sí, pero también es por una cuestión cultural. Desde que terminó el franquismo, en la radio se debatían entre dos vías: una era la de seguir la música negra que se está haciendo en países vecinos como Francia o EEUU y la otra seguir la música de cantautor como en Portugal o en otros sitios. Poco a poco la cosa fue evolucionando y se fueron creando el pop y el rap como dos antónimos, cada uno por su lado, y parece que la radiofórmula tenía vetado todo aquello que se pareciese algo al rap. Yo tengo suerte y a mí sí que me ponen. Igual no las canciones más políticas, pero sí que se seleccionan algunas para sonar en la radio y poco a poco se va tirando esa barrera del prejuicio.
P. ¿Es entonces el estilo musical que más prejuicios puede tener por parte de la gente?
Posiblemente sí, porque se queda una imagen desvirtuada de Estados Unidos donde tampoco es realmente así. Tenemos una imagen de muchas cosas que no son así, como machista, violenta… e incluso una imagen que coquetea con las drogas, cuando a lo mejor el que es más misógino es un cantante de electro-latino, como en el caso de Maluma. Seguramente nosotros somos más correctos y tenemos otra visión.
P. ¿Puede venir esto, en parte, por la necesidad que tenemos las personas de organizar las cosas por cajones y etiquetarlo todo?
Sí. Nuestra cabeza necesita colocar cosas porque si no parece que no sabes de qué estás hablando. Al fin y al cabo, creo que mi música no tiene etiquetas, y cada vez menos porque coqueteo con muchas más cosas e incluso desarrollo conceptos musicales más densos y más abstractos. El tiempo que perdería en llamar mi música de una forma es tiempo valioso que pierdo para crear.
P. Entonces, si alguien tiene confusiones, ¿cómo definirías tu propia música?
Como música que intenta y consigue evocar, ya está.
P. Desde el principio has sido un artista muy presente en redes sociales, ¿cómo ves el tema de que haya que regular un poco todos los comentarios a los que tenemos acceso?
Ahí hay dos vertientes raras, porque por una parte la opinión es libre y no te pueden callar, pero, por otra parte, cuando tu opinión no es poner en evidencia algo que quieras decir al mundo, sino que buscas mediante la crispación que seas el más famoso en ciento cuarenta caracteres, como pasó hace poco con el tema de Bimba Bosé, es impensable. Que haya gente, como compañeros míos, que por intentar defender algo de una manera adecuada sean multados… A lo mejor el discurso no es el más bello, pero que les quieran meter en la cárcel la misma semana en la que la Infanta sale de rositas, son ganas de crispar y ahí no lo veo bien, pero cuando la cuestión es simplemente faltar, la cosa cambia. No todo el mundo debería tener acceso a una vía de comunicación si no sabe comunicarse.
P. ¿Cómo se lleva entonces el tema de los haters?
A mí me puede hacer daño quien puede, no quien quiere. Hace años sí que leía un comentario malo y me venía más abajo, pero ahora te lo tomas ya con humor. El 99% de la gente está encantada con el nuevo disco y si viene alguien que me dice algo malo no le voy a dar tanta importancia.
P. Siempre has trabajado mucho el tema de los videoclips, ¿sigue siendo tan importante para la promoción o es algo que ha perdido peso?
A mí me encanta cuidar los vídeos porque me encanta el cine y lo bonito de la música es que en ella hay un punto de encuentro con el cine, que son los videoclips. Lo que pasa es que parece que la gente ya solo oye vídeos, parece que todo de lo que no se saca videoclip no existe y se me ocurre, por ejemplo, que igual el próximo disco lo hago entero visual porque me gusta muchísimo el poder personalizar una canción con un vídeo.
P. En tu carrera también has hecho tus pinitos con la literatura y te has ido abriendo camino, ¿te atreverías a hacer algo más de ensayo o novela?
Sí, lo que pasa es que no tengo tiempo físico. Me gustaría hacer un ensayo, y ya fuera de la literatura me gustaría hacer un documental, y también Goyo Jiménez quiere que actúe. Me gusta desarrollar carreras paralelas y, como con el caso de la literatura, ver que también la gente lo recibe muy bien. Todo nace de la inquietud que tengo por hacer cosas.
P. ¿Qué temas te gustaría desarrollar en ese ensayo o documental que me cuentas?
Lo digo para que alguien me pise la idea y no tenga que hacerlo yo porque si no me van a salir canas… Me gustaría hablar de arte universal como lengua madre y cómo a partir de ahí nacen los diferentes dialectos, que son las diferentes vertientes del arte, y cómo tienen todas sus equivalencias: como a la literatura es la figura retórica, en la fotografía es el ojo de pez… y así con todas sus vertientes.
P. Para terminar, cuéntame, ¿qué va a poder ver el público en las presentaciones y en los directos de este nuevo trabajo?
Poco a poco se ha ido aumentando la familia y ahora voy a ir con todo lo antes: batería, bajista y teclista y una escenografía con luces muy bestia. Es un disco que tenía claro que lo iba a querer defender con banda y hacer un crecimiento musical muy bestia. Dentro de poco anunciaremos todas fechas de los conciertos porque este disco donde realmente se disfruta es en el directo.
Fotografías YW: Mario Temiño
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