Entrevistamos a Aitor Luna y Enrique Arce, protagonistas de «Mi panadería en Brooklyn»

mi panadería en brooklyn

Al entrar en la habitación del hotel, Aitor Luna me recibe con la ventana abierta y apoyado en la barandilla del pequeño balcón. Se encuentra liándose un cigarro y, mientras me invita a sentarme al lado de la ventana, él se sienta en el marco de la misma sin dejar su juego de manos cigarrero.

Ha sabido combatir mejor el calor que su compañero de reparto, Enrique Arce. Esta habitación tiene aire acondicionado y las hojas de los árboles, que casi se meten en la habitación, hacen que la sensación de frescura sea mayor.

En esta guisa, él sentado en el marco de la ventana y yo en un sillón, termina de liarse el cigarro y me mira, dispuesto a contestar a las preguntas de sobre su último trabajo, Mi panadería en Brooklyn.


mi panadería en brooklyn

P. En esta película interpretas a Fernando, un chef televisivo, pero ¿cómo definirías a tu personaje?

El personaje no es un gran cocinero, y lo que está haciendo es valerse de la sabiduría y la organización de Cloe, con la que el personaje tiene la relación, y el tío es un pintamonas. Es inseguro, un prepotente, por su propia inseguridad.

P. ¿Qué es lo que le mueve? ¿Cómo evoluciona a lo largo de la película?

Empieza desde ese punto un poco más patético y más personajillo y, a medida que pasa la peli, con la insistencia hacia ella de querer quedar y ver que ella no da el paso hasta que él, se hace un poco más humilde. Esa sería la evolución, de empezar un poco más soberbio, un poco imbécil hablando claro, a ser una persona más humilde.

P. La película está rodada en inglés y en Nueva York, un panorama muy internacional. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Ha sido un reto, divertido, pero un reto. Rodar en Nueva York ha sido un regalo, y con el inglés Enrique Arce me ha ayudado un montón porque él lleva un tiempo viviendo en Londres y tiene un inglés de diez. Me ayudó con el texto y con la melodía del idioma.

P. ¿Con qué te quedas del rodaje? ¿Alguna anécdota que destaques?

Hubo un momento en el que lo pasé bastante mal porque la actriz Krysta Rodríguez, cuando estábamos a punto de rodar una escena, dijo que una frase no estaba muy definida y bien escrita y me dijo que dijese otra cosa. Entonces claro, te dicen que digas otra frase nueva, y tú, que vas con tu texto preparado, de repente tener que improvisar y meter en boca algo nuevo pues me dejó un poco en blanco.

P. Gustavo Ron, el director, ha dicho que esta película da hambre, ¿compartes esa opinión?

Sí, totalmente. En la panadería había unos pastelitos y cada cosa que… Algunos tenían ya la laca y demás para que durasen como decorado durante todo el rodaje, pero había algunos que estaban hechos al momento para utilizarlos.

P. No puedo obviar la pregunta, ¿te gusta la repostería, la panadería?

Sí, sí, sí. Intento comerlos cada vez menos, pero me encantan los cruasanes.

P. Comparándote con tu personaje en la película, ¿te gusta más cocinar o comer?

Las dos. Más comer, pero como vivo solo me cocino mucho. Tengo la suerte, además, de que mi padre es un cocinero maravilloso  y aprendo mucho de él.


mi panadería en brooklyn

Enrique Arce se sienta y su gesto parece cansado. Una mañana ajetreada de promoción de la última película en la que participa, Mi panadería en Brooklyn, acompañado con el tórrido calor madrileño de finales de junio no ayudan.

A pesar de eso, mantiene un gesto cordial en su rostro y ganas de responder a las preguntas sobre esta peculiar historia.


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P. Interpretas a Dimitry en esta película, ¿qué puedes contar de tu personaje?

Cuando me lo propuso Gustavo la dificultad estribaba en que si hay que hacer un ruso hay que hacerlo en condiciones, con acento ruso. Con lo cual, la mayor dificultad era hacer un acento ruso creíble, y además con este look [se señala a si mismo] que no es muy ruso.

Ha sido muy divertido volver a Nueva York, que es donde estudié la carrera, poder trabajar allí con ese marco incomparable que es la ciudad, que es como un plató.

El personaje es un personaje muy difícil porque no es una película al uso con el malo y el bueno. Es un tipo muy peculiar que inventa pastillas de determinados tipos que hacen cosas mágicas. Es un personaje muy tierno, es lo único que puedo decir. Se supondría que es un malo porque pertenece a la mafia, pero es el mafioso bueno.

P. Como has dicho, has vuelto a Nueva York, donde estudiaste y te sientes cómodo. ¿Alguna anécdota o vivencia que te recordase al pasado?

Sí. Fue muy bonito volver a trabajar con mi profesor de dicción en la academia cuando yo tenía 20 años, y 20 años después lo he llamado para que sea mi coach y me ayudara a hacer el acento ruso. Nos encontrábamos cada tarde en la escuela donde estudié la carrera, con lo cual era como volver pero ya no como alumno, sino como alguien que había conseguido trabajar en esto.

P. Entonces, ¿estas contento con tu ruso?

Yo creo que sí. [Habla en ruso pero las nociones de ruso del redactor están muy oxidadas].

P. La película es una comedia pero con un trasfondo que muestra una lucha entre lo clásico y lo moderno, representada en la panadería y la forma de dirigirla. ¿Crees que en verdad hay tanto cambio, tanto contraste?

Nueva York es una ciudad que siempre está cambiando. Donde rodamos nosotros es Williamsburg, que es un barrio eminentemente hípster ahora, y antes era lo peor. La película no pretende nada más que ser una película amable, con buen fondo. No peca de pretenciosa. Esperemos que este tipo de coproducciones entre España y Estados Unidos continúe.

P. ¿Crees que se está perdiendo ese sentir tradicional con esta modernización?

En determinados negocios creo que sí que se podría mantener lo antiguo. Pero la modernidad también tiene su sitio y más en una ciudad como esa. Eso es lo que te cuenta la película.

P. ¿Prefieres más lo tradicional o lo hipster?

Soy un gran amante de la historia, de las cosas que se han hecho bien. Soy más tradicional, no tengo nada de hipster. Quizá la barba, pero ni siquiera porque es corta. Así que no, no tengo nada de hipster. En cuanto a mí, yo creo que soy más tradicional.

P. En cuanto a la panadería, ¿te gustan los productos de repostería?

Me encanta el pan. Intento no comerlo tanto como me gustaría, pero yo era de bocadillo diario cuando era pequeño y así he crecido. España es un país muy de pan. En Inglaterra, donde yo vivo ahora, los niños no lo conciben.

P. ¿Cuál es el mensaje que te gustaría que los espectadores adquiriesen?

Cuando todo parece que está apunto de destruirse, cuando uno está en lo más bajo, es cuando se pueden dar las oportunidades para el éxito.

Daniel San Juan

León. Periodista. Me fui a Madrid para realizar el Máster en Comunicación de El Mundo. El cine es una de mis grandes pasiones y me encargaré de traer las novedades más recientes respecto al mundo de los largometrajes.

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